El campo
Nos mirábamos fijamente y podía ver su satisfacción, llegué a fondo y me movía de forma que lograba sacar sus gemidos con fuerza, su cuerpo deforme no me inhibía para buscar nuestro placer, estuvimos al menos unos 10 minutos entre penetraciones y mamadas, su cola parecía interesante, por lo que lo di vuelta y luego de unas caricias...