Economista y prosti: Fiesta y nuevos clientes (1)
Se imaginan lo que fue mi ascenso y descenso. Al subir, me encargué de mover generosamente mis caderas. Al bajar, lo hice dando pequeños saltitos de escalón en escalón, para que mis tetas se movieran. Y se hicieran notar. ¡Ernesto seguía mudo! ja ja, pero cuando me acerqué a él a entregarle las copias de dos informes, atinó a hab...