Nuevos relatos publicados: 18

Mi sobrina consentida

  • 3
  • 41.021
  • 9,48 (31 Val.)
  • 0

A mi edad pensé que todo lo había experimentado... a mis casi 50 años.

Mi matrimonio lucía disminuido por la rutina, mis hijos casi grandes y realizados y mi matrimonio sumido en una monotonía me había llevado a vivir casi sin motivación alguna.

Después de unos meses tuve la visita en casa de Carla, mi sobrina, separada hacía meses y con dos hijos a cargo, compromiso fuerte que la obligaba a estar trabajando casi todo el día. Por vez primera me fije en ella sus enormes senos y su cadera ancha a pesar de no ser alta le daban presencia...

-¡hola como están! -Entró saludando...

Fue hacía a mí y la recibí con un abrazo fuerte, sus grandes senos los sentí contra mi pecho.

-Hola como estas? No hay nadie pero si no han comido…

Sus grandes ojos se clavaron en mí, sentí un piquete en mi estómago.

-Ya... ya comimos... Venía a pasar un tiempo y que estos se distrajeran en el parque... ¿no está Marcos? -preguntó.

Marcos, mi hijo, era el más pequeño...

-Anda en el parque, déjalos ir. Vendrá más tarde, así que si quieres vamos con ellos o nos quedamos... -Ella replico...

-no, no... Que vayan estoy cansada y mejor me relajo un poco...

Los mando, les dio tres horas... Se instaló en el sillón y me senté frente suyo... Por varios minutos platicamos de familia, hasta que toqué el tema...

-Y tu marido no te visita?

-No para nada. Mejor así. Aunque estoy sola no me hace falta...

-Eso de no te hace falta es mentira... la mujer siempre ocupa del hombre Jajaja -Sonrió.

-tienes razón creo que para la cama... Sólo para eso.

La mire fijamente y le pregunté...

-Ocupas ahora?

-Ashhh tío... Que pregunta...

La mire su color cambió. Y su mirada brillo y seguí...

-Cuanto hace que no vas a la cama? -Me miró fijamente y me contesto:

-Hace 2 años...

Sus labios temblaban, mi mirada se clavó en sus piernas, su vestido de seda subió arriba de sus rodillas, los blancos y torneados y duros muslos quedaron al descubierto... Me aproxime y le di una cerveza...

-Toma... te relajará… -su mano temblorosa tomó la lata y su mirada se clavó una vez más en mi...

Sentí que mi bulto entre las inglés crecía y me senté nuevamente. Al reclinarse y colocar la lata sobre el lateral del mueble, su vestido subió aún más... los muslos perfectos estaban a mi merced... y decidí atacar...

-Mira nena te quiero mucho, eres mi consentida lo sabes.

Me levanté y dándole las manos la atraje hacia a mí. Ella se levantó rápidamente y me abrazo solloza...

-no aguanto... no aguanto!!

La abrace con fuerza apretando su cintura contra mi sus pechos firmes y duros taladraban mi tórax, mi verga casi quedaba entre la pelvis de ella... Nora la sintió y se pegó más a mí, separando las piernas metí una entré los muslos de ella, el roce era perfecto. El abrazo se prolongó y no pude más que comenzar a mover mi pelvis sobre la de ella... Nora levanto su vista y me miro... oh!...

Sin más baje las manos y le tome las amplias nalgas... ella me beso de pronto... nuestras bocas se unieron. Y mi mente se nubló, la separe un poco y cerré la puerta del cancel, dejando una cortina semi cerrada de la ventana. Regrese a ella y sin barrera le arranqué la ropa, su escultural y bien formado cuerpo estaba frente a mí...

Mi tolete de casi treinta centímetros la asombro... Se prendió de él y no lo soltó. Me pidió que la montara y sucedió lo inevitable... mi sobrina estaba probando mi verga... gritaba y gemía mientras la recibía... A pesar de mi edad la disfruté... Mis chorros de esperma la inundaron. Su vagina apretada servía bien al furioso mástil... Lo exprimió de tal forma que sus movimientos circulares y succionadores me dejaron satisfecho...

Nos vestimos con tiempo para recibir a la familia.

(9,48)