Julia, la farmacéutica (5): Cuenta su servicio muy, muy especial
Al cabo de un par de minutos, la música cesó y yo me levanté tapando las tetas con mi brazo derecho y el sexo con la mano izquierda. Los aplausos y bravos, así como los piropos, fueron espectaculares. Yo saludé con una divertida y elegante reverencia. Entonces vi al hombre que había llegado a medio espectáculo y me quedé helada...