Verano del 84 (Capítulo 3)
La rutina cambió entonces a masturbación mutua. Nos acomodábamos lado a lado en la angosta cama, y había cierta cuestión de quien iba de qué lado, ya que ambos somos diestros. A veces también uno solo pajeaba a ambos, e inclusive mientras otro leía en voz alta (o baja mejor dicho) lo...