Una visita muy inesperada
Ellas ya desnudas se lamian el coño la una a la otra, se metían los dedos y se follaban con fuerza. Poco después las dos se pusieron en x, esta vez ordenado por mí, y juntaron sus coños ardientes, jugando a frotárselo el uno al otro. Gemían de placer, se miraban, me miraban mientras sus coños aplastados intercambiaban fluidos. Me...