Trío en la oficina

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Los que sigan mis relatos quizás recuerden como hacía varios meses, en la oficina donde trabajo había tenido un encuentro con uno de los chicos que trabajaban allí llamado Javier, desde entonces no había vuelto a suceder nada entre nosotros, pero una tarde estaba yo limpiando, había poca gente en el edificio, y entre en el despacho de Javier, en ese momento el me miró con deseo, se acercó a donde yo estaba y rodeándome con sus brazos comenzó a besarme, mientras me decía:

-Clara, desde que ese día lo hicimos me muero de ganas de repetirlo, pero no se había dado la ocasión.

Luego comenzó a besarme el cuello, yo me puse muy caliente, el desabrochó mi bata, saco mis tetas y se puso a sobármelas, yo me puse todavía más caliente, y en ese momento se abrió la puerta del despacho, y antes de que pudiéramos reaccionar entró José Luis, otro de los empleados del edificio, no nos dio tiempo al reaccionar, y en ese momento él dijo:

-Si molesto me voy.

Yo me puse nerviosa, pero Javier me tranquilizó y me dijo:

-Tranquila Clara, José Luis es un buen amigo, nunca diría nada.

-Sobre todo, si me dejáis participar, dijo el aludido.

Javier se lo pensó un momento y respondió:

-Que cabron eres, jajaja, bueno si a clara no le importa, la idea de hacer un trio contigo me da morbo, hasta ahora no te lo había propuesto por respeto a nuestras mujeres, pero si a ella no le importa.

Hasta ese momento nunca había complacido a dos hombres a la vez, y la idea de hacerlo con dos chicos mucho más jóvenes que yo, y muy atractivos, no sonaba nada mal, así que acepté, en ese momento Javier sugirió a su amigo:

-Siéntate en el sofá, veras como la chupa Clara, lo hace mejor que mi mujer, y me da que mejor que la tuya también.

Me quité la bata, no llevaba sujetador y me quedé solo con un tanga, dada la sugerencia de Javier pensé que lo lógico era que comenzara chupándosela a José Luis, me puse a cuatro patas encima del sofá, le desabroché el pantalón y se lo bajé lo justo para liberar a su polla, y cogiéndola con la mano terminé de endurecerla y me la metí a la boca, en ese momento sentí como Javier con sus manos me bajaba el tanga, y de un golpe introducía su polla dentro de mi coño.

Era la primera vez en mi vida que tenía dos pollas para mí, y resultaba que me encantaba, en esos momentos José Luis dirigiéndose a su compañero afirmó:

-Llevas razón colega, esta tía hace unas mamadas de pollas divinas, mucho mejor que mi mujer, si lo llego a saber hubiera intentado follarmela antes.

-Pues ya verás el coño tan caliente que tiene, parce haber sido echo a propósito para dar mucho placer.

Mientras él decía eso, era yo la que estaba gozando a tope de la polla de Javier que se movía en mi coño de una manera increíble, y chupar la polla de su compañero me ponía muy caliente, era mi primer trio, pero desde luego no iba a ser el último, notaba como los gemidos de los dos iban en aumento hasta que sentí como de la polla de José Luis salía una gran cantidad de leche, se había corrido, en ese momento él dijo:

-Llevaba años que no me corría de una mamada, con mi mujer no paso de que me la chupe un poco para que se me ponga dura.

Yo me trague toda su leche. Mientras Javier continuaba con su polla dentro de mi coño, y siguió moviéndola, tuve un orgasmo brutal, pero el siguió jugando con mi coño hasta que dijo:

-No puedo más

Y soltó una gran cantidad de leche dentro de mi coño. Sus pollas se habían quedado arrugadas y una mujer como yo no podía consentirlo, así que les pedí que se quitaran por completo sus pantalones y sus shorts, ellos lo hicieron, quedándose desnudos de cintura para abajo, y sus pollas completamente al aire, en ese momento yo me arrodillé y les pedí que se juntaran, cogí sus pollas con mis manos y las cerqué a mi boca y luego me puse a besarlas de manera alterna, en ese momento José Luis dijo:

-Oye tío, tú te la has follado primero, ahora me toca a mí.

Se sentó en el sofá, yo me puse de rodillas, entrelazando nuestras piernas e introduje su polla dentro de mi coño, y comencé a cabalgarle, el dijo a su compañero:

-Llevas razón, esta tía lo hace mejor que mi mujer.

-Y mejor que la mía, dijo Javier.

Mientras lo decía se subió al sofá y colocó su polla cerca de mi boca, por supuesto sus deseos eran manifiestos, acercando mi boca a su polla me la metí dentro de esta y me puse a chupársela, mis dos machos reaccionaron ante lo que les hacía con gemidos de placer muy intensos, Javier dijo:

-Tía recordaba que me habías hecho una mamada espectacular, pero no que hubiera sido tan intensa.

Yo seguí follandomelos a los dos, quería que mis machos, que tenían mujeres mucho más jóvenes, sexys y estudiadas que yo, dejaran de pensar, aunque fuera por un momento, en ellas y disfrutaran a tope de su limpiadora. En un momento determinado Javier dijo:

-Vosotros dos estáis en una posición muy cómoda y yo aquí incomodo, cambiemos de postura.

Decidimos dejar que Javier se tumbara sobre el sofá, de lado, yo me puse delante de él y me la metió en el coño de lado, mientras José Luis seguía sentado, yo llevé mi boca hacia su polla y me puse a chupársela de nuevo, el dijo:

-Da igual lo que haga esta tía, te la chupé o te deje que se la metas, te hace gozar a tope.

Yo estaba muy satisfecha de que mis chicos se sintieran bien follados, sus mujeres serían mejores que yo en muchos sentidos, pero yo era mejor folladora que ellas, seguí dándoles placer, hasta que José Luis dijo:

-Tengo ganas de volver a metérsela por el coño.

Esto motivó un cambio de posturas, Javier se sentó en el sofá, mientras su compañero de aventuras se levantaba, yo seguí de lado, pero me lancé a chupar la polla de Javier, el otro chico se puso de rodillas en el sofá, y acercó su polla a mi coño, yo me abrí bien de piernas, y el de un golpe me la metió, ellos al parecer gozaban conmigo con independencia del agujero con que lo hicieran, y yo gozaba con ellos, sin importar el agujero en que estuvieran sus pollas.

Al cabo de un raro de estar así José Luis se corrió y dejó mi coño lleno de su leche, yo le pedí que se sentara en el sofá para limpiársela, para ello saqué mi boca de la polla de Javier y poniéndome a cuatro patas encima del sofá me puse a chupársela, José Luis dijo:

-Joder tío, mi mujer nunca me hace esto, cuando me corro debo de limpiármela yo, llevas razón en que Clara es la mujer más puta con la que he follado.

Javier no estaba perdiendo el tiempo, llevó sus manos hasta mi culo y comenzó a acariciármelo, después me hizo girarme noventa grados, se colocó detrás de mí, y desde esta postura me la volvió a meter, sentí una sensación maravillosa, sin dejar de lamer la polla de José Luis, me entraron unas granas impresionantes de gemir, me sentía en otra dimensión.

Pero Javier dijo:

-Estoy que alucino, pero en este momento se me está encaprichando hacértelo por el culo.

-Joder, dijo José Luis, ¿Me estás diciendo que además de hacerlo por el coño y usar tan bien su boca, esta tía se lo hace por el culo?

-Por supuesto cariño, dije yo, mi lema es disfrutar del sexo, no importa porque agujero.

-Pues si también te lo haces conmigo, yo encantado, respondió José Luis.

Viendo que su compañero estaba completamente de acuerdo Javier se tumbó en el suelo, su polla estaba muy dura, yo me puse de pie encima de él y me fui agachando poco a poco, al llegar mis piernas al suelo el agarró su polla con las manos y me fue guiando, poco a poco su polla alcanzó la entrada de mi culo, momento en que yo la fui introduciendo dentro de mi trasero, los dos comenzamos a gemir, y yo me puse a cabalgarle, en ese momento José Lui dijo:

-No os olvidéis de mí

Le pedí que se acercara, él estaba de pie, y cuando estuvo a mi lado le cogió la polla con mi mano y me la introduje en mi boca y comencé a chupársela, él dijo:

-Clarita, se nota que eres una mujer con recursos.

Su polla que aún estaba un poquito blanda por su anterior corrida se puso durísima, tanto que, no pudiendo aguantarlo nos pidió:

-Necesito metérsela en el coño.

Era necesario un cambio de postura, Javier tuvo una idea, me pidió que me levantara, y después se levantó él y sentó en el sofá completamente apoyado en el respaldo, desde esta postura me pidió que me sentara encima de su polla, yo lo hice, el sujetó mi cuerpo con sus manos, y me ordenó abrir bien las piernas, lo hice y entonces José Luis se acercó a mí y me introdujo su polla dentro de mi coño y yo doblando mis rodillas atrapé su culo con ellas, por primera vez en mi vida tenía dos pollas, a la vez, en mis dos agujeros, casi chocando la una contra la otra, me pareció alfo increíble y decidí que iba a formar parte de mi actividad sexual frecuentemente.

Era una postura un poco cansada para los tres, pero no nos importaba, el asunto es que los tres parecíamos estar muy satisfechos, y permanecimos en esta postura hasta que Javier se corrió, y su polla regó mi culo.

Él le pido a su amigo que me la sacará, y este, aunque de mala gana accedió:

-Con lo a gusto que estaba, reconoció.

Después yo me levanté, los tres dejamos de follar, Javier se levantó del sofá, cogió una botella con agua que tenía sobre la mesa, se fue hacia el cubo de mi aparato de limpieza y se echó el agua de la botella sobre su polla para limpiársela, en ese momento José Luis dijo:

-Oye, que no hemos terminado, yo no me voy de aquí si meter mi polla en el culo de Clara.

-Por supuesto, mi amor, dije yo.

Y me senté en el sofá, cuando Javier terminó de limpiar su polla, yo le ordené:

-Venga chicos venir aquí, que mami quiere germinar de limpiaros ls pollas.

Ellos se acercaron y cuando estuvieron suficientemente cerca de mí, agarré sus pollas, una con cada mano, y me pise a acariciarlas, estas reaccionaron rápidamente y no tardaron en ponerse duras nuevamente, en ese momento me las llevé a mi boca, parece que Javier se había limpiado bien su polla, puesto que esta no sabía nada mal, cuando estaban bien duras José Luis dijo:

-Creo que las tenemos ya bien duras, y además me muero de ganas de metérsela a Clara por su agujero estrecho.

-Supongo que llevas razón, dijo Javier,

Y quizá fuera porque es más comodón, pero antes de que su compañero tuviera oportunidad de repetir la postura anterior se tumbó en el suelo, yo comprendí que postura debía de adoptar y me supe encima de él y comencé a cabalgarle, faltaba que acoplarse José Luis, este me pidió que me pusiera encima de Javier, tumbada, mi culo se quedó en pompa, un de un golpe, como si en ello le fuera la vida, me penetró, se le notaba que tenía una cierta experiencia en eso, pero también muchas ganas, su polla comenzó a moverse en el interior de mi culo de una manera muy precisa.

Mientras Javier seguía ocupándose de mi coño, mis dos machos me estaban proporcionando todo el placer que se puede proporcionar a una mujer, yo me sentí en la gloria, estaba descubriendo cuando puede gozar una mujer, decididamente los tríos habían llegado a mi vida para quedarse.

-Estuvimos así hasta que José Luis dijo:

-Chicos creo que me voy a correr.

-Yo también, dijo Javier.

En ese momento sentí que tenía un capricho muy especial y les dije:

-Amorcitos, quiero que os corráis en mi boca.

José Luis se salió de mi culo, yo me levanté, y Javier hizo lo mismo, me arrodillé y con ellos de pie les pedí que se acercaran a mí, agarré, nuevamente sus pollas con mis manos y se las meneé un poco hasta que sentí que se corrían, puse mi boca debajo de ellas, y sus chorros de leche cayeron sobre mi boca, aunque parte de ellos se desparramaron sobre mi cara, estuvimos un poco tumbados en el suelo, descansando, hasta que José Luis dijo:

-No se vosotros, pero yo echaría otro polvete, es más me muero de fanas por echarlo.

-Pues su vosotros podéis, no seré yo quien diga que no, le respondí, dirigiéndome también a Javier.

Este hizo un gesto afirmativo de que también se apuntaba, y los tres nos dispusimos a seguir con nuestra sesión de sexo, dado que José Luis parecía más hambriento comencé por él, llevé mi mano hasta su polla, se la acaricié, y me la metí dentro de mi boca para iniciar una mamada que a mí me supo deliciosa, hasta que José Luis se decidió por una postura más cómoda y se sentó en el sofá, yo seguí chupándosela. Hasta que oí la voz de Javier diciendo:

-Os habéis olvidado de mí.

Comprendí que llevaba razón, saqué la polla de su amigo de mi boca, y me puse a acariciársela a con mis manos, mientras llevaba mi boca a la polla de Javier y la metía en mi interior, y me dispuse a chupársela, estuve un rato en esta posición y después me la saqué y volví a chupársela a José Luis, mientras Javier llevó sus manos hacia mis tetas y se puso a acariciármelas, lo hacía con ganas, después me la metió entre mis tetas, era algo delicioso.

Pero José Luis no estaba conforme con esta postura y me propuso hacer una sesenta y nueve, yo me di la vuelta y coloqué mi coño sobre su boca mientras ponía la mía cerca de su polla y me la volví a meter dentro, mientras el con su lengua se puso a lamer mi coño, Javier acercó su polla también a mi boca de esta manera tenía dos pollas cerca de mis labios para comérmelas, nuevamente sentí que mi vida sexual había entrado en otra dimensión, me puse a chupar ambas pollas de forma alternativa, mientras la lengua de José Luis me volvía loca de placer, hasta que el muy cabron hizo que me corriera, en ese momento él me la sacó de mi coño.

Aunque me había corrido, tenía dos pollas muy tiesas entre mis manos, y me puse a acariciarlas con ganas quería que mis dos machos se corrieran, ellos se pusieron a gemir, José Luis dijo:

-Esta ría es verdaderamente fantástica, y sabe hacerlo por todas las partes de su cuerpo, creo que nos equivocamos eligiendo esposas.

Sabía que no era en serio, que unos tíos como ellos, necesitaban unas mujeres de su categoría social, pero me agradaba oírlos decir que yo era mejor folladora que ellas, me resultaba muy excitante.

Miré el reloj que había en una de las paredes de la oficina, se estaba haciendo tarde, yo aún tenía muchas cosas que limpiar, y suponía que ellos también tenían tarea que hacer por tanto, con todo el dolor de mi corazón, nuestro encuentro debía de terminar, esperaba que sin tardar mucho se repitiera de nuevo, así que me puse a chupar sus pollas, para que se corrieran, no era cuestión de dejarles a medias, ellos agradecían las mamadas que de forma intermitente les hacía, hasta de una forma sincronizada, sin que nadie lo hubiera preparado, se corrieron, los tres sabíamos que, al menos de momento, nuestro trio había finalizado.

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