Sexo en el trabajo

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T. Lectura: 4 min.

Hola lectores, hacía mucho no escribía un relato, pero no quiere decir que Martina y yo no hayamos hecho travesuras para contarles.

Hace aproximadamente un mes tuvimos un nuevo turno nocturno juntos en mi lugar de trabajo, ella sería mi apoyo para supervisar el trabajo que un personal externo estaba realizando, cerca de medianoche aprovechamos para comer algo, fuimos a la cocina, cerramos la puerta y mientras merendamos algo, aprovechamos para flirtear un poco, ella sentada y yo de pie a su lado aproveché sacarme la verga, ponerla junto a su rostro y ver como abría su boca y se la tragaba entera, me la comenzó a chupar de una forma muy deliciosa como solo ella sabe hacerlo, fue una mamadita corta pero sustanciosa, mientras yo estaba pendiente que nadie entrara de improviso.

Finalizamos cerca de la 2 de la mañana todo el trabajo, el personal externo empezó a irse, solo quedó el supervisor quien esperaba su móvil, yo abrí la app de Uber para pedir el nuestro, ya que siempre salíamos en el mismo móvil, solo que esta vez esperé pedir el Uber para que el supervisor se fuera primero y solo quedara Martina y yo.

Por fin, se va el supervisor, Martina estaba algo cansada y con sueño, así que le pedí subir, ya que la cocina estaba en el segundo piso y tomar un café, pero mis intenciones eran lujuriosas y ella lo sabía, Martina iba delante mío mientras subíamos las escaleras, por lo que ver su culo apretadito en sus pants justo frente a mi cara hizo que se me pusiera más dura mi verga, ese culo grande y redondo de Martina me excita mucho, me gusta fantasear y masturbarme imaginando abrir sus nalgas y meter mi lengua entre ellas.

Llegamos a la cocina, cerramos la puerta detrás nuestro y apagué la luz para que no nos vieran por la ventana desde la calle, solo la tenue luz que entraba por la ventana dejaba ver un poco nuestros cuerpos. Empezamos a comernos a besos, el café quedó a un segundo plano, metía mis manos bajo su pants, para acariciar su culo con mis manos, sentía la suave piel de sus nalgas mientras nos comíamos los labios a besos. Sentí sus manos pasar sobre mi buzo y acariciar mi pene sobre él.

Me bajé el buzo y el bóxer, Martina me tomó la verga entre sus manos y sentía como me lo apretaba, lo acariciaba, me hacia una suave paja mientras nos seguíamos besando, mis manos habían pasado de su culo a su panocha, metí mis dedos entre los labios de su vulva y la acariciaba de arriba a abajo, empecé a sentir como mis dedos comenzaban a mojarse de sus jugos, su sexo estaba muy mojado, Martina me seguía pajeando rico, saque mi mano de su entrepierna y la acerqué a mi nariz, sentí el aroma delicioso de su panocha, respirar el aroma de su sexo me excitó mucho más, tanto que me agaché frente a ella baje su pants, su pantaleta y me abalance con mi boca en su panocha.

La mordí, se la chupaba con avidez, se sentía tan delicioso los labios de su vulva, su clítoris mojado y más aún el aroma de su panocha excitada y mojada, le saque una zapatilla, saqué su pants de una pierna, para así poder abrir bien sus piernas y meterme de cabeza en su panocha y chupársela con mayor comodidad, le di vuelta, la apoyé en una silla de la cocina, sus hermosas nalgas estaban frente a mí, las separé, metí mi lengua y saboree cada rincón entre ellas, lamí su ano, bajé hasta su vagina, me excitaba cada aroma y sabor que emanaba de entre sus piernas, mis labios estaban húmedos, no de mí, sino de los jugos de su sexo.

Luego de disfrutar de su manjar, me puse de pie y era hora de sentir su boca en mi pene, Martina se arrodilla y toma mi verga en su mano y la introduce toda en su boca. Me la comienza chupar, primero lento, pasa su lengua sobre la cabeza de mi verga, yo tomo su cabeza con mis manos y le meto la verga entera en su boca, sujeto su cabeza por sus mejillas, comienzo a mover mis caderas hacía adelante y atrás, comienzo a follarme a Martina por su boca, siento su saliva, su lengua deslizarse sobre mi verga en cada embestida en su boca.

Ya con mi verga bien ensalivada y lubricada por los labios de Martina, ella se pone de pie y la pongo de apoyada en una de las sillas de la cocina, con su culo hacia mi, abro un poco sus piernas, meto mi verga entre sus nalgas hasta encontrar la entrada deliciosa de su vagina. Siento como tiene su panocha mojadita y lentamente empiezo a follarmela, primero lento, luego se la empujaba un poco más rápido, la tenía tan apretadita que me estimulaba mucho mi verga y sentía que ya no aguantaría mucho, así que se la saqué y le pedí que se sentara de frente con sus piernas abiertas hacia mí.

Me metí entre sus piernas, tomé mi verga entre mis manos y la llevé hasta su vagina, la penetré lentamente y ya con toda adentro, empecé a follarla mientras me acercaba a su cara, nos besábamos mientras le daba puñaladas con mi verga una y otra vez, sentía como se deslizaba mi verga entre las paredes de su vagina, nuestros rostros estaban tan cerquita que nuestros jadeos se mezclaban en cada en cada embestida que le daba, hasta que ya mi verga comienza a palpitar, señal que estaba a punto de correrme, rápidamente se la saco y Martina se arrodilla para recibir su lechita caliente en su boca.

Verla con la boquita abierta, justo debajo de mi verga, es muy excitante, así que se la meto en la boca y siento como en cada pulsación derramo mi leche dentro de su boca, mientras ella me lo aprieta entre sus labios para que no caiga ninguna gota fuera, ella no quiere que nada se desperdicie hasta tragarse la última gota. Le doy un beso en la boca, sentir el sabor de mi semen en su boca siempre me ha producido un morbo muy rico.

Ya exhaustos y relajados, nos vestimos y ahora si pedimos el Uber para irnos a descansar, no solo del trabajo nocturno, sino también de rico sexo furtivo que siempre con Martina es delicioso. Nos vemos en una próxima oportunidad con una próxima aventura amigos lectores.

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