La tentación vive abajo (1)
Sus palabras fueron un disparo directo a mis entrañas. Me giré con fuerza, dejándola debajo de nuevo, y la besé con furia. Paula abrió las piernas sin resistencia, mojada, cálida, lista para recibirme otra vez. Esta vez entré más despacio, con un control casi doloroso, queriendo saborear cada centímetro de ella, escuchar cada gem...