Una propuesta diferente de tres lesbianas (4): El pedido de Lariza

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Ahí estaba yo, manejando camino al departamento de este muy particular grupo de chicas, era una fantasía hecha realidad, la mayoría de los chicos queremos tríos, yo cumplía esa fantasía a diario, pero con la particularidad que había una tercera, que si bien no penetraba, nos miraba, desnuda, la he visto tocándose frente a nosotros, incluso presencié como con su lengua limpiaba la vagina de Ana Paula después de una masiva descarga de mi esencia dentro de ella, con mi leche aun chorreando, Lariza parecía saborearlos, recuerdo una vez eyaculé dentro de Rayane, ella se salió encima de mí.

Ana Paula sin perdón tomo su lugar moviéndose en mi pija que seguía muy dura y comenzó a besarme, en eso Lariza se acercó a Rayane y le pidió que hicieran una tijera, y así me toco presenciar como Rayane golpeaba su vulva contra la de la Lariza, estando mi semen haciendo hilos de esperma entre esas dos vaginas, Lariza me llamaba la atención, decía ser lesbiana pero indirectamente trago mi semen desde las vaginas de Ana Paula e incluso con esa tijera algo de mi se quedó en ella, aunque sea superficialmente, quería cogerla, pero temía abusar de ella, y que eso me costara seguir teniendo tríos.

Mientras recordaba esto, mi pija se volvió una piedra, me imagine que al llegar volvería a recibirme una de las chicas con ropa íntima y ya seguro al entrar Lariza estaría besándose con una de ellas, claro hoy tenía ganas de reventarle la vagina a mis mujeres y disfrutar del morbo de Lariza observando, pero pasaron cosas que no espere.

Llegué, Ana Paula me recibió con solo una tanguita negra, me beso apasionadamente, cuando me acerque, encontré a Lariza totalmente desnuda en medio de la sala mirándome a los ojos, nunca pensé que ella me hablaría directamente. Lariza siempre observaba desde un rincón, tranquila, con esa mirada que parecía contener mundos. Pero esa noche, antes de que todo comenzara, se acercó y con voz suave, casi tímida, me dijo:

—Hoy… me gustaría besarte. Solo eso. Cuando estés con Ana Paula o Rayane. Quiero sentirlo.

No lo esperaba. Por un segundo, me quedé en silencio, sorprendido por su iniciativa, pero también tocado. Porque ese gesto era íntimo. Profundo. Más íntimo incluso que el cuerpo.

Asentí, con respeto. Y cuando llegó el momento, con Ana Paula se subió encima de mí, Rayane se puso a mi derecha, besándose apasionadamente con Ana Paula (ellas saben que las escenas lésbicas me enloquecen), mi mirada se cruzó con la de Lariza. Se coloco a mi izquierda, totalmente desnuda, se acercó a mi cara y me miro a los ojos, nos besamos, mientras escuchaba los gemidos de Rayane y Ana Paula besándose encima de mí. El beso fue suave primero, luego más decidido, como si los silencios de todas nuestras noches compartidas cobraran forma. Sus labios sabían a curiosidad, a deseo contenido, a algo que aún no se había dicho.

Y entonces, mientras nuestros labios aún se rozaban, sus ojos se clavaron en los míos. Susurró, casi en mi oído:

—Hazlo… quiero verte acabar dentro de ella. De Ana Paula. Hazlo mientras yo te miro.

Su tono no era solo excitado: era una entrega. Una forma de decir “te dejo entrar en nuestro mundo”, sin decirlo. Sentí una mezcla de fuego y respeto, de conexión real con las tres, Sentí mi glande golpeando el cuello Uterino de Ana Paula, cerré mis ojos para sentirme vivo, comencé a sentir como mis huevos se vaciaban y mi semen salía expulsado llenando el útero de Ana Paula quien me salpicaba de flujo vaginal.

Cuando nuestras miradas volvieron a cruzarse al final, con su amiga acurrucada a mi alrededor, ella no apartó la vista. No era solo deseo lo que había en sus ojos, era confianza.

Y yo supe que algo había cambiado entre los cuatro. Me miraba con una cara de perrita en celo, quería sacarle a Ana Paula y penetrarla, pero me contuve, cuando Ana Paula salió encima de mí, enseguida Rayane se subió y comenzó a moverse, ahora Ana Paula comenzó a besarle, Lariza se acercó a mí y ya sin preguntar comenzó a besarme apasionadamente, mi lengua jugaba con la suya mientras sentía como mi glande golpeaba el fondo de Rayane, estuvimos así un buen rato, hasta que Lariza se acercó a mi oído y me susurro

“Córrete en Rayane”, yo me acerque a su oído y le dije “Voy a marcar a nuestras chicas” y ahí mis huevos comenzaron a votar toneladas de esperma en la vagina de Rayane, mientras Lariza me observaba con cara de placer y yo gruñía como un animal que se apareaba con sus hembras.

Salió Rayane de mí, mi pija estaba brillante, mezcla de los fluidos de mis dos chicas y mi semen, Ana Paula y Rayane estaban a mi derecha abrazándose, se reían, parecían cómplices, hasta que Lariza me dijo algo que me puso la pija apuntando al cielo.

“Puedo subirme, solo quiero rozar, no me penetres, solo juguemos”

Yo acepte con un “si, por su puesto”, vi por primera vez a Lariza subirse sobre mí, comenzó a rozar con sus dos labios vaginales la vara de mi pija, iba suave, despacio, sus labios bordeaban el palo de mi pija, incluso llegaban hasta mi glande, sin penetración, solo roce, con la mirada atenta de las otras dos chicas, me moría por penetrarla, pero la respetaba, era raro, no sé a qué iría esto, pero me estaba gustando.

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