Esclavo de ti mismo (Capítulo 10): Preludio
Hércules Caetron dejó caer las pesas al suelo y dio por terminada la rutina. El sudor perlaba su bronceada piel, la cual destelló a la luz de las lámparas del gimnasio, mientras la música tecno sonaba fuerte en los altoparlantes.
Sergio Castelli le extendió a su amigo una toalla, el griego la a...