Verónica y Sonia (2)

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T. Lectura: 4 min.

Sin decir nada camine hacia ellas casi por inercia, verlas ahí desnudas mientras el agua recorría sus cuerpos me excitó demasiado. Al toque de sus cuerpos con el mío agarre sus nalgas, ellas a su vez comenzaron a masajear mi pene semierecto que poco a poco tenía más firmeza y nuestras bocas volvieron a encontrarse.

Esta vez Sonia comenzó a meter su lengua en la boca y se inclinó más hacia mí, aproveche para pasar mi dedo medio entre sus nalgas, en una de esas caricias roce su ano y sentí como me apretó más la verga. Su acción me lleno de morbo, por lo que buscaba más esa tocar ese punto de Sonia. Entre nuestros besos y caricias nos movimos dentro de la ducha. A Sonia le corría el agua por la espalda y continuaba hasta llegar a mi mano, aprovechando esto comencé a intentar introducir mi dedo en el ano de Sonia.

-Mmmm Ahaaa -Sonia intentaba ahogar su gemido, tal vez estaba siendo un poco brusco pero no parecía querer que parara. Los besos de Verónica cedieron y fue descendiendo de a poco, se colocó de cuclillas y abrió las piernas para comenzar a tocar su raja, su mirada era de total perversión. Antes de que pudiera decir algo la tome del cabello y la dirigí a mi miembro ya erguido, ella como por reflejo abrió la boca y saco la lengua.

-Aggh jajaja me vas a ahogar -Me decía mientras nos veíamos fijamente y opte por repetir la acción una y otra vez. Esta vez ya no me reprocho, solo se dejaba guiar por mi mano y entre arcadas se separaba para volver a intentarlo. Sonia continuaba jadeando, inclino más su cuerpo hacia el muro y levanto sus nalgas, para entonces ya tenía medio dedo en su culo.

Verónica se sacó mi verga de su boca, escurría su salida y comenzó masturbarme. -¿Te gusta? -me decía con la mirada fija y recogiendo con su lengua la saliva que tenía alrededor de los labios, dejo caer la saliva por su barbilla hasta sus generosos pechos, por último me escupió la verga, se arrodillo y abrazo mi pene con sus tetas. La sensación era sublime, suaves pero a la vez me aprisionaban; con mi mano libre tome su barbilla y ella busco morder mi dedo, era toda una maníaca en ese momento.

-Ah mmm ahhh -Sonia ya hacía sonoros sus gemidos.- Cógeme, anda -Me decía Sonia casi desesperada.- Anda, ¿quieres que te ruegue? -me decía casi sollozando.

Quite mi miembro de entre las tetas de Verónica, incline a Sonia casi en 90 grados, abrí el compás de sus piernas con mis pies y le clave mi estaca en su húmeda vagina. Verónica se levantó y sin decirme nada me tomo de la cara para jalarme hacia ella para darme un beso, pero un beso lleno de deseo, recorriendo mi boca con su lengua, sus labios succionando los míos, mordidas qué por el movimiento de estar clavando a Sonia chocaban nuestros dientes.

-Ahhhh si, cabron, cógeme así, duro -Me gritaba Sonia ante mi frenéticas embestidas gracias a la excitación que me provocaban los besos de Verónica. Con una mano nalgueaba a Sonia y con la otra comencé a meter los dedos en la vagina de Verónica qué resbalaban tan bien de lo húmeda que estaba.

Entre mis embestidas, comencé a sentir como Sonia me aprisionaba cada qué entraba mi verga, sus manos fueron cayendo, sus piernas se fueron enchuecando con las rodillas hacia adentro. Le propine una nalgada más en su enrojecido culo qué la estremeció.

-¿Te encanta que te coja duro, verdad? -Le decía entre jadeos.

-Siii mmmm -Me decía ella entre suspiros y gemidos.

-¿Quieres más?, ¿si?, ¿así te gusta? -le decía mientras aumentaba la velocidad y fuerza de mis metidas, recargaba mi mano derecha en sus caderas y ya tenía tres dedos dentro de la vagina de Verónica quien también me gemía en el oído.

-Siii ya, ya, ya, yaaa -comenzó a gritar Sonia cuando una fuerza empujo mi pene hacia afuera de su vagina.

-Ahhhh -grito Sonia cuando un chorro abundante salió de su entrepierna y se desvaneció entre temblores. Verónica y yo la observamos, nos volteamos a ver y sonreímos. Sonia se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y con algunos espasmos aún.

-Estoy fuera, estoy fuera -Apenas escuchamos a Sonia entre jadeos.

-Es mi turno -me dijo Verónica rodeando mi cuello con sus brazos y dándome otro beso apasionado. En ese momento no pensé más, me agache un poco, coloque mis brazos en la parte interna de sus piernas y en un rápido movimiento la cargue, abrí totalmente sus piernas y sus pies colgaban de mis brazos. En tres torpes movimientos encontré la entrada de su húmeda cavidad.

-Mmmm -Gemia Verónica mirándome fijamente mientras iba deslizando mi herramienta en su interior.

Comencé a moverme lento, hasta ese punto no había tomado en cuenta lo cansado que ya estaba, en mi mente todo lo había visualizado más fácil, pero Verónica no me quitaba la mirada de los ojos y gemía suavecito a cada metida lenta que le daba mientras seguía mordiéndose los labios, todo eso me excito y el deseo pudo más que el cansancio. Tome sus piernas con las manos abiertas y las deslice hasta llegar a sus carnosas nalgas.

-Estoy lista, ya quiero -Me dijo Verónica susurrando, lanzándome una sonrisa y me planto otro beso intenso qué me quito cualquier pensamiento de la cabeza.

Apreté las nalgas de Verónica y empecé a penetrarla una y otra vez.

-Mmmmm -Verónica y yo soltábamos gemidos ahogados entre un apasionado beso.

Mi cuerpo empezó a desfallecer, ya era algo evidente mi cansancio, pero quería seguir besando y escuchando a Verónica. Ella seguía prensada de mi cuello, los brazos ya se me estaban venciendo. Saque mi brazo izquierdo y tome a Verónica por la espalda, ella se aferró más a mi cuello e intento continuar con sus piernas lo más abiertas que podía, sus pezones totalmente erectos rozaban mi pecho.

-Ah ahhhh -estábamos entre jadeos sincronizados

-Ahhhh -Con fuertes gemidos anuncie mi venida. Solté su espalda apoyando mi mano en el muro, mi mano izquierda ya estaba más que apoyada en mi pierna. Verónica se acomodó, abrazándome totalmente, sus tetas se desbordaban por mi pecho, su cara quedó en mi hombro derecho, sentía su respiración en mi oído. Con sus piernas rodeo mi cadera

-Lléname -Me susurro Verónica en el oído y procedió a morder el lóbulo de mi oreja.

Yo no pude más con la excitación, apoyé las dos manos en el muro y comencé a hacer movimientos de abajo hacia arriba, penetrando profundamente la vagina de Verónica.

-Ahhh mmmm -tras sentir espasmos en el cuerpo de Verónica no aguante más y deposite tres abundantes chorros de leche en la cavidad de Verónica.

Nos quedamos un momento así, entre jadeos y la respiración agitada.

-Que rico -me dijo Verónica casi sin voz

-Delicioso -Siguió Sonia incorporándose a nuestro lado. Yo solo sonreí, ya no tenía energía para decir una sola palabra.

Nos lavamos en la regadera, nos volvimos a besar. Tomamos las toallas, nos sacamos un poco, nos derrumbamos los tres en una de las camas, totalmente desnudos y nos quedamos dormidos.

Por la mañana me despertó el sonido del baño. Las chicas ya estaban vestidas.

-Buenos días, dormilón -Me dijo Verónica sonriente. Sonia solo me miro y sonrió.

Las chicas se despidieron, ya no podíamos seguir la fiesta pues las estaban buscando, no sin antes intercambiar contactos y prometernos que volveríamos a encontrarnos. Ese sería el inicio de una gran amistad.

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