Tú y yo debemos reconocerlo: en el baño, en tu cama o en tu lugar secreto, tú buscas relatos de travestis y transexuales para excitarte y masturbarte. Mientras, yo me masturbo deliciosamente vestido se mujer, fantaseando que me lees.
Mis redondas y duras nalgas desean entregarse a ti. Tu eres un hombre con una verga muy masculina ansiosa por penetrar. Yo soy un travesti de closet con un micropene que ansío ser penetrada.
Desde temprano, hoy viernes, pensé en el fin de semana sexual que tendría en tu honor. He llegado a mi casa y frente al espejo me desnudé. Vi mi cuerpo entero. Me avergoncé una vez más del tamaño de la miseria de miembro que tengo y entonces me vi una vez más como esa mujer que llevo dentro. Mi diminuta verga se convirtió en vagina, mi delgadez se convirtió en un cuerpo esbelto de cintura de reloj de arena; mis pezones se tornaron firmes y se volvieron un par de pequeños pechos apetitosos, mis pantorrillas al depilarlas se tornearon esculturalmente.
Llego por estas letras a tu perversa fantasía, ahora estoy en tu mente a sabiendas que ambos deseamos ardientemente un rico orgasmo. Estoy junto a ti, jadeante de deseo. Mordisqueo jugosamente tu oreja al saludarte, meto mi lengua en tu oído y tu respiración se agita.
Me agarras de los brazos, dominante, como el macho que eres. Me ves de pies a cabeza. Estoy con un vestido de verano, blanco, muy corto, sin hombros. Mis pies te seducen calzados en bellas sandalias planas doradas de tiras en los dedos y sin cinta atrás; lo que hace que a cada paso que doy produzcan un excitante sonido al golpear la suela con mi talón desnudo.
Me llevas a tu habitación. Eres un rey, el mundo y yo estamos a tus órdenes y pendientes a arrodillarnos a tu voluntad cuando nos des un chasquido de dedos.
Me arrancas el vestido y quedo únicamente luciendo para ti un sostén rosado de broche al pecho y una pititanga que cubre mi miembro y se introduce en la raya del culo para que veas mis redondas nalgas ofrecerse a ti.
Me besas apasionadamente. Nuestras lenguas se entorchan ardientemente salivando y humedeciendo nuestras bocas. Me lanzas a tu cama. Te desvistes y te ruego que no te quites el calzoncillo, quiero hacerlo yo. Lo bajo y veo la espléndida verga que tienes, es larga, gorda, eres todo un macho, un hombre verdadero.
Es mi primera vez. Así que tímidamente tomó tu pene con las manos y comienzo a masajearlo y sin dudar lo meto a mi boca. Me estreno sexualmente mamándote la verga. Es deliciosa. Se empieza a poner dura. Es un roble que entra y sale de mis labios. La chupo como a un helado lamiéndola desde la punta hasta tus testículos.
Me arrancas el sostén y rompes la tanga. Violentamente. ¡Sí! Me gusta que me domines, soy tu esclava y tu mi macho.
Me tomas de los tobillos y los subes hasta tus hombros. Escupes en tu mano, humedeces tu verga y la apuntas en mi culo. Mi agujero virgen está jugoso, ardiente de deseo, quiero probar tu verga, quiero sentirme hembra, que me hagas mujer. Ver mis pies en las sandalias doradas sobre tus hombros me confirman que no merezco ser llamada hombre, pues estás a punto desvirgarme el orto.
Muerdes tus labios. Yo jadeo. Y ¡por fin! ¡Qué delicia! Me penetras rico, delicioso. Siento toda tu potencia de hombre entrando en mí. Desgarras mi ano metiéndome tu sabrosa verga y siento mi recto abrazar la cabeza de tu glande mientras entras en mí.
El dolor es delicioso. Eres inmisericorde, no tienes compasión, entras y sales de mi culo potentemente. Eres mi dueño. Simplemente me abandono a ser mujer para ti. Jadeo, suspiro, gimo y jadeo con locura. Me besas y me excitas aún más.
Me volteas y siento girar tu verga dentro de mi ano. Es un placer infinito. Me bombeas ahora de perrito y eres un semental inagotable.
Al mucho tiempo de bombearme te detienes. Sales de mí. Siento el vacío que dejó tu verga en mi recto. Te sientas en una silla y me jalas del brazo. Me siento sobre ti y me penetras de nuevo. Ahora te cabalgo. Te abrazo al cuello. Te beso enamorada. Nuestros pechos sudan friccionándose mutuamente. Aceleras el ritmo. Ya no puedo más y eyaculo incontrolablemente. Mientras te cabalgo y tu verga entra y sale de mi agujero, mi semen chorrea abundantemente nuestros cuerpos.
Agarras con tus manos un poco de mi leche. La untas en mi boca y nos besamos y enjuagamos nuestras lenguas con esa delicia salada.
Me penetras cada vez más duro. Me tomas de la cintura y me sientas con fuerza sobre tu verga, de manera que mi recto arde al sentirte hasta adentro.
Con un grito de macho acabas triunfante y potentemente. Siento tus chorros de semen inundar mi intestino. Tu verga, tu leche y tu son deliciosos. Me siento tan mujer.
Me abrazas. Nos besamos y dejas ti verga dentro de mi hasta relajarse.
Ahora, tu en tu casa y yo en la mía. Masturbémonos pensando en que al fin soy tu hembra, que tienes el dominio, control y derecho sobre mi culo, mi pecho, mis nalgas y mi cuerpo.
Soy tuya en tu fantasía cada vez que me quieras. Te ruego: quiero que me des permiso para masturbarme por ti y sentirme nena, princesa y mujer siendo penetrada por ti.
Un beso,
Genoveva.
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Que delicia de relato. Quiero ser yo la protagonista, la Hembra poseida y dominada pir ese macho delicioso. Sentir en mis entrañas, muy profundo el poder masculino de tu verga.
Yo te daría verga duro
Me sentí reflejada en tu relato, yo tengo la misma fantasía cuándo me visto y me veo en el espejo
Hola Kris… Me encantaría saber más de ti ☺️… Besitos 💋
guao linda que fantacia tan rica, desearia estuvieses aca, para comerte toda
Describes exactamente mi fantasía Geno!!!
Saludos!!!
Me encantó tu relato Geno. !!! Hermosa descripción de tus pies con sandalias sobre los hombros de él.