Mi esposo me entregó a su mejor amigo
Efra me recostó sobre un sillón, me tomó de las piernas y las puso en sus hombros, apuntó su verga hacia mi vagina y me penetró de una manera desenfrenada que me causó dolor y placer al mismo tiempo. Al sentir cómo me entraba su verga, comencé a gemir deliciosamente. Sentía cómo le golpeaban sus testículos contra mi vagina, com...