Hola cómo están, mi nombre es Gloria y lo que les contaré es algo que me pasó con unos de mis novios que tuve durante unos años, en esos momentos yo tenía 23 años (hoy tengo 43) y siempre tuve un cuerpo bastante agraciado, tengo lo justo de pechos sin ser gigantes puedo decir que son lo suficientemente grandes como les gusta a los hombres, mi culo es grande pero no desproporcionado, es lo que más me miran y elogian.
Si bien yo a esa edad tenía uno que otro noviecito, ninguno era mi novio oficial, salíamos unos meses y luego cortábamos, ellos solo me querían para coger, y no voy a negar que yo también, por eso es que duraba poco la relación, yo a esa edad como ya había hecho casi de todo en el sexo, me creía que era una gran cogedora, pero nada me había preparado para lo que me ocurrió, que no solo habría de cambiar mi pensamiento, sino también mi vida sexual.
Si bien yo tenía varios pretendientes, a algunos no le daba esperanzas y desistían, pero había uno que era muy insistente, y yo no quería darle oportunidad, debido a que no me gustaba, era muy alto y flaco, y su cara no era muy agraciada que digamos, pero a veces una de tanto que le insisten termina aflojando, así que le di la oportunidad, salimos unos días y yo no quería llegar a nada sexual, pero al conocerlo un poco más a Leo que así se llama, empecé a verlo con otros ojos, él siempre fue muy caballero conmigo, y trataba de no apurarme en ese tema, hasta que una noche después de salir y con un par de tragos.
Decidí que debíamos dar un paso más, así que el me invitó a su casa y allá fuimos, nos besamos un rato y al momento de estar en la cama el me sacó toda la ropa, me comenzó a chupar la concha y lo hacía muy bien, que hasta me arranco mi primer orgasmo, hasta ahí yo me sentía muy bien, así que decidí que quería chuparle la pija, cuando se sacó la ropa y quedó su pija al aire no podía creer lo que veía, Leo tenía una pija enorme, parada le media 23 cm y 8 de diámetro (en otra ocasión se la medí) yo en ese momento no lo sabía pero la tenía que agarrar con las dos manos, nunca había tenido una así.
Se la comencé a chupar como podía ya que no sabía como hacerlo, la recorría con mi lengua y como podía trataba de meterla en mi boca, entraba solo una parte, pero cuando quiso cogerme realmente me dio miedo, le pedí que lo haga despacio, pero lo gruesa que era me hacía doler, de a poco con las distintas noches de sexo que fuimos teniendo me acostumbré a su tamaño, y realmente la disfrutaba muchísimo, cada vez que teníamos relaciones me hacía acabar varias veces, pero esto que les estoy contando es el prólogo de este relato, ya que lo que realmente cambió todo, fue cuando me pidió tener sexo anal.
Cómo les dije en la cama la pasaba increíble una vez que me acostumbré al tamaño de la pija de Leo en mi concha, y el chuparla se había vuelto un vicio para mí, teníamos mucha química y yo me sentía la mujer más afortunada del mundo, pero pasados unos meses de estar así, él me dice que le encantaría hacerme el anal, yo le digo que está loco, que me mataría con el tamaño de su pija, pero el insiste y me dice que sería muy cuidadoso, yo si bien anteriormente había tenido sexo anal con algunos de mis novios, ninguno se acercaba al tamaño de la pija de Leo, más que nada por lo gruesa que era.
Yo le dije que me diera tiempo, que cuando me sienta preparada lo haríamos, él no muy convencido aceptó, cada vez que estábamos en la cama él me lo pedía, pero yo le decía que todavía no, pero podía notar que él también se estaba empezando a frustrar, así que empecé a convencerme yo misma de hacerlo, varias veces lo intento, pero la tenía tan grande que me causaba mucho dolor y lo dejábamos, él usaba lubricantes y ni así podíamos hacerlo, yo en ese momento tenía muchos sentimientos hacia él, bueno, no sé si hacía a él o a su pija, ya que me hacía gozar como nadie lo había hecho, hasta que un día me dije a mi misma que lo intentaría hasta lograrlo, y se los contaré como fue.
Esos días trate de que nos guardemos para llegar al fin de semana con muchas ganas, pero también de mi parte trate de entrenar mi culo usando un juguete que tenía, todas las noches de a poco me lo iba metiendo para que mi dilatación fuera más fácil, si bien el tamaño de mi juguete no era como la pija de Leo, sabía que podría ayudar bastante a que el dolor fuera menos, yo realmente disfrutaba de mi juguete y deseaba pasarla de la misma manera con él, así que cuando llegó el fin de semana salimos a cenar y tomar algo, y después nos fuimos directo a su casa, los dos teníamos muchas ganas de coger, así que ni bien entramos nos comenzamos a besar apasionadamente.
Yo mientras lo besaba acariciaba su pija que no paraba de crecer y ponerse dura, así que se la saco del pantalón y comienzo a chuparla como si mi vida dependiera de eso, trataba de meter todo lo que más podía en mi boca y la recorría con mi lengua desde sus huevos hasta la cabeza, Leo comienza a sacarse la ropa hasta quedar completamente desnudo, era hermoso ver su pija grande y dura, se acomoda en el sillón y abre sus piernas para que yo me arrodillé en medio y le dé una chupada de pija como se lo merecía, y no lo hice esperar, la lamía sin dejar un milímetro sin recorrerla, cuando llegaba a sus huevos que los tenía duros y casi pegados a su gran tronco.
Yo disfrutaba el chuparlos y a la vez lo miraba a los ojos con cara de puta que es lo que a él le gustaba, cada vez que intentaba meter todo lo que más podía en mi boca lo volvía loco, no aguantó más y me sentó en el sillón, me sacó el pantalón y hundió su cabeza en mi concha, me la chupaba como nunca, metía su lengua en lo más profundo de mi ser, y se detenía a chupar y morder mi clítoris, no tarde mucho en sentir la electricidad en todo mi cuerpo y comencé a acabar dejando mis jugos en su boca, él no paraba de chuparme, pero está vez comenzó a meter un dedo en mi culo, me hacía llegar al cielo, lo metía y sacaba, luego fueron dos los dedos que metía, sin parar de chupar.
Yo me sentía la mujer más feliz y más puta del mundo, no tarde mucho en volver a acabar, me estaba dando un placer indescriptible, entonces se incorpora y acomoda la cabeza de su pija en la entrada de mi concha, y muy lentamente me la empezó a meter, yo podía sentir cada una de sus venas de lo dura y gruesa que estaba, cuando la metió toda, al mismo tiempo comenzó a chuparme las tetas, estaba sintiendo todo lo que una mujer muy caliente desea sentir, cada vez que empujaba sentía como su pija estaba por llegar a mi estómago, cada vez me daba más duro y mi concha no daba más de lo caliente que estaba, podía sentir como la tenía abierta a más no poder.
Tranquilamente podían meter una mano después de que él me cogía, cosa que pasó, pero eso se lo contaré en otro momento, luego de varios minutos de cogerme así me pide que me apoye en el respaldo del sillón para comenzar a cogerme de perrito, cuando me la saco puede escuchar que sonó como si descorchaban una botella cuando sacó la cabeza de su pija de mi interior, yo me encontraba tan excitada que deseaba que Leo no dejara de cogerme nunca.
Creo que todo el sexo que me daba fue lo mejor de mi vida sexual hasta hoy en día, yo estando arrodillada en el sillón apoyando mis brazos en el respaldo creía que ya estaba lista para recibir ese enorme trozo de carne duro y venoso en mi culo, así que mirando para atrás asentí con la cabeza, dándole a entender que me encontraba preparada, así que el agarró la botella de vaselina y comenzó a pasarla por mi ano y su pija, cuando lo hace la siento fría al primer contacto, pero solo duró unos segundos, y siento que él apoya la cabeza de su pija en mi ano, por su grosor sabía que los juguetes que había usado en mi culo no alcanzarían para que dilate lo suficiente para recibir ese monstruo.
Él se movía lentamente en forma circular haciendo presión, lo que no alcanzaba para que pudiera entrar su cabeza, él lo intentaba una y otra vez muy suavemente, el dolor que sentía hacia que le pidiera que se detenga, pero a la vez no quería que se frustre o desilusione, así que le pedí que usará más lubricante, y esta vez agarré mis grandes nalgas con mis manos y las abrí para que el tuviera una mejor visión y manejara la situación, yo decidí cerrar los ojos y poner mi cabeza en blanco, pero no sé si fue eso, que está vez el dio un empujón con firmeza y la cabeza de su pija entro en mi interior, el dolor que sentía me hacía pensar que me estaba partiendo en dos.
Yo mordía el sillón para no dar estruendosos gritos de dolor, pero igual se podía escuchar mi sufrimiento, sabía y sentía que me había roto el culo, y luego lo comprobé al ver manchas de sangre, él me pedía que me relaje, pero el dolor no me lo permitía, luego de unos instantes saca su pija de mi interior, en ese momento sentía que volvía el alma a mi cuerpo, pero cuando menos lo esperaba volvió a presionar y a meter la cabeza de su pija dentro de mi culo, nuevamente sentí un gran dolor, pero no tan intenso como esa primera vez, él nuevamente volvió a dejarla clavada en mi culo sin moverla.
Ahí supe que estaba intentando hacer, quería que mi culo se acostumbre a dilatarse para recibir esa gran pija, hizo esto varias veces, si bien cada vez que lo hacía entraba con más facilidad, nunca deje de sentir un gran dolor, pero luego de varios minutos de hacer esto comenzó a meter de a poco ese grueso tronco, cuando lo hacía además del dolor, sentía un ardor que hacía distinguir cada milímetro de su pija, cuando menos lo esperé sentí como su pubis chocaba contra mí, no podía creer que todo ese trozo de carne me esté abriendo el culo y alojándose en mi interior, cada movimiento por más pequeño que sea me causaba dolor, pero él lo hacía muy suavemente, la sacaba varios centímetros y la volvía a meter.
Él me decía que le encantaba como se sentía cogerme el culo y que en cualquier momento estaba por acabar, yo daba gracias a Dios que lo hiciera ya que acabaría con ese sufrimiento, él de a poco subía más la velocidad con que me cogía, otra vez se intensificó el dolor y sentía como que en cualquier momento su pija saldría por mi ombligo, en unos instantes sentí como él se estremecía y llenaba mi culo con gran cantidad de leche, en ese momento tuve varias sensaciones encontradas, dolor, morbo, alivio, ardor y un extraño placer, pero cuando por fin la sacó caí desplomada de cansancio.
Prácticamente quedé dormida al instante y él a mi lado, cuando desperté tenía un gran dolor y ardor en mi culo, cada movimiento que hacía me recordaba que hace unos momentos me habían roto el culo como nunca antes en mi vida.
Realmente esa experiencia me había marcado, pero para nada había concluido ahí, durante el día sentía un dolor y una incomodidad como nunca, Leo solo me decía lo feliz que estaba por haberme cogido el culo, cuando llega la noche y vamos a la cama, yo realmente no tenía ganas de nada, así que me doy vuelta dando la espalda a Leo que me abraza con dulzura, luego de unos minutos así el comienza a darme besos en el cuello y espalda.
Y en ese momento me ocurre lo que jamás hubiera imaginado, el ardor que sentía en mi culo me pedía tener una pija para que calmara, en mi interior sabía que si Leo me volvía a coger, volvería a sentir un intenso dolor, pero yo deseaba ser cogida para calmar ese ardor, así que comencé a responder los besos de Leo, sentía un fuego dentro de mí que no podía contener, así que sin que el se lo esperara me puse en posición de perrito y le pedí que me coja, él tuvo una agradable sorpresa, y no me hizo esperar, ensalivo la cabeza de su pija y haciendo a un lado mi tanga la clavo hasta el fondo en mi concha.
Yo me sentía muy bien, pero necesitaba que Leo haga parar el ardor en mi culo, así que luego de unos minutos de que me esté cogiendo así, decidí dar un paso más, agarré mis grandes nalgas con mis manos y las abrí de par en par, dándole a entender que necesitaba que me coja el culo, así que apoyo la cabeza de su pija en mi entrada, presionó con firmeza y la metió en mi interior, nuevamente sentí un gran dolor, pero menos que la primera vez, y el ardor que sentía había desaparecido, cada vez que Leo se movía sentía como si me estuviera partiendo en dos, pero a la vez se hacía más tolerable.
Cuando menos lo esperé mis quejidos de dolor se habían convertido en jadeos, si bien esos jadeos estaban acompañados de dolor, este era de mucha menos intensidad, Leo me estaba cogiendo a gusto pero con suavidad, la dilatación a la que me estaba sometiendo me hacía tener mucha sensibilidad en mi culo, a los pocos minutos siento como su leche invade mi interior, pero no la saca de mi culo, y se queda ahí hasta que su pija se pone flácida, y prácticamente sale por si sola, esa semana me cogió analmente todos los días, hasta que por fin pude aguantarla sin dolor, y ahí sin pensarlo comenzaron innumerables experiencias, algunas que eran fantasías y otras que las hicimos por curiosidad, las cuales seguramente se las iré contando.
Hoy al mirar para atrás puedo decir que mi vida sexual no la cambiaría, si bien ya no estamos juntos con Leo, todo lo vivido con él es algo que perdurará en mí, luego de eso tuve buenas experiencias, pero ninguna como esas, a partir de ahí me acostumbré a las grandes pijas, si bien no soy una adicta a las vergas gigantes, debo decir que son mi debilidad, y como estarán imaginando los hombres de color son mi prioridad, pero bueno, todo eso se lo dejaré para otro relato, estaré atenta a sus comentarios y preguntas.
Rico saca más relatos así
Gracias, espero que te haya gustado
Exelente relato, dichoso el amigo tuyo…
Muchas gracias, hoy ya no estamos juntos, pero tengo maravillosos recuerdos
Me encantó tu relato. Soy adicta al sexo anal. Pero no he tenido encuentros con monstruos
Disfruto mucho el orgasmo anal.
La verdad fue una experiencia que cambió mi vida, y sobretodo todo el tiempo que pasamos juntos y las cosas que hicimos, gracias por comentar