Balseros II: Amor de machos
Me echó su aliento perfumado de licor en el rostro y me dijo: Te he vencido una vez más, pero esta vez no te vas a ir sin complacerme. Luego me besó en la boca, metió su lengua hasta mi garganta y me mordió los labios suavemente. Yo, en vez de forcejear no puse resistencia alguna. Era una sensació...