Rica cogida en la caseta

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La cita de hoy fue al lado de una caseta de cobro de una carretera muy conocida y transitada, llegue un poco antes que tú, esperé nerviosa tu llegada, en cuanto llegaste bajaste de tu carro y te pasaste al mío, me diste una bebida y comenzamos a platicar, de repente me besaste, me fascino sentir tu cercanía, tus labios, tu olor, todo fue genial y se fue creando el ambiente propicio para atrevernos a hacer más en un lugar público.

Permanecimos abrazados por un tiempo, después te acomodaste en el asiento seguimos bebiendo y de repente dijiste: “¡ven, acaso no quieres!” y con la mirada señalaste tu entrepierna, al voltear ya tenías tu deliciosa verga fuera del pantalón, oh genial estaba deliciosa, gigante, firme, gruesa, descubrí que no tenías vellos lo que comenzó a excitarme, después sacaste tus huevotes, eso lo hizo más antojable.

Empecé a mamártela oh, delicioso, pusiste tus manos en mi cabeza dirigiéndome dando y quitando intensidad, me gustó mucho eso, después tu mano fue a mis nalgas las apretabas con ansiedad, con deseo, eso fue delicioso me calentaste mucho, mi vagina empezó a lubricarse, sentía mi entrepierna húmeda, mis pezones erectos y duros, coloque tu verga gigante entre mis pechos empecé a masturbarte, estabas muy excitado, lo disfrutabas demasiado, escuchaba tus gemidos, te contoneabas.

Por un momento olvidamos el lugar donde estábamos, afuera se escuchaba ruido de autos llegar o irse, gente platicando, pero no nos importó, la adrenalina nos excita a los dos, ignoramos el exterior del auto y seguimos con lo nuestro.

Estábamos muy excitados, al 100, me incorpore, seguía jadeando y de repente solicitaste me pasara al otro lado, donde tu estabas, al escucharte pedírmelo mi corazón bombeó más rápido, no podía creerlo, miré tu verga y continuaba firme y gigante, primero me senté sobre ella y fue maravilloso sentirla dura, ohhh, me pediste la metiera en mi vagina, fue delicioso y a la vez doloroso.

Metí tu verga en mi vagina, fue muy excitante sentir su fuerza y gran tamaño dentro de mí, genial, me temblaban las piernas, sentí como rozaba las paredes vaginales, esta gigante, llegó al fondo la sentí hasta el fondo, me moví de un lado a otro, de adelante atrás, para estimular más, después tú te moviste, ohhh, no podía dejar de gemir era grandioso lo que hacíamos, maravilloso, tenía ganas de gritar, pero me tuve que contener, después me preguntaste dónde los quería y terminaste dentro de mi, fue estupendo sentir como descargas tu semen, se sintió la fuerza, tu estabas igual de excitado que yo gemías y sonreías de satisfacción.

Al terminar ambos nos dejamos caer en nuestros asientos cansados pero felices, la adrenalina nos hace cometer estas acciones, el saber que estamos en un lugar público incrementa el deseo y la pasión, después, retomamos la charla, la bebida, nos despedimos y cada quien tomo su rumbo, un delicioso beso fue la despedida.

El resto de la tarde me temblaban las piernas, me dolía el abdomen, la vagina de recibir esa enorme verga y sentir su fuerza, al ir conduciendo note que venía feliz, cantando, me haces disfrutar mucho, quiero seguir repitiendo estas aventuras.

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