Su esposo casi nos descubre (2)

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Un mes después de que el esposo de Mónica casi nos descubriera, volvimos a encontrarnos por casualidad, cuando la vi, no pude dejar de mirarla, desde su cabeza hasta la punta de sus pies, algo había cambiado en ella pero no sabía que era, me miró y solo mostró una sonrisa, más de cortesía que de otra cosa, pensaba irme cuando su marido apareció de la nada.

-hola, estarás ocupado el próximo sábado daremos una fiesta

Me sentía un poco raro al ser invitado por su esposo pero no dudaría en intentar cogérmela de nuevo.

-claro estoy libre, a qué hora y en donde

Me dio una invitación, al parecer su aniversario era el motivo de la celebración, ahí estaré, solo respondí eso saludé a Mónica a lo lejos y me fui, tenía que encontrar la forma de meterla en esa cama de nuevo.

“Ni se te ocurra ir” fue el mensaje que recibí justo después de irme, no conteste el mensaje.

El sábado llegó, y de la nada me encontraba manejando hacia una cabaña con lago, al llegar había unas 40 personas, mostré mi invitación y me dejaron entrar, me dieron cuarto en una caballa muy cerca del lago, al parecer estaríamos toda la noche, en cuanto vi a su esposo, le dije:

-una disculpa pero tendré que irme, no traje ropa para tantos días.

-es temprano, puedes ir y regresar, si haces eso podrías llevar a Mónica a la tienda, olvidamos unas cosas.

-claro, puedo comprar algo ahí para no ir hasta mi casa

Mónica al escuchar esto solo me miró y dijo que no quería molestarnos pero su esposo la convenció, así que ahí estábamos, Mónica, su sobrino de 20 años y nosotros dos.

El viaje más incómodo del mundo, cuando llegamos, cada uno fue a buscar sus cosas, le dije que iría por ropa, y en cuanto nos quedamos solos ella se acercó a mi.

-te dije que no vinieras

-y decepcionar a tu esposo

-No lo entiendes, estamos pasando por un mal momento, el piensa que tengo un amante

-¿y lo tienes?

-claro que no, solo he estado con el… Y contigo

-y porque pensaría que tienes un amante

-es por tu culpa, por eso te invito para saber si te acuestas conmigo-

-pero dijiste que no sospecho nada

-no fue por lo de esa noche, fueron los siguientes días, me dijo que me veía muy feliz, muy relajada

-y solo por eso lo piensa

-No… dije tu nombre…

-¿que?

-Lo estábamos haciendo y dije tu nombre, fue solo un momento, pero creo que lo escucho.

Mire hacia todas las direcciones y me fijé que nadie nos viera, y metí a Mónica al cambiador, y comencé a besarla, ella correspondió el beso de una forma tan apasionada que no podía creerlo, toque sus pechos, note que sus pezones ya estaban duros, la senté en una banca que está para dejar la ropa, me la saqué, y sin decirle una palabra la metió en su boca, lo chupaba tan bien que parecía que había practicado, sacaba y metía mi verga de su boca, el sonido a saliva y ver cómo desaparecía en su boca era lo máximo, no tarde en correrme, y para mí sorpresa ella trago todo, limpio hasta la última gota, se bajó los pantalones y se dio la vuelta.

-Metelo mejor aquí que en la casa

-no, tendrás que esperar

Subí sus pantalones y saque a Mónica de un empujón, un segundo después se escuchó la voz de su sobrino.

-aquí estabas, ¿todo bien?

-Si, solo vine a ver si ya había terminado

Salí en ese momento con dos conjuntos de ropa, mire a ambos, tomamos las cosas y nos fuimos, llegando a la cabaña, metimos las cosas a la cocina, mire que no hubiera alguna cámara, me pegue a ella.

-y si terminamos lo que empezamos -toque sus pechos.

-no podemos, fue su respuesta pero no me apartó ni un poco.

-me separé de ella para voltearla, pero alguien entro, en la cocina, salí y no la vi en todo el día…

Llegada la noche, mi único pensamiento era estar dentro de ella, muchos invitados estaban tomando, incluyéndolos, me acerque me senté junto a ellos, mire a Mónica, ella evidentemente ebria me sonrió, beso a su marido y se levantó, camino hacia las cabañas, yo sin dudarlo salí tras de ella.

Llegamos a mi cabaña, mientras se quitaba su pantalón y su ropa interior, me dijo -solo será está vez- no cerró la puerta por completo, ya que tenía que ver si su marido o alguno de los invitados se movía, metí mi verga en su vagina, estaba tan mojada que no fue nada difícil meterla.

-ya quería meterla de nuevo

-Cállate y hazlo, no tenemos mucho tiempo

Metía y sacaba mi verga y ella no podía contener sus gemidos, le damos nalgada, y ella solo me decía que su esposo se daría cuenta si sus nalgas llegan rojas, estoy no me importo y yo seguía, sabía que le gustaba, pues tuvo dos orgasmos, sus gemidos no paraban y uno de los invitados miro hacia donde estábamos, él no podía vernos pero nosotros los veíamos perfectamente, comencé a venirme, yo pensé que se quejaría pero solo dijo -si dame tu leche, vente dentro, que rico, al sacarla un montón de mi semen salió de ella, se volteó se puso de rodillas y metió mi verga en su boca, dejándola limpia.

-Nos vemos mañana -me dijo

-¿vendrás a qué te coja otra vez?

-No lo sé, si tengo ganas quizá.

En la mañana se escuchó mucho ruido como si alguien peleará escuché la voz de Mónica y de su marido, pensé que nos habían descubierto, pero solo era un ejercicio de confianza, ella me miró sonrió como esas niñas que se comieron un dulce y nadie supo que fueron ellas, saludé a todos, se organizaron en grupos de 5 para el recorrido, si iríamos la montaña.

En nuestro grupo estaban, Mónica que llevaba un shorts pegado que resaltaba su bonito trasero, una blusa de exploradora, el cual cubría bien sus pechos, su sobrino, un amigo de su esposo el y yo, después de media hora de caminar, note que no tenían la fuerza suficiente para continuar, así que les dije que me adelantaría, al parecer nos habíamos perdido y la única forma de regresar al camino era escalar un muro de 3 metros o regresar 10 minutos caminando, subí el muro y ate unas cuerdas, al momento de regresar note que Mónica tenía el pie torcido, su esposo trato de cargarla pero al estar fatigado no pudo hacerlo.

-puedo cargarla y regresar a la estación, está a 10 minutos, yo dejé una cuerda para que puedan seguir

Se miraron entre ellos y decidimos regresar

Al llegar a la cabaña no había rastro de nadie pero había una pequeña cama vendas y todo lo necesario, el lugar al ser tan pequeño solo cabían dos personas.

-Alguien sabe que debemos hacer -dijo su sobrino en todo preocupado

-vayan a buscar al guarda, yo veré que su tobillo esté bien y lo vendare

Al principio su esposo trato de ayudar, pero al ser un espacio algo reducido no podía hacerlo, ella le dijo que esperara afuera, ella se bajó el shorts y quedando solo en esa tanga roja con la cual tuvimos sexo por primera vez me dijo:

-Métemela aquí, no importa si grito pensaran que es el vendaje

Yo sude por un segundo ya que su esposo estaba del otro lado de la puerta, pero no tardaron más de 10 segundos para que ella estuviera cabalgando sobre mi.

-ay no mames si, me puedo acostumbrar a esto, que rica la tienes.

Yo dejé de pensar en su marido que estaba afuera, y empecé a meterla cada vez más rápido, termine dentro de ella por tercera vez, y ella tuvo un orgasmo tan grande que grito, su esposo tocó la puerta en ese momento, ella se tapó con una manta y yo la vende lo más rápido que pude, cuando entro su marido, pregunto por los ruidos y ese último que había sido, yo le dije que puede ser el radio de guarda y que el sonido era ella gritando, pues le acomode el tobillo.

El solo sintió alivio, salimos los dos en lo que ella se cambiaba… la cargue hasta la cabaña

Al llegar la dejé en su cama, le di un beso en los labios y le dije -descansa que mañana es el último día, y voy a cogerte tan duro que todos aquí se enteraran que eres mi puta personal… Solo me miró y con una sonrisa burlona me dijo… Eso espero.

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