Tuve que someterme a sus deseos
Y cumplió la palabra de tomarse todo el tiempo necesario para que entre suavemente. Cuando tenía toda su pija en mi cola me desató y empezó a moverse despacito. Dos minutos después yo estaba acompañando sus movimientos y cinco minutos después mordía la almohada para ahogar el grito que acompañó mi orgasmo. Esperó que me serenar...