Hasta el lunes (3)
–Ni te imaginas lo guarra que puedo ser… Con una sonrisa en su cara subió una pierna sobre la mesa para mostrarme como un segundo dedo seguía al primero. Los sacó brillantes y húmedos, separándolos para que viera los hilos de flujo que pendían entre ellos. Mientras yo seguía masturbándome intentado no explotar, quería disfrut...