La visita inesperada de mi vecina Michelle
La puse de lado, en una posición cucharita, mi brazo alrededor de ella, mi mano jugando con su clítoris mientras la penetraba lentamente. "Mi putita colombiana”, susurré, dándole una cachetada suave en la mejilla. Sus gemidos se volvieron más agudos, y otro squirt salió, empapando mi mano. Cambiamos de nuevo, esta vez con ella boc...