Tacones

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T. Lectura: 5 min.

No era la primera vez que lo hacía y si soy completamente honesta me gustaba hacerlo, iba a un bar costoso, me arreglaba de una manera sutilmente atrevida y pedía una copa de vino hasta que alguna mujer interesada se me acercara.

Una de ellas ya me había puesto la mirada y delicadamente mostraba un poco más mis piernas y levantaba el pecho para mostrarme, me excitaba sentirme deseada, que me vieran como un postre que quieren probar.

Todos mis movimientos funcionaron porque mando a un mesero a darme un mensaje, que quería que me sentará junto a ella en su mesa.

Ya me había hecho desear, así que acepte con muchas ganas, era un mujer adulta, llevaba un traje y parecía que después de salir de su trabajo fue a tomarse un trago para relajarse, era delgada, cabello negro largo de esas mujeres que con solo verlas sabes que son mandonas en el sexo, me atraía demasiado.

Cuando me acerque a la mesa me recibió con un beso en la mejilla y ella fue la primera en hablar.

-¿Cual es tu nombre, preciosa?

-Me puedes llamar Delani, ¿se puede saber su nombre?

Ella me sonrió de vuelta y me dijo su nombre, sabía que si me mostraba tímida y servicial iba a llegar a algo con ella, a su tipo de mujer le encantan las sumisas atrevida.

Bebimos una botella de vino juntas mientras charlamos y coqueteabamos un poco pero cada vez se hacía más atrevido el coqueteo, me acariciaba la pierna bajo mi vestido corto y apretaba fuerte, como diciendo que quería probarlos, yo me ría de sus chistes y me acercaba mucho a ella para rozar mis senos a sus brazos, que tenían un gran escote y ella ya no podía disimular su mirada.

-Tienes las mejillas tan rojas -me dijo acariciando mi cara- ¿se ven así cuando estás fatigada también?

Me reí y le dije que si mientras me pegaba más a su cuerpo, la verdad es que estaba excitada, la energía de esa mujer y su olor me tenía con muchas ganas por lo cual intenté ser más atrevida.

-En el sexo me pongo más colorada aún.

-Que delicia, me gustaría verte así.

Otra vez pegue mi cuerpo al de ella, tanto que mi cara quedó muy cerca de su cara y ella no desaprovecho la oportunidad, me besó, fue un beso hambriento, deseoso quería comerme, agarre su mano que estaba en mi muslo y lo subi hasta mi vagina, para que sintiera lo húmedo y caliente que estaba, sentí un pequeño gemido en sus labios cuando separó un poco mi bragas y paso sus dedos por toda mi húmeda.

Nos separamos un poco para respirar y acariciándome el cabello me preguntó si quería ir a su habitación arriba.

-Vivo en los apartamentos de arriba, ¿quieres acompañarme?

Obviamente acepta, caminamos juntas de la mano hasta que llegamos a la puerta de su apartamento, era un apartamento enorme, ella ya no quería hablar más, al cerrar la puerta me apretó contra si y agarro mis nalgas con tanta fuerza que mi vagina dio un salto.

Nos acercamos a su sofa y ella se sentó en el medio, saboreandome con la vista.

-Quitate ese vestido y déjate los tacones puestos y acércate a mi.

Fui obediente y me quite mi vestido delicadamente, veía que su mano abría su pantalón y comenzaba a masturbarse, me excito y me quite todo, le di la espalda y doble mi espalda para que viera mi vagina, comence a meter mis dedos, lento y suave jugando con mi humedad y gimiendo bajito, veía muy poco su cara pero escuchaba como se masturbaba duro, me ponía demás de caliente y eso que ni me estaba tocando.

Distraída por mi masturbada y escuchando los gemidos de ella ni me di cuenta cuando se acercó a mi y me puso en el sofá en 4 y se arrodilló tras de mi.

-Ni se te ocurra quitarte los tacones, Delani.

Me masajeaba las nalgas, me las unia y separaba y sentía la humedad de mi vagina escurriendo cuando lo hacía, jugaba mucho conmigo pero no me tocaba todavía, sabía que cuando lo hiciera iba a explotar.

Me masajeaba las piernas mientras me besaba y mordía las nalgas, me masajeaba todo, los senos, me jalaba poquito el cabello y mi vagina no dejaba de escurrir y desear que su boca me chupara toda.

-¿No estás cansada de jugar con tu comida? -le dije gimiendo, con la cara empujada en el sofá y ella lamiendo mi espalda y dejando pequeños mordiscos.

-Asi vas a disfrutar más cuando te coma.

Y definitivamente así fue, sentí su lengua pasando por mi ano y mi vagina comenzó a chorrear, nunca había mojado tanto, estaba escurriendo mientras ella tenía sus dos manos en mi nalgas y las juntaba más, comence a mover mis caderas para sentir más cuando me chupaba el ano, agarre su cabeza para acercarla más pero con el movimiento se me cayó el tacón y ella paro, me dio una nalgada fuerte que me sorprendió.

-Te dije que no te quitarás los tacones, vuelve a ponerlos.

Estar excitada y humillada por una mujer con carácter me mojaba más de lo normal, sentía mi ano mojado y mi vagina palpitando, hice lo que me pidió mientras ella me miraba con malicia, ya puesto, desnuda con el cabello desordenado me figuraba que estaba penosamente vulgar y justamente en los ojos de esa mujer se notaba le excitaba.

-Ponte de cuclillas y abre bien las rodillas, quiero ver tu vagina roja y palpitando.

Fue difícil hacerlo con tacones pero lo logré y la brisa fría que había me daba una caricia en mi vagina ardiendo, se sentía placentero, como calmando ese ardor, ella se quedó mirando mi vagina, era una persona muy visual, le excitaba ver.

-Ven, quiero que te masturbes con mi pierna.

Me senté en una de sus piernas, que eran grandes y al sentir la presión comence a moverme, ella agarraba mis caderas y me ayudaba a moverme más rápido mientras me lamía el cuello, le gustaba ver mi cara y estaba tan mojada que en su pierna me resbalaba, suave y mojado, cuando me corrí le moje toda la pierna y ella me apretó más así para besarme, sentia su lengua invadiendo mi cavidad bucal y gemía en su boca bajito, recuperándome excitada, sentía que ese beso era para confirmar que podía hacer lo que quisiera conmigo y me mojaba devuelta.

Ella me acostó y fue por algo, tenía los ojos cerrados y la respiración normalizando cuando ella llegó, con un arnés puesto, los había usado antes, así que no me molestó para nada.

Me levanté y fui a besarla, con ganas y hambre, quería que esa mujer me cogiera hasta quedar totalmente exhausta.

-¿Como quieres que me ponga?

-Apoyate en esa mesa, quiero ver tus senos aplastados ahí mientras te doy.

Si mi humedad se había rebajado, aumento con creces, me excitaba la charla sucia, hice lo que me dijo y gracias a los tacones era una posición perfecta.

Comenzó jugando con el por fuera, para mojarlo, era una delicia calmaba ese ardor en mi vagina, no dejaba de gemir y cuando ya estaba apunto de correrme otra vez, lo metió en mi vagina sin preguntar, duro y profundo, subi mi culo para darle más profundidad y ella bajo una mano a mi clitoris y comenzó a torturarme con sus embestidas más y más duro mientas apretaba mi clitoris, gemía con mi cara pegada a la mesa y sentía su miraba que pasaba de mi cara a mis nalgas para ver como me me cogía.

La mesa fría en mis senos me lastimaba un poco pero en vez de molestarme me excitaba más, ella le comenzó a bajar la rapidez pero le daba profundo, pegando su pelvis todo lo que podía de mis nalgas, sabía que estaba por correrse así que comencé a empujar mi trasero cada vez que me la metía, me encantaba sentir mi vagina caliente y mojada, aún con sus manos presionandome el clitoris comenzó a darle movimientos circulares para hacerme tener un orgasmo, cosa bien lograda porque mi vagina comenzó a apretar y mis piernas se debilitaron y estuve un orgasmo delicioso.

Ella se acostó en mi espalda y me daba besos en el cuello, con su respiración cortada y cansada.

-Sientate en el sofá -le mandé.

Me dio un beso rápido y fue a sentarse con el arnés puesto, quería más.

Me senté en el dildo y comencé a subir y bajar como una insaciable, ella me miraba masajeando mis senos, gemía bajito mientras me acariciaba me jodía a mi misma.

Pero cuando que se recuperó un poco y me agarró de la cintura, y comenzó a darme mientras yo bajaba, no pasó mucho tiempo para que volviera a tener un orgasmo y la mojará toda otra vez.

Me quite de encima y le pregunté si ya podía quitarme los tacones, se rió satisfecha y me dio un beso suave.

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