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Mi juego de química (Pride)

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¿Cuándo un amor se vuelve tan contemporáneo?

No me di cuenta de las veces que hemos pasado horas y horas en los hoteles.

Mi querido corazón: he estado de arriba abajo, de cama en cama, de hotel en hotel que me asombra conocer el estilo que tiene cada uno.

Mi pequeño juego de química comenzó cuando él me contactó creo que fue por la maravillosa red social de Facebook, incluso en mi cumpleaños solía llamarme y ponerme las mañanitas al teléfono.

Él es muy lindo, tierno, culto, pero ¿sabes cuál es el defecto mi amado corazón? Claro, él tiene novio, yo soy digamos el "amante”, qué mejor palabra AMANTE, siempre me he sentido identificado con esa palabra y con las personas que he sido testigo de serlo. También creo que hay una canción que se llama "Prefiero ser su amante" y tiene tanta razón.

En fin, disfrazaré el nombre de mi amante por si algún día llega a leerlo, le pondré el nombre de Gabriel.

Déjame contarte acerca de él: es químico, moreno, varonil, madurito, delgado y un poco atlético, tiene un sexo promedio, digo no es algo que me ahogue pero tampoco me llena la boca. Aunque a decir verdad lo mueve delicioso.

Casi siempre que tenemos algún encuentro solemos vernos en la estación del metro "Hidalgo", obvio en la Ciudad de México.

Cada que podemos la pasamos muy rico, entre las sábanas, sus piernas y el clima que cubre nuestros cuerpos con olor a sexo, a amantes recién frotados, amados y sudados.

También vamos a un hotel cerca de esa estación y siempre tengo que pasar detrás de él porque, en serio corazón, las recepcionistas me ven con sus caras de Oh Mon Dieu ! te juro que me encanta verlas y sonreírles tan sínicamente que casi me dan ganas de guiñarles el ojo.

Entramos al hotel y mientras subo las escaleras me va tocando el trasero, va midiendo su terreno que tendrá que perpetuar con la herramienta de sus piernas.

Cuando subimos lo primero que hace es abrir la puerta, deja su mochila de viaje, cierra las cortinas, impidiendo que el atardecer sea testigo del encuentro de nuestras pieles.

Enseguida su boca comienza a devorar la mía, las dos se encuentran, se reconocen y se entienden muy bien. No tengo alguna idea si con su novio conocerá esta calentura, placer y lujuria que siente cuando está conmigo.

Acerca su cuerpo al mío, lo frota, lo estruja. Acaricia mi cara, mis mejillas, sus dedos recorren cada espacio de mi cuerpo.

Comienza a quitarme la ropa. Palpa mis glúteos por encima de la ropa interior, los masajea, los disfruta y su boca no deja de jugar con la mía.

Me desnuda sin quitarme la ropa interior, él comienza a desnudarse y yo puedo notar su erección por la forma abultada de su bóxer.

一¿Por qué te haces de rogar? 一lanza su comentario.

一Claro que no, es sólo que tú trabajas mucho y yo tengo que ir a la escuela, ya sabes los horarios no nos dejan 一respondo.

一Pues ahora que estás aquí, te haré mío 一él repone.

一¡Qué gusto escuchar eso! 一digo.

Y después se arrima a mi cuerpo, me lleva hasta el espejo y comienza a besar mi cuello mientras acerca su bulto a mis nalgas.

Está duro y caliente, incluso se le pone aún más tieso y con sus manos sostiene mis pezones y los frota delicadamente para posteriormente succionarlos.

Siento que su lengua me abre el pecho, siento un hilo que va desde mi corazón hasta mi pelvis, que me hace sentir placer, gemir y alucinar por este hombre y cuando se cansa de succionar me carga hasta la cama, que aún no hemos usado.

Pone mi cuerpo sobre la suave tela del edredón, comienza por abrirme las piernas y a devorar mi cuerpo, sin dejar un rincón de mi piel libre por donde no pase su lengua.

Me desnuda, me besa y deja mi piel ante su vista, comienza a succionar mi miembro, lo hace de manera rápida y sólo siento su lengua recorrer mi glande. El placer que me produce es delicioso, una lengua ardiente que me llena de ardor y placer la entrepierna.

Toma entre sus labios mis testículos y los succiona: izquierdo y derecho, izquierdo y derecho. ¡Qué rico! y comienza a trazar una línea que va desde el perineo hasta mi orificio a punto de ser perpetuado.

一¿Te gusta el beso negro? 一dice sonriendo.

一Me gusta cuando lo saben hacer 一contesto.

Y comienza su lengua a amortizar mi orificio, succionando, besando y lamiendo. Te juro que lo hace tan bien que noto su sonrisa y la manera de entretenerse con mis glúteos.

Casi siempre que lo hace pasan alrededor de 30 minutos y posteriormente introduce sus dedos, también calientes y morenos, muy de pieles mexicanas.

一¿Quieres chupármela, nene lindo? 一me dice.

一 Eso depende, bájate el bóxer y muéstrame lo que me voy a comer 一digo sonriendo.

Enseguida lo hace.

一Mira. Puedes jugar con él... ¿te gusta el sexo oral? 一me dice.

一Claro, es la especialidad de mi lengua, digo de la casa 一repongo.

Y comienzo a chupar mientras él me observa desde arriba. Cierra los ojos y se muestra vulnerable ante mí, debo reconocer que me encanta el poder que el sexo oral te da mientras tengo todo el miembro de mi amante en mi boca. El placer nos hace cómplices.

Cada que puedo succiono su pene por completo y sólo veo cómo se retuerce de placer.

一Nadie lo hace como tú 一dice jadeando.

一Yo lo sé, por eso te lo chupo así 一digo metiendo su miembro aún más en mi boca.

Y después de tanta felación, comienza a besarme y me coloca en posición de cucharita y debo reconocer que detesto esa posición, pero con él es diferente.

En cada encuentro comienza por esa posición y la verdad es que nuestros cuerpos compactan cada fibra y se amoldan a la forma del otro para generar, placer, sudor y mucho sexo.

Cuando comienza a metérmelo siento en mí un poco de ardor, un ardor rico, de esos que no quieres que pare. El ardor se intensifica hasta que mete todo y una vez mi orificio se amolda a su miembro comienzo a moverme en círculos, me separa las nalgas y comienza a clavarme duro, mientras mete sus dedos a mi boca y mi lengua sólo busca lamer algo duro.

Más y más, mi cuerpo siempre en busca de acción se acomoda a las embestidas que me hacen gemir.

Siempre me lo hace por mucho tiempo, es todo un semental.

Enseguida, me pongo boca abajo y él comienza a montarme, créeme, le gusta estar dentro de mí, siento el movimiento de sus metidas rápidas, suaves y busca mis labios para comerlos.

Cuando estoy así escucho el sonido de su cuerpo sobre el mío, su respiración agitada, sus gemidos y las nalgadas que logra darme para dejar mis glúteos rojos, ardiendo y pidiendo sus dulces caricias.

一Ponte frente a la ventana y ábrela un poco 一ordena

一¡Qué rico! 一contesto.

Me pongo frente a la ventana, abro un poco las cortinas y dejo que el atardecer sea parte de nuestros cuerpos, de nuestra piel, de nuestro encuentro.

Me folla de una manera rápida, feroz y cariñosa, así, parado siento que las piernas me flaquean y mi cintura ya no me pertenece ahora pende de sus manos y mi piel resiente el tacto de sus dedos.

一Dame más, lo quiero todo 一 digo.

一¿Todo? 一 dice.

一También la lechita 一 digo sonriendo.

一¿En serio? 一 dice.

一¿Quieres que te la pida de nuevo? 一 contesto.

Él sonríe y me lanza a la cama, pero esta vez, me pone de perrito.

En esta posición siempre arqueo la espalda, levanto el trasero y mis caderas esperan ansiosas por ser tomadas con sus manos masculinas y fundirlas con un vaivén de embestidas.

Disfruto de esa posición, siento cómo toda su hombría entra, sale y me hace suyo, también aprieta más sus manos a mis caderas, pero esta vez comienza a ponerse de pie sin sacarme su miembro.

Lo siento hasta el fondo, ya siento su pecho a mi espalda, gime y siento el sudor recorriendo mi frente, mi pecho y mi placer está en lo más alto de mi mente.

一¿Así te gusta, nene lindo? 一 dice.

一Sí, métemelo más, fóllame duro y rápido 一 contesto.

Comienzo a mover mis caderas y me detiene.

一No te muevas porque me vas hacer venir y quiero disfrutar más de tu culito 一 responde.

Detengo los movimientos y él acelera el ritmo, haciéndome gemir demasiado, puedo sentir cómo mi orificio se abre más para dejar pasar su hombría sin ningún obstáculo.

Las paredes internas de mi orificio comienzan a apretarlo y sólo escucho cómo él gime y produce mi nombre entre sus labios.

一¡Ahh, qué rico! 一 me dice gimiendo.

一¿Te gustó? 一 digo.

一Te mueves bien y aprietas rico 一 contesta.

Y comienzo a sentir cómo palpita su pene dentro de mí, comienza a sacarlo ya que su erección comienza a disminuir. Lo saca y puedo ver el semen que queda en el condón, es bastante, lo tenía guardadito para mí y me pregunto cuánto tiempo no ha cogido si él tiene novio.

En fin los problemas conyugales son algo que no me incumben.

Siempre quedo exhausto por la gran sesión de sexo con el químico. Aunque hay algo que va más allá del sexo, siento química con él, únicamente a sus caricias y la manera en que él corresponde a mi deseo, igual en otra vida si yo no fuera tan "divertido" y él más fiel podríamos coincidir.

Descanso un poco y me abraza con sus brazos y piernas.

一 Descansa, ahorita seguimos el segundo 一 me susurra al oído.

Sí claro, las ganas y las piernas yo las pongo y juntos dejamos que el cansancio nos brinde un pequeño sueño reparador y el atardecer ahora ya no es cómplice, es amante nuestro con el tacto en nuestra piel, a mirarnos, tocarnos y ser parte del espectáculo.

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P.D.: Ahora que fue el mes del orgullo gay, querido corazón, siéntete orgulloso, disfruta, ríe, llora, ama y se amado. Busca lo que te haga feliz, a veces la felicidad no se encuentra en las personas o en unas simples sábanas, hay veces que encuentras la felicidad en ti mismo.

Encuentra las cosas que le proporcionen felicidad a tu espíritu y con esto te aseguro serás muy feliz.

Te mando todo mi amor, unos besitos, ya sabes de esos con agarrón de paquete. No me extrañes, encuentra mi amor en un lugar cálido de tu cuerpo.

(9,18)