Mi inicio con las mujeres
Sus gemidos me hacían ver que lo estaba logrando, comencé a mover el aparato con una de mis manos, mientras con la otra me pue a acariciar sus tetas, la verdad es que eran deliciosas, no me extraña que a mi hijo le volvieran loco, de esta manera ella empezó a gemir de una manera cada vez más intensa hasta...