¿Puedo mirar?
Armamos un trío fabuloso. Jime empezó a lamer la concha de Marita y yo me le sumé. Una concha y dos lenguas de fuego que encendían toda la pasión de Marita que ya gritaba de placer, nuestras lenguas se cruzaban y aprovechábamos para besarnos compartiendo los jugos de Marita que explotaba y nos regalaba un orgasmo muy caliente y moja...