La que vivía entre la ropa sucia
Me acerqué. La tomé del cuello y la obligué a quedarse boca abajo. Le abrí las piernas. Olía a pecado, a calle, a fluidos viejos, a deseo fermentado. Esa mezcla me enloquecía. Saqué el cinturón. No para golpearla. Para pasarle el cuero por la espalda, lento. Para que sintiera cada línea, cada fibra del material. —Este olor… �...