Teníamos varias semanas buscar un espacio para salir, hasta que por fin, llegó ese jueves en el cual acordamos salir a cenar. El destino, un restaurante agradable en una plaza comercial de nuestra ciudad. Buscamos algo que no fuera muy ruidoso para poder platicar tranquilos, con buen ambiente e iluminación adecuada.
Ella eligió vestir con una falda a la altura de la rodilla, unos lindos zapatos de tacón corrido y una blusa de tirantes con un escote discreto que, visto desde el frente, dejaba ver la línea entre sus senos, desde arriba, daba una vista mucho mas profunda del bra de encaje que llevaba combinado con la blusa.
Al llegar al restaurante nos dieron mesa y pedimos algo de tomar. Nos sentamos en una mesa cuadrada, nos sentamos en lados cercanos ya que mi propósito era poder tener a la mano sus deliciosas piernas mientras platicábamos.
Así transcurrió la primera ronda, con una charla respecto a como nos habíamos sentido abrumados las últimas semanas y que esa noche era un momento para descansar.
En la segunda ronda, pedimos un platillo al centro para compartir ya que no teníamos mucha hambre, pero si ganas de disfrutar sin prisas.
Al llegar la tercera ronda, ella me dijo que necesitaba ir al tocador, por lo cual y ante la tranquilidad del lugar, me levanté para abrir su silla y ella me dijo que no era necesario que la acompañara, por lo cual regresé a mi silla para mirarla caminar.
Cuando ella empezó a caminar mi vista se clavó en su trasero que se levantaba por debajo de la falta y ella volteó de forma muy coqueta a sonreírme antes de seguir su camino. Mientras todo eso sucedía, pude ver como desde otra mesa mis ojos no eran los únicos que estaban clavados en la escena, un caballero también disfrutó la vista y sin que el notara que yo lo observaba, el continúo el camino de mi mujer mientras se alejaba.
Al desaparecer detrás de un muro, el regreso su vista a su mesa y en un momento se dio cuenta que yo había observado su interés. Al verlo de frente, resulto ser un conocido mío, quien me saludó casi de forma obligada. Pude ver un poco de tensión en su saludo pues de manera tradicional observar a la mujer ajena y ser descubierto por su pareja, puede tensar cualquier ambiente.
Pero en esa noche no fue así.
Yo regresé el saludo y lo invité a acercarse, lo cual aceptó sin dudar. Dirigió unas palabras en la mesa en la que se encontraba y se acercó a la mía. Me levanté y lo saludé, lo invité a sentarse un momento señalando la silla frente a la mía, dejando el lugar de mi mujer libre.
Le pregunté por como estaba y como iba todo, y antes de que terminara de responder, fui directo al grano ya que el tiempo era corto así que le afirme “Vi que te llamó la atención mi mujer”, el entre una sonrisa y un poco de sorpresa me respondió “Pensé que era una persona conocida”, a lo cual reí y le dije “No es necesario, mejor dime que te llamó la atención su culo cuando caminaba, no hay problema”, la cara le cambió y con sorpresa me pregunto “¿Cómo?”, a lo que le respondí “No hay problema que la veas, me parece bueno que lo hagas, aunque me parecería mejor que nos acompañes un rato y te la presento”…
Mi amigo se quedó frio, dudando, la cara de incredulidad y sorpresa se hizo notar. Era claro que tenía reservas con la invitación pero también interés en explorar ese camino.
A lo lejos, pude ver que ella venía de regreso, por lo cual le afirme “No tengo problema, en serio, quédate y te la presento, creo que puede ser algo bueno para los tres”.
Cuando terminé de decir esto, me levanté para recibir a mi mujer. Mi amigo hizo lo mismo y antes de que cada uno tomara su lugar, los presenté.
Ella lo saludó y tomó su asiento, el hizo lo mismo. Yo al tomar mi silla le comenté a mi mujer que nos habíamos encontrado y que lo había invitado un momento a la mesa para presentarlos. Ella entre sorpresa y desconcierto, sonrió y continúo la conversación sobre el lugar y el menú.
Mi amigo, ahora nuestro amigo, le llamó al mesero y a modo de cortesía nos invitó una bebida. Mi mujer que ya sentía un poco de mareo dudo en aceptarlo, pero yo la motivé y llegó la siguiente ronda.
Platicamos del buen clima que había esa noche y yo aproveché para hacer algunos cumplidos a ella respecto a lo bella que se veía esa noche.
Al inicio, ella se sonrojó y agradeció. En cuanto terminó hice una ampliación al cumplido y en esta ocasión terminé con un “¿O me equivoco?” pero esto último dirigido a mi amigo, quien complementó con “Tienes toda la razón, te ves muy guapa esta noche”. Ella entre sorpresa por este momento y las bebidas previas, sonrió y agradeció de nuevo diciendo que no era para tanto.
La conversación siguió avanzando y di espacio a que nuestro amigo tomara iniciativa… reímos y platicamos un buen rato, sin darnos cuenta llegó una cuarta y una quinta ronda.
El calor, la bebida y la buena platica aportó mucho al ambiente, la plática iba evolucionando hacia mi mujer, respecto a su buen carácter y linda sonrisa. En un momento de oportunidad, interrumpí…
“Y lo mejor es que toda ella es una belleza” y preguntando a nuestro amigo “¿Tu qué opinas, además de su sonrisa y carácter que otra parte de ella te parece atractiva?”
Ella solo sonrió y puso toda su atención a la respuesta.
De forma muy cordial el respondió “Sus ojos y su boca”… parecía ser que la formalidad estaba más presente de lo pensado.
Ella solo sonrió, al parecer esperaba más.
Por ello, por debajo de la mesa, acaricié su pierna y le dije a nuestro amigo “y que opinas de su escote”, ella tomo mi pierna y la apretó mientras sonreía y yo la seguí acariciando, pero esta ocasión subiendo hacia su entrepierna y el respondió “se ve increíble” y mientras escuchaba la repuesta, mis dedos acariciaban su panty que se sentía húmeda, al parecer la conversación estaba teniendo efectos.
Después de esto, me levanté y me puse detrás de ella para besar su cuello mientras le decía al oído que si se sentía cómoda, lo cual ella respondió “Si”.
Sin moverme del lugar, de una manera obvia voltee a ver hacia dentro de su escote y le dije a nuestro amigo “Y la vista desde aquí es aún mejor” para después regresar a mi silla.
La conversación siguió enfocada en ella, mientras esto sucedía yo aprovechaba para seguir acariciando su pierna y claramente podía ver como ella lo estaba disfrutando.
Decidí dar un paso más y comentar “Si su escote es tremendo, la suavidad de su piel es aún mayor” y volteando a verla a ella le pregunté si le permitiría a nuestro amigo que tocara su pierna, ella levantó los hombros y con una cara inocente me dijo “si no te afecta, si”.
En ese momento me levanté de mi lugar y caminé a posicionarme entre los dos y tomando la mano de él, la puse en la pierna de ella y con mi otra mano, subí la falda de ella para que la piel quedara descubierta.
Regresé a mi lugar y pregunte “¿qué opinas?”; nuestro amigo estaba impactado, mi mujer bastante motivada y excitada. Tome mi bebida y les pregunte a ambos si esa mano estaba en un buen lugar o si debía moverse, ahora toda la atención estaba sobre ella, esperando la respuesta que nos daría.
Ella solo sonrió y puso su mano encima de la de él, lo que sucedió a continuación fue como tener un rush de fuego dentro de mí. Ella subió su mano y la puso sobre su panty para que pudiera sentir su humedad. En ese momento, yo les dije que iba al baño para darles un poco de espacio y que platicaran sobre lo que deseaban que sucediera.
Caminé sin voltear atrás, dando espacio y al momento de girar hacia el baño, di una mirada hacia atrás y pude verlo a él besando su cuello mientras su mano seguía dentro de la falda de mi mujer.
Me apresuré a pedir la cuenta y a pagarla mientras tenía ese espectáculo a la vista.
Así que regresé a la mesa y les comenté si habían decidido algo a lo que mi mujer me dijo “Vámonos” mientras se levantaba y tomaba de la mano a nuestro amigo.
Llegamos al estacionamiento, le sugerí al amigo que dejara su coche y que nos fuéramos en mi camioneta. Lo aceptó de inmediato.
Al llegar a mi camioneta fui del lado del copiloto, mi mujer se dirigía a dicho puesto, pero en cambio, abrí la puerta de atrás y la invité a subir, del otro lado mi amigo sin darse cuenta de este hecho, se subía también en la parte de atrás. Cerré la puerta y me dirigí al puesto de conductor.
Salimos del estacionamiento y la oscuridad de la noche fue cómplice de lo que sucedía en el asiento trasero. Ellos se empezaron a besar mientras él la estaba masturbando, pude ver como metía sus dedos en la muy húmeda vagina de ella, el sonido de los dedos entrando y saliendo, era algo que me tenía a tope de excitación.
En un momento le pedí a ella que bajara su blusa y que permitiera que nuestro amigo se deleitara con sus pezones. Ella lo hizo de forma inmediata mientras también aprovechaba para abrir el pantalón de nuestro amigo, al parecer era el momento de devolver el placer recibido.
Por el retrovisor pude ver como ella se inclinó y empezó a mamar la verga de nuestro ahora no solo amigo, sino también cómplice. En un momento pude escuchar como se ahogaba y lo masturbaba (el sonido de sus pulseras la delataba).
Les pedí que fueran con calma mientras estábamos llegando a un motel.
Al entrar subimos a la habitación, sin más, la empecé a besar y a desnudar, al llegar a la cama ella ya no tenía ropa alguna encima, la puse en 4 y la penetré.
Le pedí que mamara a nuestro amigo quien estaba gozando a lo grande.
Después de un momento, lo invité a cambiar de lugar y él feliz accedió. La penetró y ella soltó un gemido delicioso y empezó a pedir que le dieran duro.
El acto fue intenso, en un momento me quite ya que ella estaba completamente concentrada en la penetración que recibía. Ella terminó una vez, después el explotó en un orgasmo fuerte; después ella me montó y volvió a tener un orgasmo, para después yo terminar en un clímax increíble.
Mi bella mujer se recostó en la cama después de estos momentos, pero nuestro amigo ya había recuperado una buena erección y la penetró de nuevo… para el momento en el cual él terminó por segunda vez, ella había tenido entre los dos 4 orgasmos. Yo le entregué el último, exhausta con la vagina dilatada, los labios inflamados de placer y las piernas temblorosas, quedó recostada con una sonrisa indescriptible.
Nos aseamos, vestimos de vuelta y llevamos a nuestro amigo al centro comercial. Lo dejamos en la entrada y nos retiramos a casa.
Al llegar, ella tomó un baño, yo hice lo mismo esperando descansar.
Al entrar a la cama, me sorprendió ella con un beso apasionado diciéndome “gracias, me encantó” y empezó a acariciarme para montarme y terminar la noche cogiendo de nuevo.
![]()
Con mi esposa hice lo mismo. Fue muy bueno excitante ver cómo mi amigo entraba en la vagina de mi esposa. Fue algo único . Táchira Venezuela
Delicia de imagen!
Los invitamos a seguir leyendo relatos aqui y a seguir la cuenta @mropenmindmx en “X” (antes twitter).
yo empeze mas o menos igual a partir de los 25 años y con alguna pausa hasta los 60 años a parte de los intercambios lo que mas me a gustado es estar con dos hombres y notar sus corridas dentro mio
Que maravilla de experiencias debes haber vivido. Te invito a contactarnos vía plataforma “X” por si deseas que compartamos algun relato tuyo
Usuario: @mropenmindmx
con mi marido hemos compartido infinidad de encuentros y bastantes anectoras,normalmente siempre han acabado en mi boca
Te felicito por tener a esa belleza de mujer y sobre todo que accede a cumplir tus fantasías tu narrativa es excelente muy buen relato
Gracias Jose Luis, te invito a leer los demás relatos que he publicado para deleite de ustedes.
Gracias a todos por sus comentarios, motivan a seguir compartiendo.
Exquisito relato yo ya he vivido eso con mi esposa y un compañero del trabajo aunque fue hace ya muchos años, fueron tres o cuatro ocasiones y ahora me hiciste recordar felicidades
Y ya no han retomado?
Me encantó el relato ❤️
Gracias!
Que bien este relato le sube la adrenalina a uno el imaginar que pueda ser el invitado
La adrenalina subió con cada momento de esa cita, al igual que con cada tecla al recordarlo.
Te invito a leer los otros relatos.
Muy linda situación…han vuelto a encontrarse?
No por el momento, pero siempre puede suceder sin previo aviso 😉