Su profesor particular (capítulo II): Mordiendo el anzuelo
Cuando Elena cerró la puerta tras de sí, Tomás temblaba de nerviosismo. Por una parte, le avergonzaba saber que las miradas que a menudo dirigía a los pies de las estudiantes no eran todo lo discretas que él pensaba. Por otra parte, sentía no haber tenido el valor suficiente para aprovechar el ofr...