Veo a mi mujer ayudar a su amigo en cámara (2)

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T. Lectura: 4 min.

¡Hola, queridos lectores!

Continuando con la historia de mi amada esposa con su amigo Miguel:

Después de aquel día en que descubrí por accidente la gran utilidad de una cámara en casa, comencé a aficionarme con echarle una vista a lo que ocurría cuando salía de la ciudad. Daniela sabe que no soy una persona celosa, no tenemos complejos entre nosotros, además de que nos amamos totalmente y nos dejamos ser, por lo que nuestra vida continuó de manera normal. Eso sí, cuando hacíamos el amor, a mí me encendía de sobremanera el recordar aquellas excitantes imágenes, recordar la manera en que mi amada ayudaba a Miguel a superar su depresión y a su ex…

Mis salidas por trabajo eran constantes y también c0nstantes eran mis vistas a la app de las cámaras de vigilancia. Para mi sorpresa, durante un par de meses nada fuera de lo normal sucedió, hasta un día que Daniela me avisó que acompañaría a Miguel a una reunión de amigos de su carrera, una reunión de arquitectos. Yo crucé los dedos y pensé: “si beben un poco, tal vez…”.

Yo confiaba en que siempre que se reunían y acudíamos, la cosa terminaba en borrachera segura y ese grupo de amigos eran muy dados a jugar cosas subidas de tono: póker de prendas, Jenga hot y demás cosas que sólo eran pretexto para subir el tono de las conversaciones.

Yo arreglaba mis asuntos a distancia, papeleo por aquí y allá, cosas aburridas, pero me motivaba qué pasaba en aquella reunión. Pasaron las horas y yo ya me quedaba dormido, cuando mi app me avisó que había movimiento en la entrada del departamento. mi corazón se aceleró.

Serían como las 11 de la noche apenas, algo temprano para terminar esas reuniones, pero por la forma en que caminaban Miguel y Daniela, esta vez acompañados de una amiga que frecuentaba estas reuniones, creo que se llama Giovanna, entraban tambaleándose y riendo alegres, balbuceando cosas a medio decir, me dio algo de risa. Resulta que Giovanna fue quien presentó a mi esposa con Miguel mucho antes de que yo la conociera, así que tenían una amistad de años los tres. Pues bueno, Giovanna era aparentemente la más bebida de los tres y como pudieron la ayudaron a beber algo de agua y la llevaron a la cama para que calmara un poco la borrachera.

Después de dejarla, salieron de nuestro cuarto al sofá donde yo tenía una vista privilegiada. Una plática tranquila entre algunas risitas se llevó durante casi una hora, la verdad yo, algo decepcionado, creí que quedaría en nada más que eso. Pero de pronto, mi esposa fue por unos tragos, un ginebra delicioso que nos encanta, y ahí comenzó lo mejor. Después de algunos 20 minutos en que Daniela y Miguel hablaban de cualquier cosa y se bebían el gin, alguno de los dos dijo algo que no alcancé a escuchar, pero que provocó risas cómplices entre ambos, mi esposa cambió hasta su forma de sentarse para voltear a mirar a Miguel, subió sus pies al sofá y dijo algo como: “qué, no tuviste suficiente la otra noche? nos va a escuchar Giovanna, ¡si es que no se ha desmayado de borracha!”.

Rieron juntos y se quedaron mirando unos minutos en silencio, era un silencio que hablaba bastante, era un silencio cómplice. En algún momento, comenzaron a tocar sus manos, suavemente, se miraban a los ojos, todo era lento pero apasionado. Yo sabía lo que iba a pasar y la verdad me emocioné, comencé a excitarme sólo con ver eso.

Después de un rato de tocarse sólo las manos, Miguel comenzó a acariciar el cabello de Daniela, de vez en cuando bajaba a su cuello, regresaba al cabello y así por unos minutos en los que mi esposa sólo movía su cabeza un poco, dejándose llevar por la excitación y el alcohol. Yo era un manojo de nervios, no quería que Gio despertara y les arruinara la diversión. Después de un rato de estar acariciándose tiernamente, Daniela, con los pies arriba del sofá, se quitó los zapatos y Miguel entendió eso como una invitación, comenzó a masajear sus pies mientras la miraba a los ojos.

Después de tocar hasta hartarse los pies de Daniela, comenzó a tocar sus pantorrillas, sus muslos, Daniela de vez en cuando abría ligeramente sus piernas pata dejarle ver lo que llevaba por debajo de la falda. Miguel no soportó la tentación, llevó sus dedos hacia el delicioso sexo de Daniela, que por aquél entonces ya estaría más que mojado. Daniela comenzó a emitir pequeños gemidos de placer, llevaba su cabeza hacia atrás y se dejaba llevar. Después, Daniela se levantó del sofá y comenzó a desprenderse de su ropa con movimientos increíblemente sexys, me volvía loco ver eso, ¡imaginaba que a Miguel aún más!

Cuando Daniela había quedado en ropa interior, le dio la espalda a Miguel y se agachó como si fuera a tocar sus dedos de los pies, como cuando estiras antes de hacer ejercicio. Miguel no soportó la provocación y llevó su cara completa entre las nalgas de Daniela, dando ella un pequeño grito de sorpresa, levantando un poco la cabeza y dejando ver sus ojos y su boca totalmente abiertos. Era una imagen tremenda de mi esposa, casi parecía que posaba para la cámara.

Yo ya me tocaba frenéticamente, Miguel, después de devorar por detrás a Daniela, la hizo girar y le plantó un tremendo beso mientras le tomaba con fuerza el trasero, ella se dejó llevar, su mano fue a sobar el miembro de Miguel, que seguía vestido y procedió a quitarle el cinturón, desabrochar su pantalón y arrancarle la camisa.

Ambos estaban entregados a disfrutar uno del otro, habían dejado de cuidar el ruido que hacían, ya no les importaba si despertaban a Giovanna. Mi esposa se puso de rodillas y comenzó a lamer frenéticamente las bolas de Miguel mientras con su mano acariciaba su glande, Miguel se inclinaba hacia atrás disfrutando de aquel masaje tremendo. Pasaron a acurrucarse en el sofá, Miguel por detrás de Daniela, ella levantó un poco su pierna y ayudó a dirigir el miembro de Miguel hacia ella, acariciando sus testículos en el proceso. a Miguel esto le encantaba, lo ponía como un toro.

Comenzó a penetrarla, a embestirla, primero suavemente, pero en unos minutos ya aquello era violento, no se limitaban. Muy pronto Daniela comenzó a tener un orgasmo tremendo, casi pude sentirlo a través de la pantalla. En todo momento Daniela acariciaba el tronco y los testículos de Miguel. De repente él le avisó que estaba por venirse, separándose rápido de él, Daniela se levantó y se colocó encima, llevando el miembro a su boca y comenzando una succión que casi hace que Miguel se vuelva loco, comenzó a gemir intensamente y se vino dentro de la boca de Daniela, que se tragó todo lo que salió de aquel pedazo de miembro.

Unos minutos después, se habían acurrucado uno con otro y se quedaron dormidos unos minutos.

Giovanna comenzó a llamarlos y los despertó, se vistieron rápido, fueron al cuarto y la ayudaron a levantarse. Después de unos momentos, Miguel ayudaba a Giovanna a caminar para llevarla a casa. Se despidieron de Daniela como si nada hubiera pasado.

Daniela se fue derecho al cuarto y seguramente quedó rendida, se habrá dormido al instante.

Yo ni sé en qué momento me vine tremendamente, tuve un gran orgasmo sólo de observar aquellas escenas. Muy satisfecho por todo, me fui a dormir con una sonrisa de oreja a oreja.

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2 COMENTARIOS

  1. Muy bueno el relato👍, hace q uno se ponga cachondo🔥 de pensar en Daniela😍.
    Ya quisiera tener una esposa así ❤️

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