Nuevos relatos publicados: 13

Mujer seria y respetable (V)

  • 7
  • 8.407
  • 9,58 (12 Val.)
  • 2

A veces parece que la vida de un Dominante es fácil, y no lo es para nada, es mucho más complejo de lo que puede parecer, y además contiene mucha carga mental también.

Un Dominante no hace lo que quiere, un Dominante se rige por una serie límites impuestos y aceptados por la sumisa, lo que conlleva y se entiende que la sumisa “siempre hará lo que su amo le pida, pero nunca nada que ella no desee”

Lo que sigue es una opinión que leí en algún lugar y que comparto plenamente y de ninguna manera es la única a seguir, hay muchas opiniones diferentes respecto a este mismo asunto.

El dominante debe tener el control de sí mismo, antes de nada. Él es comprensivo, protector... No permite que su ego lo ciegue a la hora de aprender cosas sobre Él y sobre su sumisa.

Cuando el dominante encuentra una nueva sumisa, Él no exige respeto sino que se lo gana, primero explora su mente, conociéndola a fondo, no busca seducirla, sino conocerla primero como persona, para así construir una relación.

Si es un buen dominante, no hace todo esto para ganarse una sumisa sino porque es capaz de encandilar a alguien sin la trampa de la sexualidad. NO es un ave de rapiña sino un profesor que desea compartir sus conocimientos y con la satisfacción de que así puede ayudar a alguien más.

Él también sabe que su relación depende de la sinceridad, de la comunicación. Él será sincero respecto a sus vidas, a sus gustos, a lo que espera de ella y sabe que ahí ella estará poniendo toda su confianza en Él, por lo tanto, no debe jamás defraudarla en ese sentido.

Para poseerla, primero debe ganarse su respeto, para hacerlo debe demostrar que es quién dice ser, que se preocupa por ella, y que se tomará todo su tiempo para conocerla como persona primero y luego como sumisa, Él sabe lo maravilloso que es el regalo que ella le da y toda la confianza que pone en él.

Con este propósito, habla con ella, conociendo sus necesidades y deseos y expresando los suyos propios, incrementando la confianza en ella misma, saltándose poco a poco sus limitaciones para hacerle ver que puede ser más fuerte de lo que ella pensaba, es decir, abriendo poco a poco la flor de su sumisión.

Él se toma su tiempo para conocer su alma antes que su cuerpo, tiene lugar una conexión que a él le permite adivinar sus deseos, sus necesidades, sus pasiones. Con este nuevo conocimiento, el dominante puede llevar a su sumisa a cotas más altas de placer, guiarla y caminar con ella, juntos, mientras buscan niveles más altos de compromiso.

Al aceptar una sumisa, un dominante contrae muchas responsabilidades. Él no la ayuda sólo en el dormitorio sino también en la vida. Él está ahí siempre que ella lo necesita, para cuidarla, para aliviarla cuando esté deprimida, para aliviar su dolor cuando esté enferma, para ayudarla a superar sus miedos y preocupaciones, para abrazarla y amarla cuando necesite afecto.

Él lo hace porque así lo desea, ya que el regalo que ella le ha hecho lo ha dado por su propia voluntad. El intenta comprender su mente, su alma, porque sólo así ambos pueden crecer como personas. Ella es su posesión más preciada y él se esfuerza por mostrarle su confianza.

El dominante no busca cambiar a su sumisa en lo que él quiere, pero aprovecha la oportunidad de mostrarle lo que ella puede llegar a ser. Él disfruta mostrándole sus cualidades y la guía para ayudarla a convertirse en la persona que ella quiere ser. Él le indica cuál puede ser el camino más correcto a seguir pero nunca se lo impone. Una vez que ella lo encuentre, él la animará a seguir, empujándola despacio para que sea la mujer que sabe que puede ser.

Sigamos con una nueva historia, en este caso me envió este mensaje a la respuesta del anuncio:

"Me ha llamado la atención su anuncio, me gustaría saber más detalles, soy chica 26 años"

Y volvemos a comenzar, correo de inicio predeterminado y a comenzamos el baile.

Hola!!!

No esperaba tu correo así de explícito y te tengo que decir que me ha sorprendido gratamente.

Lo primero darte las gracias por las molestias y también decirte que me atrae la idea y la deseo.

Me gustaría conocerte mejor...

Guau, 26 años, correos bien estructurados, me encanta!!! Por supuesto yo también quiero conocerte mejor.

Otro mail de ella:

No tengo ninguna prisa, de hecho como es un nuevo mundo para mi me estoy tomando mi tiempo... Sí que es verdad que en algún momento me he dejado llevar y creo que me he precipitado en situaciones parecidas, pero tengo las cosas mucho más claras por ello. Creo que no necesito saber mucho más sobre la teoría básica, por eso quiero conocer a las personas. Tienes algún inconveniente?

Se llama Yolanda y es muy madura, me gusta lo que percibo.

Hola, buenos días!!!

Leí tu relato hace un tiempo, me gusto, pero tenía esa simple curiosidad, no te he juzgado en ningún momento, pero gracias por la explicación.

Hay una cosa en la que discrepo contigo (y no quiere decir que no respete tu opinión). Yo creo que cuando una persona domina a otra, llámalo dominante o amo, directamente se convierte en su propiedad, siempre en el contexto del juego y como tú dices en algo consensuado por ambas partes. En la vida real es distinto, yo no quiero ni me considero propiedad de nadie, cada uno es libre y dueño de su vida, al menos desde mi punto de vista.

PD: No me gustan los yogures, ni busco una edad.

Ahí estábamos, comenzando la danza de los análisis y seducción, ella también me analizaba a mi constantemente, cosa lógica y normal, es algo muy enriquecedor por ambas partes, pues llegas a saber realmente más de esa persona que ella misma, y muchas veces más que su propia pareja si la tiene.

Marcamos límites, y empezamos con los juegos, Yolanda rebosaba ganas de dejarse guiar, y de jugar conmigo.

La relación avanzó bastante rápido, había mucha fluidez entre nuestros mails y eso ayudó mucho y por supuesto las ganas de conocernos, por lo que le plantee varias opciones de conocernos:

Te gustaría conocerme? elige una de las opciones que te doy:

a.- Quedar a tomar un café sin tiempo a nada más, solamente para charlar.

b.- Quedar a tomar un café con tiempo por delante (mínimo 3 o 4 horas).

c.- Quedar en algún sitio privado donde poder charlar tranquilamente y si no te marchas poder empezar una sesión (mínimo 3 o 4 horas).

d.- Quedar en algún sitio privado directamente para tener una sesión (mínimo 3 o 4 horas).

Partiendo de tus fantasías y de que en cualquier momento podrás marcharte sin más explicaciones, yo si fuera tu optaría por la "c" o "d" pues esta primera ocasión tiene algo que no tendrá ninguna otra, la novedad de lo que pueda acontecer, y el desconocimiento total sobre mí, aplicable ambas a tus 2 fantasías, el encuentro seria en un apartamento de alquiler.

Y así concretamos nuestro encuentro:

Nunca suelo llevar falda, no me gusta cómo me queda...

La verdad es que nadie me ha dicho nunca si se me nota o no lo excitada que estoy, no te puedo resolver esa duda.

Y por último, el tema de conocerte, me gustaría, me decanto más por la opción "c", aunque te tengo que confesar que me pone algo nerviosa...

Espero haberte resuelto las dudas.

A partir de ese momento ya fui planeando las posibles situaciones que pasarían, como, de qué manera y donde, pero como la vida no es una ciencia exacta, luego siempre hay variaciones a última hora que debe improvisar un Dom, por eso nos encanta serlo y reaccionar rápido ante las situaciones inesperadas, de que estoy hablando? Lo dejo para el capítulo 6.

Gracias por leerme

VentRoig

(9,58)