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El papá de Chema

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Hola y gracias por seguir leyendo mis relatos, les recuerdo que mi nombre es Paulina, soy una mujer Tv a casi tiempo completo y actualmente estoy en tratamiento hormonal para acentuar mis de por si ya muy femeninos rasgos físicos, en esta oportunidad voy a contarles sobre una mas de mis vivencias, digamos que este relato es continuación de la saga de relatos anteriores en los que les he platicado sobre Chema, quien fue mi novio en los años en los que curse la secundaria, sin embargo, por azares del destino él se fue vivir a Australia debido a que es militar asignado a la embajada mexicana en aquel país, durante los años que Chema fue mi novio yo entraba a su casa como su amigo, sin embargo su hermana Mariana llego a cacharnos muchas veces en pleno cachondeo, y a pesar de que jamás le hice daño a ella, nunca fui santo de su devoción, por tal motivo me sorprendió cuando hace un par de meses, ella me contacto por medio de Facebook para invitarme a su fiesta de graduación, cortésmente la rechace, hasta que me hizo el comentario que lo cambio todo, pues me dijo:

M- Que lastima que no puedas venir, mi hermano Chema vendrá desde Australia.

P- Chema? En verdad? Déjame acomodar mis compromisos, me encantaría ir a tu fiesta de graduación.

Mariana es una chavita 5 o 6 años menor que yo, hermana de Chema, muy guapa por cierto y con cuerpo digamos… Promedio. Así que llego el día de su fiesta, tenía poco más de 2 años que no sabía nada de Chema, desde aquella deliciosa noche que pasamos juntos cuando una de nuestras compañeras precisamente de la secundaria decidió hacer una reunión de exalumnos en el día de su boda, por lo que quería darle a Chema una muy grata imagen de la mujer treintañera y en tratamiento hormonal que soy en este momento. Por tal motivo aquel día me arregle lo más linda que pude, escogí una falda en corte lápiz, color azul marino semi larga que me llegaba por debajo de las rodillas, entalladísima y lo que le sigue, apenas me permitía el movimiento de mis piernas para caminar, también una blusa blanca de tirantitos, como era de noche escogí ponerme encima un bonito blazer en color negro, para la aparte de abajo seleccione un sensual por no decir putisimo conjunto de lencería, el bra es sin tirantes debido al estilo de la blusa que había seleccionado, además gracias a su efecto push up, podía lucir un muy decente escote con mis pequeñas bubis, las cuales se miraban más voluminosas de lo que en verdad son gracias también a las esponjas de relleno del propio bra, la mini tanguita esconde penes de un famoso diseñador de ropa para travestis a juego con el bra, en tela de satín con hermosísimos detalles de encaje, el diminuto triángulo trasero de dicha prenda parecía desaparecer por completo entre mis gordas carnosidades femeninas, acompañe este sensual atuendo con un femenino par de medias a mitad de muslo con una sexi banda de encaje y este acompañado a juego con un también muy bonito liguero que parecía ser del mismo conjunto, pues también era de tela satinada con encaje, obvio todo era color negro, para rematar mi atuendo de infarto me monte sobre unos stilettos de tacón de aguja preciosos, negros mate de 13 cm, provocaban que mi ya de por si respingón y llamativo culo se parara aún mas, de seguro Chema se quedaría boquiabierto.

Mi maquillaje para esa noche lo seleccione en tonos obscuros, únicamente puse especial énfasis en mis ojos y mis pestañas, pues cuando se la estuviera mamando a Chema quería mirarlo a los ojos y hacerle saber que esta puta ERA sólo de él, pinte mis uñas y mis labios en un lindo tono rojo pasión, peine mi cabello con una femenina coleta que estilizaba mis femeninos rasgos faciales y me daba el look sofisticado y formal que buscaba para esa noche, casi parecía una sexy secretaria que iba saliendo de la oficina para putear. Ya solo seleccione los accesorios perfectos para la ocasión, de los cuales solo resaltaban mis gigantes arracadas en forma circular que colgué de mis orejitas, perfume París Hilton tradicional, pues a pesar del look sofisticado quería oler de una manera cachonda, además sabía que este olor le fascinaba a Chema. Guarde todo lo que mi puta interior me dijo que podía utilizar para esta noche en mi bolso (maquillaje, perfume, condones, lubricante, cleanex, etc.) y con todo listo me dirigí a la casa de Mariana, más tarde supe que era la casa del papá de Mariana y Chema.

Ya en la fiesta, baile un poco con unos chavitos que me sacaron a la improvisada pista, pero no paraba de mirar la hora en mi delgado reloj que traía en mi muñeca izquierda, recuerdo que miraba por ratos a Mariana la anfitriona y cuando nuestras miradas se cruzaban ella levantaba su vaso, un tanto a tono burlón, para decirme salud!

Yo no conocía al papá de Chema y Mariana hasta ese día, su nombre es Refugio, pero los amigos le dicen Don Cuco y vaya que me dio muchísimo gusto conocerlo. Él es un hombre de aproximadamente 55 años, mide alrededor de 190, es calvo totalmente, usa únicamente un masculino y tupido bigote que siempre está bien arreglado, tiene muchísimo vello en los brazos y en el pecho, (obviamente también descubrí posteriormente que tiene la misma cantidad de vello en le piernas y en sus nalgas), y estéticamente lo que más me fascinó de él desde el primer momento en que lo mire… un cuerpesote grande y ancho, muuuy masculino, en el que resalta su gran espaldotota, sus hombros y sus brazotototes… Don Cuco me dejó completamente boquiabierta, pues parecía luchador o algo así.

Fue entonces cuando caí en la cuenta de que Mariana me había mentido, Chema no vendría, y me lo corroboro cuando tuvo la oportunidad perfecta al ver mi cara triste, me dijo:

M- Una disculpa bonita, mi hermano acaba de avisarnos que siempre no vendrá, pero puedes pasarla bien con cualquiera de los de la fiesta, aquí hay muchísimos hombres solterones.

Le Sonreí falsamente y pensé para mi (maldita seas Mariana, pero esta me la vas a pagar, ya buscare en donde darte…)

Por vergüenza de quedar como una tonta no me retire antes, sin embargo ganas no me faltaban, así que me quedé el resto de la fiesta y la noche continuó normal, sin embargo no pude evitar que se me apagaran todos mis ánimos, pues yo tenía unas ganas enormes de tener sexo esa noche. Por ese motivo empecé a tomar bastante vodka, llegó un punto en el que ya me sentía mareada y empezaba a coquetear con algunos chicos. Por aquello de las 9 de la noche la gente empezó a retirarse, unos iban alguna disco y otros a su casa por estar tomados o simplemente porque ya se tenían que ir. Yo por mi parte me quedé con un chavo con quien me acople bastante bien para bailar, dos amigas de él y otro grupo de chicos y chicas. Seguimos tomando y al poco rato se retiró el otro grupo diciendo que alcanzarían a los demás en un bar. Al final nos quedamos la anfitriona, una amiga de ella y yo con mi pareja de baile, mas algunos familiares de la anfitriona, y en la sala estaba el papa Mariana y dos amigos de él. Nos dijeron que si no nos queríamos unir a su plática y pues decidimos que si, ya que ellos estaban tomando whisky Buchannan’s. Estuvimos platicando con ellos de cosas de la fiesta, la escuela y esas cosas, yo casi no hablaba ya que casi no conocía a los señores y conocía muy poco a Mariana, básicamente me quede porque mi pareja de baile ya estaba un tanto tomado y preferí quedarme al menos hasta que se le bajara un poco el estado etílico en el que estaba. Al final resulto que era hijo de uno de los amigos del papa de Mariana y Chema, por lo que cuando el señor se retiró se lo llevo con él, llevándose lo que yo pensaba había sido mi última oportunidad de coger esa noche. Sin embargo me percate como Don Cuco no paraba de mirarme de reojo las piernas.

Yo que ya estaba algo tomada empecé a coquetearle sin querer, entonces la plática se tornó amena entre Don Cuco y yo, por lo que decidí quedarme un rato más, entonces, Don Cuco preguntó si teníamos frío a lo que las personas que quedábamos enseguida contestamos que si a pesar de que traíamos puestas nuestras chamarras y abrigos. Acto seguido prendió la chimenea, seguimos platicando y tomando un poco más, yo ya casi no tomaba porque sé que si cruzo vodka y whisky termino tirada en el piso, y definitivamente no quería hacer más el ridículo frente a la familia de Chema. Alrededor de las 10:30 la amiga de la anfitriona ya estaba muy tomada por lo que su papá se disculpó y se la llevo con ella, ofreciendo también dar aventón a los que no trajeran vehículo, debido a que me sentía a gusto platicando con Don Cuco yo decidí quedarme, de esta manera la concurrida fiesta termino solo con Mariana, que por cierto también ya estaba muy tomada y se había quedado dormida en el sillón, su papá y yo. Con la chimenea puesta y con el efecto de los whiskys me dio calor por lo que me quité mi blazer, no saben la cara que puso Don Cuco al verme con esa blusa de tirantitos, yo me sonroje un poco aunque por dentro me gustaba su lasciva mirada. Seguimos tomando alrededor de media hora más hasta que Don Cuco dijo que se retiraría a acostar. Supongo que pensó que yo era amiga de su hija, y la verdad es que si me hubiera gustado poder platicar con ella, pero Mariana estaba pedisima y ni siquiera estaba despierta, por lo que lo único que se me ocurrió fue intentar despertarla una y otra vez, pero no lo logré, por lo que decidí subirla a su cuarto para acostarla. Me costó muchísimo trabajo ya que ella es algo llenita. Al llegar a su cuarto la acosté en su cama pero comenzó a gritar que estaba borracha y otras cosas, por lo que Don cuco salió alarmado de su habitación solo ataviado en una playera de tirantes y una pequeña trusa típica de un hombre de su edad ( y que le regalaban a mis cachondos ojitos la visión de un inmenso Pa- que- to- to- to- te!!!) para ver que sucedía. Al verla se acercó y empezó a platicar con ella para decirle que se calmara y pronto se quedó dormida, a mi me costaba en verdad mucho trabajo concentrarme y dejar de mirar ese gran bulto que se miraba sobre la delgada tela de su prenda interior masculina. Me agradeció por ayudarla y al mismo tiempo me dijo:

DC- Porque no me hablaste para que te ayudara a subirla?

P- Discúlpeme, no quería molestarlo, pues pensé que ya estaría Ud. dormido y no quería molestarlo.

DC- De hecho no tengo sueño todavía, simplemente me metí a mi cuarto para dejarlas platicar libremente.

P- Gracias, pero de hecho su hija y yo ni siquiera somos tan amigas.

DC- Disculpa, no lo sabía.

P- Bueno, pues soy la última en la fiesta, creo que paso a retirarme.

DC- Si gustas podemos tomarnos unas cuantas copas más y platicamos otro poco, aún es muy temprano.

P- Claro Don Cuco, me encantaría.

Se colocó una bata de baño, y nos fuimos a la sala y estuvimos platicando un buen rato de todo tipo de cosas, empezamos a tomar cada vez más rápido, aunque nunca llegue a perder el conocimiento ni nada por el estilo. Fue entonces cuando Don Cuco me preguntó:

DC- Bueno chiquilla linda, tengo la duda, si no eres amiga de Mariana, que haces aquí?

P- Creí que Chema estaría aquí.

DC- Ese cabrón? Tiene años que no visita a su padre… A mis nietos, solo los conozco en fotos, te imaginas?

P- Sus nietos?

DC- Si, los hijos de Chema, ese cabrón se enredó con una australiana y ahora tiene 3 hijos con ella, dos galancitos de 9 y 6 añitos, y una princesa de 4 años, y ni una visita al abuelo.

En ese momento mi corazón se detuvo, no estaba preparada para semejante noticia, todo lo que pensaba sobre Chema se volvió negro, significaba que desde la primera vez que volví a ver a Chema, por allá del 2009 él ya era papá, y solo me cogió y me endulzó el oído, para después regresar a su casa con su familia, mas peor, la última vez que lo vi, en la boda de nuestra compañera de la secundaria, el tenía una bebita recién nacida, y aun así volvió a cogerme y a endulzarme la cabeza con palabras bonitas, en ese momento odie a Chema. Sin embargo, trate de sonreír y seguí platicando con Don Cuco, yo seguía sin mi chamarra y notaba que Don Cuco me miraba cada vez más descaradamente. Yo no decía nada y me hacía como la que no lo notaba, pero en el fondo me estaba calentando demasiado, supongo que el sentimiento de despecho que traía mas el whisky ayudaban y mucho a actuar de forma más desinhibida. En una de esas me paré al baño y en el reflejo de uno de los muebles de su sala vi como me comía con la mirada desde mis pies hasta mis nalgas y eso me excito aún más. En el baño comencé a pensar cosas sucias y me decidí a calentarlo para ver hasta donde llegaría este delicioso macho madurito, con esta intención regresé a la sala, Don Cuco y yo seguimos platicando de cosas triviales, sin embargo yo le sonreía cada vez más por todo y cruzaba las piernas una y otra vez, que a pesar de que traía la falda semi larga, lucían espléndidas y exquisitas, noté como su bulto comenzaba a inquietarse pero fingí una vez más no notarlo. Hasta que en una ocasión solicite permiso para ir al baño nuevamente y el se fue a la cocina a traer mas hielos, a mi regreso aproveche su ausencia y me acomode mi pequeño busto, me senté en el sillón doble para ver si se animaba a sentarse junto a mi, me quite mis altísimos tacones y subí los pies colocándolos detrás de mí y subí intencionalmente mi falda un poco más. Cuando Don Cuco regresó de la cocina, si se sentó a mi lado y así estuvimos platicando otro rato, estuvimos riendo y de pronto el coloco una de sus manos en mi pierna y yo sin decir nada seguía tomando y platicando con el. Me comenzó a acariciar la pierna y al no oponer yo resistencia alguna fue una clara invitación para el a seguir adelante, yo estaba ya demasiado caliente y no sabia que hacer, así que para tomar valor, decidí tomarme todo el vaso de un solo golpe pero al intentarlo moje mi blusa, sin embargo vi la oportunidad perfecta, me levante de inmediato y me fui al baño para limpiarme pero el whisky había caído en uno de mis senos por lo que se me transparentaba mi enorme pezón, al verme al espejo me excite y decidí no hacer nada sino que simplemente regresar así. Al verme Don Cuco se quedo con la boca abierta, pues si bien tengo unas bubis pequeñas, mis pezones son casi del tamaño de mi puño, Don Cuco ya no podía hacer nada para evitar que se le notara su enorme bulto completamente duro, entonces sin mas que esconder y definitivamente nada que perder, me dijo:

DC- Que estúpido es mi hijo por tener semejante portento de mujer aquí y no venir a aprovecharla.

P- Ud. Cree eso don Cuco?

DC- Claro que si, si fuera por mi tu estarías con mi verga adentro de ti a cada rato…

P- Don Cuco!! Ud. Podría ser mi padre!!

DC- No te hagas la mojigata niña! Llevas ya un rato viendo la tremenda erección que me provocas… solo tengo 2 cosas que decirte: una- soy el papa de Chema, así que si te gustan las dimensiones de la dotación de mi hijo… Bueno, imagínate de donde la saco… y número dos, tengo mas de 25 años de diferencia con mi hijo, mucha experiencia tratando a mujercitas como tu, y definitivamente yo solo necesito darte una sola cogida para que salgas sonriente de mi cama, aunque… Como no siempre tengo oportunidad de tener a una putita deliciosa como tu en mi cama, entenderás que traigo mucha tensión sexual atrasada… así que niña guapa, si me lo permites te daré riquísimo toda la noche… que dices?

P- No le importa lo que pueda pensar Mariana?

DC- No dirá nada, pues vive de mi dinero… así que si no le parece puede irse muchos metros a la chingada a la casa de su madre…

Al no tener yo mas argumentos para negarme, y a sabiendas de que era lo que mas deseaba yo en ese momento, me hinque y felinamente me acerque gateando hacia el. Sin articular palabra alguna ni el ni yo, solamente mirándonos fijamente a los ojos, se supo vencedor, y esto me lo recalcó cuando se acomodo en el sillón a su antojo, recargándose totalmente en el respaldo del fino sillón de cuero, retirando a los lados la bata de baño para evitar que me estorbara y abriendo sus velludisimas y masculinas piernas, simplemente para esperar lo que a continuación ambos sabíamos y deseábamos que iba a suceder. Comencé a acariciar su bulto sobre la delgada tela de su bóxer, se sentía caliente, grueso, duro y largo, se me estaba antojando cada vez más. Puse la mejor cara de puta que la cachondez del momento me permitio y colocando ambas manos a la misma altura, deslice hacia abajo la fina tela de su trusa con la intensión de eliminar lo único que interfería entre lo que se adivinaba ser una verga gigante y yo, entonces pude deleitar mi mirada con lo que yo considero un monumento a la verga, es la segunda verga mas grande que yo he disfrutado a lo largo de mi vida, 24 x 6.5 cm, ( mas adelante tuve la oportunidad de medirsela ), una verga mas morena que el dueño, con una cabezota del tamaño de un jitomate, la circunferencia de esta verga me es imposible abarcarla cuando cierro la mano, los dos detalles que me enloquecen de esta verga son todas las venas que se le marcan de una manera deliciosa, las cuales memorice, pues me encanta mamar la vergota de este hombre, y dibujar esas venas con mi lengua, y el segundo detalle de esta verga que la tiene en el segundo lugar de una larga lista de vergas que en mis 30 añitos, he disfrutado con verdadera delicia: los enormeees huevotes que al pie de su base le cuelgan, los cuales me han obsequiado una y otra vez después de tratarla bien, el delicioso néctar al que me hice viciosa desde la primera vez que conocí lo que era mamar una verga. Sin pensarlo dos veces abri grande mi boca e intente tragar lo mas que pude, para mi deleite visual me percate que este manjar era tan grueso, (mucho mas grueso y largo que la de Chema de hecho, y si leen los relatos que dedique a platicar sobre Chema se darán cuenta como idolatraba esa verga), era obvio que la genética de ese monstruo de verga había salido de este que ahora trataba de engullir, sin embargo, me propuse intentar por todos los medios regalarle a este macho que ya me había confesado el hambre que traía de hembra, mamarle la verga como nunca se lo había hecho nadie más, así que haciendo gala de mi reputación de mamadora de vergas pro, comencé a masturbar su dura barra de carne masculina a dos manos, al no poder introducir mas que la cabeza a mi boca, la lengüeteaba completa, como si se tratara de una paleta, por momentos descansaba del castigo que recibía mi mandíbula al intentar abrir de más mi boca y descansaba besando sus gigantes huevotes, los cuales parecen los de un toro, sin exagerarles, esos huevotes pesan, su sabor es delicioso, Don Cuco solo gemía y cerraba los ojos hasta que él me dijo:

DC- Vámonos a mi habitación putita, una hembra como tu merece ser cogida en una cama, como dios manda.

Me incorpore con ayuda de Don Cuco, pues la rigidez de mi falda no me permitía moverme con libertad, una vez de pie, me puso por delante y tomándome por mis pequeñas bubis me dirigió a su habitación, una habitación grande, la habitación principal de la casa supongo yo, con una enorme cama al centro y mucho espacio libre para el resto de los muebles que allí la adornan, resaltaba claro la también enorme puerta corrediza con sus por supuesto dos grandísimos espejos, pedí permiso para pasar a su baño, pues quería ponerme cómoda, tras de mi y gracias a los espejos que ya describí pude observar como Don Cuco también se despojaba de sus pocas prendas mientras me devoraba con su mirada clavada en mi culo. Dentro del baño aproveche para despojarme de la entalladísima falda, mis nalgotas agradecieron la acción y parecía que se reportaban listas para la tarea de satisfacer a este macho como tantas veces lo habíamos hecho, me despoje también de la blusa, pues además de comodidad deseaba lucir deseable para Don Cuco con mi exquisito conjunto de lencería, un conjunto que previamente había escogido para seducir y complacer a Chema, sin embargo, los hilos del destino desearon que esta puta complaciera esta noche no a Chema si no a su papá… que cosas no? Me deje mis zapatillas puestas, pues quería que Don Cuco admirara las formas que el puente de las zapatillas dibujaban en mi respingón culo. También aproveche para realizarme un baño intimo express en el lavabo del baño, (sinceramente chicas, yo no recomiendo este tipo de limpiezas “express”, no hay nada mejor que realizarse un lavado intimo como debe ser, en la regadera con la manguerita y el bote que te lavan por completo, sin embargo, la calentura me llevo ese día a escoger solo un lavado intimo de ese tipo), en fin, con todo listo, salí a la recamara de vuelta y la visión que tuve fue deliciosa. Allí estaba don Cuco sentado en el centro de su cama, entre sus dos almohadas y meneando con su mano su inmensa vergota de un lado a otro, su otra mano estimulaba sus gigantescos huevotes. Cuando me miro me dijo:

DC- Hoy me cenare una verdadera exquisitez de hembra…

P- Y por lo visto yo me cenaré una verdadera y monumental vergota!!

Entonces, Don Cuco me invito a subirme a la cama, yo gatee hacia el, como si hubiera hecho aquello mil veces, eso si, despacio, me abri de piernas y me acomode sobre las suyas, como la mas zorra de las zorras, mis movimientos restregaban mi verguita aún envuelta en mi diminuta tanga sobre su inmensa y grande verga, el roce de los vellos de su zona genital sobre mis nalgas empezaba a vislumbrarme lo que se me venia. Sus manos no tardaron en posarse sobre mis caderas y me apretaba hacia él. Su pecho es muy velludo también además de que Don Cuco como ya lo describí antes, es muy fuerte, incluso para su edad, yo me apoyé sobre sus pectorales, aunque en poco tiempo me di la vuelta y de espaldas a el, seguí restregandome abierta de piernas sobre su durísimo sexo, inclinándome sobre sus pies alcanzaba a colocar mi ansioso culo casi en la cara de Don Cuco, sin embargo, me percate como mi hombre me apartaba sin ser grosero, entonces lo entendí, Don Cuco quería ir despacio. Pero mi excitación iba en aumento y mi pequeña verguita empezaba a ponerse tambien para la ocasion, senti su lengua sobre mi cuello y enseguida Don Cuco comenzó a lamermelo de forma deliciosa y con suma maestría, mi cuerpo sentia escalofrios de placer, eche mi cabeza para atras para así facilitar el trabajo de su lengua por mi cuello y las pequeñas mordidas que con habilidad Don Cuco me repartía por mis zonas erógenas. Sus manos sobre mis caderas me aprisionaban con mucha fuerza, haciendome sentir completamente suya en ese momento, era yo su premio, su cena como el mismo me llamo, su hembra, el marcaba el movimiento de mi cuerpo y entonces comenzó a acariciar mis redondas y gordas nalgotas, Don Cuco gemía como si ya me estuviera cogiendo, me decía:

DC- Que buena estas putita! Tienes mucho mejor culo que la madre de mis hijos! Voy a cogerte delicioso, como nunca te han cogido puta!

A Don Cuco le encantaba acariciarme mis formas femeninas y a mi que me lo hiciera, sin embargo también note que con frecuencia su mano izquierda se deslizaba hacia delante y sin vergüenza la metía por debajo de mi tanga para tomar con ella mi diminuta verguita y sobármela con avidez y maestría. Me encantó que me hiciera aquello, pues me daba a entender que aceptaba totalmente mi situación de mujer travesti. En aquel momento Don Cuco me hacia sentir totalmente suya, yo era todo para el y por eso se lo iba a dar todo. Se lo hacía entender retorciendo mi cuerpo, contorneándome de espaldas a él, y jadeando como una gatita en celo, de pronto se detuvo completamente en sus movimientos que para ese momento me tenían ya en un punto de cachondez del cual ya no existe retorno, ante mi sorpresa intente mover mi culo yo misma para seguir restregándome sobre su dura vergota, sin embargo me apretó aun mas por mis caderas para congelar cualquier movimiento que quisiera yo hacer, entonces no pude evitar voltear a mirarlo con cierta desesperación, Don Cuco me dijo:

DC- Suplícame lo que quieres que te haga y te soltaré.

P- Deseo que me cojas, necesito que me cojas.

Aquello le hizo sonreir y seguidamente me dijo:

DC- Ven aquí putita.

Yo me reincorporé como pude y ante mi cachonda mirada estaba aquel macho sonriente, acomodándose a la orilla de la cama, no podía dejar de admirar su varonilidad pectoral, pues he conocido hombres muy peludos, sin embargo, este hombre literalmente parecía que traía una playera de vellos, no se que opinen uds. Chicas, pero a mi eso de este hombre me parece súper sexy, tiene un excelente físico, sin embargo por la edad tiene la típica barriga que se le hace a un hombre, coronada por un ombligo negro y peludo, y baja un camino de vellos mas marcados que el resto hacia su zona pelvica, la cual también esta inundada de vellos, Don Cuco me extendió la mano y cuando se la di me guió con un pequeño jalón para que me acomodara de rodillas sobre una almohada que había puesto en el suelo y mi cara quedara a la altura justa de su dura barra de carne masculina, una vez posicionada me fui acercando con movimientos felinos, arañe suavemente sus huevotes de toro que le colgaban y entonces me abalance entre sus piernas para besar su fuerte muslo derecho, y poco a poco alcanzar su ingle y donde enseguida me tope con su gigantesca vergota, la cual volví a admirar, recreandome con su hermosa anatomía:

Su cabezota era grande y prominente, rosada y humedecida de líquido preseminal, muy regordeta superando claramente el tallo del resto de su verga, enseguida admire la dureza de su tronco erguido en dirección hacia mi, como una flecha amenazante que apunta a su presa, se marcaban con mucha claridad sus lilas y gordas venas, una verga gorda y larga, claramente esta seria una de las vergas mas grandes que yo había degustado, imaginaba ya aquella verga abriéndose el camino por mi estrecho ano a mi interior, en donde sería cálidamente recibido y tratado como el rey de las vergas, por lo que dificilmente querría salirse, o seguido querrá estarme visitando, jijiji. La punta de su vergota alcanzaba palpitando, con facilidad su ombligo, y en esta posición me dejaba bien a la vista su hermoso par de huevotes muy peludos, vi como se retorcian, se movian fabricando una buena dosis de esperma como premio para mí por el trato que previamente mis labios ya le habían dado y que anunciaba seguir recibiendo. En un movimiento dominante que en lo particular a mi me excitó, Don Cuco me agarro de mi cabello y dirigió mi cara para que nuevamente quedara mi húmeda boquita a la altura de su vergota, y claro que yo también quería seguir degustando esa enorme y dura barra de carne de hombre, pero antes quise jugar un poco con él, le aparte sus fuertes manos de mi cabeza y las coloque sobre mis hombros para que en medio de su excitación, Don Cuco pudiera presionar lo necesario para rogarme que se la mamara, con suma calma me dirigí mordisqueando suavemente su ingle hasta llegar a sus peludos huevotes. Su gran vergota no me molestaba ya que su erección la mantenía tan erguida hacia el frente que era imposible que se postrara sobre mi cara, lo que me facilitó muchisimo el poder degustar libremente de sus gigantescas pelotas. Comencé con su testículo izquierdo, lo lamí y relamí con mucho énfasis, como si fuera una deliciosa bola de helado, y seguidamente me pase a su compañero y los dejé bien baboseados, también les propinaba un delicioso masaje con mis suaves manos, en ocasiones los arañaba suavemente con mis uñas, e intercalaba movimientos con mi boca y con mis manos. Volví a succionar aquellas gigantes pelotas intentando llenarme la boca con ellas y miré a la cara de Don Cuco para ver qué le parecía, me miraba fijamente a los ojos y no ponía cara de que no le gustara, mas bien lo contrario, y continué un poco más con mi juego hasta que alcancé su cetro de poder masculino con mi mano derecha y la cabeza a una altura para poder mamársela de una vez, pero primero fui lamiendo su tronco muy despacio y para arriba para memorizar y saborear sus venas, su olor masculino era fuerte, y estaba impregnado por toda la zona, aunque lejos de molestarme era un olor afrodisíaco para mi, llegué escalando hasta el recorte de su glande y sin más lo hundí en mi boca, abriéndola todo lo que podía, con duras penas me metí solo la cabezota de ese instrumento viril, sabiendo que mi garganta no podría albergar mas que eso, comencé la ardua tarea de succionar como un bebe que ansia acabarse el contenido de su mamila, Don Cuco bufaba gozandolo de lo lindo, y me decía:

DC- Mirame a los ojos cuando te estés comiendo mi verga zorrita!!

Así que para complacerlo, mientras me esmeraba en mostrarle a este hombre mis mejores habilidades como mamadora, le miraba a los ojos con mi mejor cara de puta viciosa que puedo interpretar, mientras de mi llena boquita se escapaban pequeños gemidos que ayudaban a confirmar en ese momento lo putisima que yo soy, mis movimientos de succión de aquella gorda verga desembocaban en el sonido seco de descorche de una botella de champagne, una y otra vez insistia en aquel sonido y el placer que desbordaba la mirada atónita de su poseedor lo valia, yo seguía totalmente aferrada a aquella gigante vergota. Lo acepto, en ese momento no tenía muy bien definido a donde quería llegar, si al escenario en donde Don Cuco me inundaba mi boquita con su corrida, o al otro escenario en donde este macho me pidiera detenerme en el fenomenal trabajo oral que estaba yo propinándole, pues no quería perder la oportunidad de cogerme. Mientras pensaba esto yo le masturbaba suavemente su verga con una mano y con la otra le masajeaba hábilmente sus gigantescos huevotes, para enseguida volver a meterme todo cuanto podía de ese inmenso manjar de carne masculina a mi boca y volver a realizar el hermoso movimiento de sube y baja que tanto placer le da a los hombres. De repente, Don Cuco me tomo bruscamente de los cabellos, me separó de su sexo y me dijo:

DC-- Detente hermosa puta, que haces maravillas con esos lindos labios y no quiero terminar aun, levántate y déjame ver esas ricas nalgotas que me voy a comer.

Obedecí a este macho de inmediato, me levanté y me puse de espaldas a él, flexione un poco mi espalda y me pare de puntitas para que mi culo resaltara ante su atenta mirada, mi sensual conjunto de lencería aun permanecía en su lugar, y desde el punto de vista que tenia este macho seguro que debía mirarse sumamente apetitoso, un joven y bien formado cuerpo de 30 años, del cual resaltaban mis muy bien trabajadas piernotas, enfundadas en el hermoso par de medias a medio muslo, sostenidas por el lindo liguero, y la visión de la diminuta tanguita que parecía ser tragada por mis regordetas nalgas, entonces, Don Cuco me guío tomándome de mis femeninas protuberancias como su prisionera, una en cada mano, para recostarme boca abajo ahora a mi en su cama, todo el trayecto sujetándome de mis carnosidades posteriores, una vez recostada las masajeo un poco, las beso con verdadera pasión, y las separo, dejando a su vista la pequeña tanga de tela satinada, con uno de sus dedos la separo y entonces comenzó a darme uno de los que a mis 30 años a sido de los más deliciosos besos negros que me han dado. Sus caricias bruscas pero a la vez sensuales, sumado a la habilidad que demostraba con su lengua y su pinchosa barba que me hacia cosquillas en la piel de mis nalgas cada vez que Don Cuco hundía su cara y penetraba mi ano con su lengua, como si hurgara buscando algo en mi interior, yo con semejante trato casi tocaba el cielo. También notaba como me escupía de vez en vez, no me cabía ninguna duda que Don Cuco estaba dilatandome y lubricandome bien para poder penetrarme con facilidad, aunque para meterme su gran verga no iba a ser nada fácil. El me decía:

DC-- Que hermosa hembra eres Paulina, hoy vas a conocer lo que un hombre de verdad con muy buena verga puede hacerte… Voy a hacer que olvides a cualquier escuincle pendejo y te vas a ir tan bien cogida de mi cama que vas a querer regresar… ya veras!!

Me encanto la seguridad con la que Don Cuco hablaba, pero sinceramente no se me ocurrió nada que decirle, así que por mayor respuesta de mi parte, yo le movía mis hambrientas nalgotas, restregandoselas sobre su cara, intentando con esto hacerle saber a este macho que yo aceptaba totalmente todo lo que el me estaba diciendo, con mi culo en pompa me percate que mi anfitrión se había levantado de la cama por fin para una sola causa, la cual llevaba rato ya deseando que llegara: el profanar mi ansioso y para aun ese momento mal atendido agujerito con su grande y gorda verga. Entonces le dije con voz de suplica:

P-Mi amor, por favor ponte un condón y un poco de lubricante, están en mi bolso, es que la tienes enorme y muy gorda, y el lubricante ayudara a que entre mejor y sea más placentero para ambos.

Supongo que Don Cuco estaba acostumbrado a hacerlo sin lubricante, al fin y al cabo educado a la vieja escuela, pues lo hizo a regañadientes, sin embargo me dijo:

DC- Así me gusta, que seas una niña precavida.

Después de colocarse el preservativo, yo me sentí mas tranquila y entonces si, me entregue por completo a los deseos de este gran macho. Sentí como deslizaba su vergota ahora enfundada en el látex del condón por toda la raja de mi culo, sentí como su gorda cabezota se abría paso entre mis nalgas hasta que se posó sobre mi ansioso hoyito anal. Madre santa! como deseaba sentirlo dentro de mi!! y se lo hacia saber regalándole suaves gemidos como respuesta a cada movimiento suyo, entonces Don Cuco intento metérmela con un suave empujón sin demasiado éxito, no pueden imaginarse lo cachonda que yo estaba!! me encantaba sentir aquella cabezota sobre mi agujerito, sentía la calentura de ese trozo de carne a través del látex del condón. Mi macho insistió una vez más, yo intentaba relajarme como podía, pues sabia que lograr introducir semejante víbora gorda en mi estrecha cuevita anal seria un proceso un tanto doloroso al principio, sin embargo nuevamente Don Cuco no tuvo éxito, entonces me dijo:

DC- Vaya que estas estrecha puta! Te faltaba a ti también quien te atendieran verdad?

Gire mi cabeza así en 4 patas como estaba para responderle con la mirada mas putona que pude, entonces le dije:

P- A esta puta le falta atención, pero contigo y tu vergota me saque la lotería esta noche!! Cogeme ya por favor!!! Meteme de una vez esa gordisima verga que tienes!!

DC- Tus deseos son órdenes hermosa puta!!

Pareciera que estás palabras eran lo que le hacia falta, Don Cuco me propino una sonora nalgada en mi carnosidad derecha, mientras con su mano izquierda guiaba nuevamente su inmensa barra de carne, empujando esta vez con más fuerza, noté como su glande se deslizaba con presión y suavidad a la vez hacia mi interior, agache mi cara al colchón para hundirla y poder morder un poco la sabana, sin embargo a pesar del dolor que sentía le anunciaba a mi hombre que no detuviera su tarea con mis movimientos de cadera, por lo que con suma avidez y maestría Don Cuco prosiguió a penetrarme, topándose contra mi esfínter que se rindió sin mayor resistencia, haciéndole saber a aquella vergota que estábamos de acuerdo y felices de conocerla, y que siguiera su camino hacia adentro hasta conseguir el tope máximo, y justo fue así, con un leve empujón de pelvis de aquel macho que resulto ser Don Cuco, consiguio penetrarme hasta el fondo y hacerme suya. Entonces me dijo:

DC- No te muevas puta, deja que tu estrecho hoyito se acostumbre a mi.

Don Cuco me dejó su gorda verga clavada hasta el fondo durante unos instantes y poco a poco sentí como la sacaba levemente para volver a clavármela hasta el fondo, era increíble, pues Don Cuco tocaba mi próstata con la cabeza de su dura barra de carne a cada arremetida que me daba, provocando espasmos de placer en todo mi cuerpo, cuando este macho se percato que mis gemidos eran ya de placer puro sin dolor, me abrazó por detrás como un caballo a su yegua y empezó a cogerme a su placer, sentía completamente su sexo dentro de mi, y se sentia delicioso, además con sus grandes manos me agarraba de mis caderas y marcaba el ritmo para cogerme a su gusto. Me separaba mis nalgotas para adentrarme todo lo que mi fisionomía le permitía recibir de su vergota, prácticamente hasta que sus peludos huevotes chocaban contra mis pequeñas bolitas, ciertamente no sabía que mas esperar de este macho, si bien no es un adolescente el estaba demostrando poseer una vitalidad envidiable para muchos jovencitos con los que por una u otra causa en algún momento me enrolle, (cosas de una noche), pero en este momento y esperando que fuera solo el principio, la postura de perrito o cuatro patas era la mejor para sentirme totalmente la mujer de Don Cuco, me sentía plenamente a su merced, y en ese momento ya no me importaba nada mas, todo lo que yo quería era satisfacer a este hombre, de pronto, Don Cuco me soltó las caderas y se inclinó sobre mi para alcanzar mis pequeños huevitos y los estrujó contra los suyos, escupió sobre su mano, y volvió a abarcármelas sintiendo la humedad fresca de su saliva untándola por mi diminuta bolsa escrotal y sentirme plenamente suya, y es que el sentir su inmensa vergota tapándome completamente mi agujerito anal, y al tenerme sostenida de mis pelotitas a su gusto dándome aquellos apretones y restregándolos contra los suyos, era una sensación muy difícil de describir, pocos hombres han tenido la habilidad de satisfacerme sexualmente y sorprenderme al mismo tiempo, aquella noche me sentía mujer plenamente al lado de Don Cuco. Entonces, este ejemplar delicioso del sexo masculino me sostuvo de nuevo por las caderas y otra vez comenzó con el mete saca de su gorda verga para hacerme disfrutar de lo lindo, me percate que mis gemidos que ya no cabían en aquella habitación, que junto a los que el comenzó a dar, daban una fiesta de lujuria y pasión descontroladas, sentí un poco de pena al pensar en Mariana, así que le dije:

P- Oye papi, creo que estoy haciendo demasiado escándalo… De por si soy bien gritona, y luego con tu vergota!!! Lo que me preocupa es que tu hija se incomode…

DC- Por esa cabrona no te fijes, esta es mi casa, por lo tanto yo puedo meter a quien se me pare la verga meter… mejor cambiemos de postura, quiero que saltes encima de mi verga.

Fue respuesta, y sacando su duro y delicioso instrumento de placer de dentro de mi culo repentinamente, se sentó boca arriba a lo largo de la cama, y mientras con una de sus varoniles manos se masturbaba su gran vergota, con la otra me indico como ponerme, debo aceptar que me choca el carácter dominante de Don Cuco, sin embargo, mis emociones se pelean entre ellas, pues a la vez me encanta y me excita ser sumisa ante un macho dominante, mas aun cuando este macho tiene entre sus piernas una enooorme virilidad y coge riquisimo, como es el caso de Don Cuco, mi instinto femenino me ordeno complacerlo, por lo que me gire para quedar de frente a él, sintiendo cómo mi bien cogido orificio anal quedaba libre por unos instantes, deseando volver a ser tapado por la vergota de mi anfitrión, que allí, tumbado ante mí, se masturbaba esperándome ansiosamente. Me acerqué a gatas hacia él, despacito, como una felina que se acerca a su plato de leche caliente, y mirándole a los ojos con deseo y lujuria, comencé a besarle sus gordos huevotes, Don Cuco dejó de masturbarse para permitirme a mi retomar el mando, le retire el condón usado, que aunque no tenia rastros de excremento mios gracias al intenso lavado intimo que me di previamente, es algo que prefiero no llevarme a la boca, además, mamar una verga con condón no es lo mismo, o contéstenme ustedes, acaso les sabe a lo mismo cualquier dulce que sea de su elección si se lo comen con la envoltura? Claro que no!! Así que allí estaba Don Cuco, disfrutando de una deliciosa mamada de mi experta boquita por tercera vez en esa noche, y mientras yo estaba como becerrita con su mamila, el posaba sus dos manos sobre mi nuca, para obligarme a comerme su sexo, y yo movía mi cabeza en movimientos ascendentes y descendentes, poco a poco por aquel fascinante y duro tronco, que se erguía orgulloso hacia arriba posándose sobre su pubis. Nuevamente decidí complacer a este macho, por lo que haciendo mi máximo esfuerzo abrí todo lo que pude mi mandíbula, saque mi lengua y en un intento épico para mi propio asombro logre engullir apenas una tercera parte de esta gordisima verga, sin embargo al sentir las arcadas mi garganta la expulsó en automático, por lo que decidí solo dedicarme a dar placer a la cabezota de esta gigante anaconda, la cual lamí con fuerza para tratar de darle todo el placer posible a su dueño. Mientras, mi culo en pompa, y mi agujerito palpitante, medio abierto, y deseoso de aquella deliciosa vergota, de la cual pedía una nueva ración de duro sexo. Durante algunos minutos más se la chupe con devoción, hasta que de nuevo Don Cuco me detuvo, impidiendo por segunda ocasión consecutiva que lograra hacerlo terminar en mi boca, entonces me dijo:

DC- Móntame putita, quiero sabrosearte mientras te cojo rico de nuevo.

Como niña obediente que soy, me incorporé y me abrí de piernas sobre él, Don Cuco escupió sobre sus dedos y enseguida los introdujo un poco en mi agujerito para lubricarlo. Entonces, mientras con su mano derecha sostenía su vergota y al mismo tiempo la guiaba a mi abierto agujerito, con la izquierda me presiono para abajo por mis caderas, despacio pero con la fuerza necesaria para que con destreza su glande desapareciera adentrándose en mí, Don Cuco término de aplicar fuerza prácticamente hasta que quede totalmente sentada sobre su pubis, su rostro de placer era digno de una pintura, la cual solo yo tenia permitido mirar en ese momento, de pronto, mi macho me tomo por los cabellos y jalo levemente sin lastimarme, provocando que mi cabeza se colgara para atrás, entonces me cuestiono:

DC- Quien es mi puta??

P- Ahhhh… Yo soy tu puta!!

DC- Y que soy yo de ti??

P-- Ahhh… Ahhhh eres mi macho!!

Al escuchar esto, Don Cuco me soltó de los cabellos y volvió a cogerme de mis nalgas separándomelas, para permitirse penetrarme hasta el fondo, cogiendome de una manera deliciosa, de esta forma no podría separarme de él ni aunque quisiera. Me quedé sentado sobre él, retorciendo mis caderas durante unos instantes sintiendo hasta adentro su gran vergota, hasta que sus manotas me levantaron un poco mi culo para seguir cogiéndome a su ritmo, sin embargo, Don Cuco pareció cansarse por lo que bajo drásticamente su ritmo, así que tomando la batuta seguí moviéndome, a un ritmo mas lento que el de este macho, despacio movía todo mi cuerpo arriba y abajo, una y otra vez, devorando con mi ano aquella durísima vergota, dándole todo el placer que podía a mi macho, de vez en cuando miraba el gran espejo que tenia Don Cuco en un tocador frente a la cama, y contemplaba nuestra escena y me quedaba atónita de lo que estabamos haciendo. Pero mi disfrute de aquel momento de sexo puro sin complejos me llenaba plenamente y me hacía gozar como la puta que soy. Don Cuco volvió a pedirme un cambio de posición, me incliné hacia él y su virilidad salió de mi interior como un misil disparada hacia su estomago, entonces me dijo:

DC- Ahora ponte boca arriba, quiero cogerte de frente, me encanta ver como te retuerces y la hermosa carita de puta que haces cuando te meto la verga.

Yo obedecí sumisamente y me acomode mirando al techo, él se levantó para plantarse de rodillas y se acomodo frente a mi, me levantó las piernas desde los tobillos y las colocó sobre sus fuertes hombros, esta posición provocó que mi culito se levantara y ahora Don Cuco lo tenía completamente a su merced y a tiro, por lo que en unos segundos la gorda cabezota de aquella deliciosa vergota ya se encontraba apoyada sobre mi orificio anal, que goloso y sin oponer resistencia permitió con demasiada facilidad la entrada de este gordo invasor el cual ya era conocido y ansiado por “nosotras”, Don Cuco empujo muy despacito para que fuera resbalándose hacia mi interior, hasta que el tope hizo que lograra sentir su vello púbico en mis gordas nalgas, mi pequeña verguita contemplaba la acción con asombro, admirando una verdadera verga trabajando, mi macho fue subiendo la intensidad de sus arremetidas, haciendolas poco a poco más frenéticas, entonces, en este punto llego mi tercer orgasmo anal de la noche, casi me desmayo por el placer obtenido, pues la curvatura natural de la vergota de Don Cuco ayudaba a estimular mi próstata por lo que era fácil que don Cuco tocara mi punto G, y en esta posición el estimulo era muchísimo mas, pues a cada embestida sentía hasta adentro todo el grosor y la longitud de la virilidad de este hombre. De pronto Don Cuco grito:

DC-- Voy a terminar putita!! Ahhg Paulina!!! Ahhh!! Ahhhh!!!

Su preciado y delicioso semen inundó por completo el condón, incluso a través del látex del preservativo logre sentir las cantidades desorbitantes de líquido que los huevotes de Don Cuco acababan de expulsar, sus ultimas embestidas, y sus gritos de placer se combinaron con los míos, Don Cuco soltó mis piernas, permitiéndome abrirlas, por lo que también el pudo descansar postrándose sobre mi, fatigado por el gran esfuerzo físico que acababa de realizar, yo también a modo de agradecimiento, atine a abrazarlo con ternura y agradecimiento por la deliciosa noche que este macho acababa de regalarme. Durante unos minutos, descanso sobre mi, después se recosto boca arriba. Entonces volví a sentir la necesidad de premiar a este increíble ejemplar delicioso del sexo masculino, le retire el condón de su gordo miembro que aún conservaba su dureza, lo hice con maña y sin ningún cuidado de que su vergota se embarrara de los restos de su semen, (mientras mas, mejor… Pensé para mi misma), y entonces, comencé a lamerla nuevamente con la intención de dejarla limpiecita, limpie su cabeza, todo el tronco, para terminar lamiendo sus gigantes y peludos huevotes. Como era de esperarse la inmensa vergota de Don Cuco perdió la dureza poco a poco, sin embargo no tenía nada que reclamarle, pues después de la deliciosa noche que me había dado, era justo que pidiera su descanso, me despedí de ella con un piquito en su cabeza, y entonces busque refugio y lo encontré en el fuerte y peludo pecho de Don Cuco, quien dejo que me acurrucara sobre el y enseguida me dijo:

DC- No me acuerdo haber sentido tanto placer en mi vida...

P- Seguro que se lo dices a todas tus novias…

DC- Me acuesto con mujeres, pero no se entregan nunca como lo has hecho tu, tu explotas al máximo tu feminidad, además, no te da pena comportarte como una puta en la cama, y en verdad eres muy bonita físicamente… quiero que sigamos viéndonos, te gustaría?

P- Claro, seguiremos viéndonos, con esa forma de cogerme y esta formidable vergota… seré tu puta siempre que lo desees.

Esa noche me quede a dormir con el, durante el transcurso de la noche aun me cogió deliciosamente otras 2 veces. En la mañana nos metimos a bañar y por supuesto que se la mame en la regadera, quería dejar la mejor impresión de esta puta en aquel macho, por lo que esta vez no me detuve cuando me lo pidió, con toda la intensión de hacerlo terminar en mi boca, cuando lo logre, ante la lujuriosa mirada de Don Cuco me trague su deliciosa crema masculina, la saboree delante de el, por lo que me dijo:

DC- Eres en verdad mi sueño hecho realidad, te quiero conmigo.

P- Papi, tu puedes tenerme siempre que quieras.

Sentía un poco de vergüenza de salir de la habitación, pues no sabia con que cara me vería Mariana, sin embargo, cuando decidí hacerlo ella no estaba, no supimos desde que hora faltaba ella en la casa, sin embargo ambos reímos cuando supusimos que había preferido irse antes de seguir escuchando el concierto de gemidos que provenían del cuarto de su padre. Don Cuco se ofreció caballerosamente a llevarme a mi casa, no sin antes invitarme a desayunar a un Sanborns que esta cerquita de mis rumbos, durante el desayuno volvió a insistirme:

DC-- Paulina, en verdad quiero seguir viéndote, me darías la oportunidad?

P- Y yo ya te respondí que si papi… no tienes que preocuparte, en verdad disfrute esta noche, además, con tu enooorme atributo masculino, como negarme!!

DC-- Pero quiero algo mas estable, me entiendes?

P- Si, pero no estoy lista para ese paso, en este momento disfruto mi soledad, sin embargo, si lo que quieres escuchar es que solo cogeré contigo, claro que así sera.

Obviamente mentí en esto último, pues en verdad soy una puta, y me fascina la verga, pero esto era lo que Don Cuco quería escuchar. Y esta fue la forma en que termine siendo la amante del padre de mi amor platónico de la juventud, no me arrepiento, pues el papá coge mas rico que el hijo… Jijijiji!!!

FIN

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