Cámaras nuevas en la tienda
Marta, obediente, se acercó a donde estaba Juan y se puso de cuclillas. A continuación bajo los calzoncillos del hombre, agarró su pene con la mano y tras menearlo un poco, lo introdujo en su boca. Juan gimió y apretó el culo. Aquella mujer conocía el oficio. Tras unos minutos de chupeteo y lametones, siguiendo indicaciones, Marta v...