Nuevos relatos publicados: 12

¿Qué harías conmigo?

  • 3
  • 8.516
  • 9,86 (7 Val.)
  • 2

Antes de acostarnos aquel día, me preguntaste: ¿Qué harías conmigo? Lo decías como quien no estaba convencido y te respondí:

«Lo que me gustaría hacer contigo es lo siguiente:

Primero, darte un beso al recibirme en tu habitación y echarte con un empujón sobre tu cama para que a una relativa distancia me contemplarás cómo yo iba desvistiéndome al compás de la música de mi iPhone. Me quito las zapatillas, me quito muy despacio la camiseta, doy media vuelta y comienzo a desabrochar mi short, otra media vuelta y te muestro mi pubis rasurado y veo cómo tu polla se pone dura debajo de tus vaqueros. Saco mi polla y dejó caer mi short y tus ojos dan vueltas de locura y entusiasmo.

Luego me acerco a tu cama y con mi mano derecha tomó la tuya y te saco de la cama para desvestirte, tu camisa la dejo caer a tus pies para pisarla, tus zapatos que tiro lejos como si fueran piedras, y desabrocho tu cinturón para que no te ajuste, te doy un beso y meto mi lengua debajo de tu paladar, me aprietas mis nalgas, desabrocho tu pantalón y lo dejo caer piernas abajo. Te obligo a sacarlos de tus pies para que aumente tu alfombra y te tumbo en la cama con tu bóxer puesto.

Tú polla se marca por dentro del bóxer y con mi boca me voy comiendo tu polla por encina de la tela. Rompo con mis dientes y manos tu bóxer, te como tu polla en directo hasta ponerla a punto. Se ha empinado a mi gusto y me siento sobre ella hasta meterla dentro de mi culo plácidamente y comienzo a cabalgar sobre ti haciendo un mete y saca para que tu polla joda bien mi culo. Me inclino y te beso todo el cuello y tu cara dando lametazos a toda tu piel hasta dejarte pringado de mi saliva. Mezclamos nuestras lenguas mientras cabalgo inclinado y noto tus espasmos que avisan que te vienes y estás a punto de derramar tu esperma.

Entonces salgo de ti y me pongo a la inversa para poder comer tu polla ya amoratada y húmeda y dejas escapar, uno y dos y tres y cinco y seis grandes chorros de semen que es imposible que yo mantenga en mi boca para ir tragando tu esperma y algo se escapa por la comisura de mis labios sobre tu pubis. Trago el que puedo y recojo el que se ha caído limpiando bien tu pene y me dirijo a tu boca para besarte y darte a probar tu propio semen.

Entonces estoy para venirme y derramo mi esperma sobre tu pecho y abdomen, recojo algo con mi boca y restregando mi abdomen con el tuyo y mi pecho sobre tu pecho se acarician nuestras pollas y de mi boca te invito a probar mi delicioso néctar.

Dejé de decirte y te hice todo lo que te dije. Descansamos un rato al acabar, que casi nos dormimos y seguimos así hasta no poder más. Esa noche follaríamos cuatro veces, tres me jodes tú a mí y una te penetraría yo a ti hasta hacerte rabiar y gritar apasionadamente de locura.

Tan entusiasmado te vi, que lo venimos repitiendo cada vez que tenemos un tiempo para nosotros dos, tú preguntas, yo respondo y hacemos primero lo que te cuento y luego lo que nuestra pasión nos inspira, solo que hacerlo es siempre mejor que decirlo. Sé que estás de acuerdo, por eso repites».

(9,86)