La criada. Una escena de azotes y voyeur
El señor Steven entró en su despacho y se quitó el sombrero de copa y la levita.
Se sentó en una butaca de cuero que descansaba tras una mesa de madera, encendió un cigarrillo y contempló el paisaje. A través del ventanal de la mansión podía ver los jardines. El cielo, llen...