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Mi primera noche como trava

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Cruzarme con hombres siempre fue mi debilidad. Desde que me desvirgaron el culo no tuve otra motivación que ofrecerme como putita de mis compañeros de cole y de vecinos que conocían esa debilidad. Mamar sus vergas, tragarme su leche, acabar empotrada de pie en los baños o en una cama ajena eran mis hobbies preferidos luego de hacer las tareas. En casa si bien se las olían respecto a mi orientación, nunca se metieron ni me dijeron nada. Era buen estudiante y mi tiempo libre lo ocupaba en lo que más me gustaba.

Al acabar el cole entré a la universidad y pude independizarme. Tuve varios novios, mucho sexo y tras egresar de Ingeniería en Ecoturismo entré a trabajar de recepcionista en un hotel. Era bastante afeminado pero eso no tuvo importancia pues me lie con el dueño y me dejaba coger a diario en habitaciones distintas. Culeo va y culeo viene, la mujer de éste se enteró que su maridito se estaba tirando a un maricón y me corrieron.

Mi nombre es Steffany, tengo 24 años y desde el mes anterior soy prostituta-travestida.

Todo sucedió luego de acostarme con el casero del apartamento pues no tenía dinero para pagarle el alquiler del mes. Me ofrecí y aceptó. Me dio por el culo y quedamos en paz por ese mes. Recuerdo claramente sus palabras mientras se vestía -Bien podrías sacar una pasta alquilándote, putita. Estás rica y si te das un toque femenino, seguro te lloverán los clientes, además, mientras seas discreta puedes traértelos aquí-.

Aquellas palabras me animaron a probar. Con el poco dinero que me sobraba fui a un mercadillo y me compré lencería barata, tacones, una peluca de carnaval roja y pinturas igual de saldo. De vuelta al apartamento me encontré con Pedro, el casero y le mostré lo que traía.

-Uff!, chiquilla, quiero ser tu primer cliente -dijo contento- Lo mismo y te sale gratis el siguiente alquiler. Tú arréglate y subo en una hora, te parece putita?...

-Ay, don Pedro -dije avergonzada- Usted ya me probó pero yo encantada de atenderle -continué sensual- Y si va en serio lo que dice respecto al alquiler, le hago lo que usted me pida. Dándome una palmada en el trasero me aseguró su presencia en una hora.

Subí loquita y excitada a prepararme. Me gusta darme duchas internas para estar muy limpita por el recto y suelo usar la manguerita de la ducha, es algo que me motiva en extremo. Amo esa sensación de la entrada del chorro cálido en mis entrañas, mientras doy saltitos desnuda mi verga suele ponerse durísima y al expulsar el líquido siento el placer de quedarme liviana y muy, muy, muy dispuesta para el acto.

Extendí sobre la cama toda la ropa que compré y fui ciñendo a mi cuerpo el encaje de las braguitas, los ligueros, el sujetador con relleno, luego las mallas, la faldita roja y negra de tablones y antes de subirme a los tacones de charol y ponerme la blusa de colegiala con corbata incluida, me maquillé, me puse las pestañas y las uñas postizas. Pedro quedó en subir a las siete. Eran las seis y cuarenta y yo estaba casi lista. Acabé por colocarme la peluca roja y finalmente me di brillo en los labios luego del carmín rojo. En el espejo vi a una bella muñequita de 1,78 de estatura, delgadita y con unas piernas torneadas y un culito respingón.

Mi casero llegó a tiempo y lo recibí toda efusiva y sexy con gestos propios de una chica y la voz dulce que suele gustar a los hombres. Pedro traía una botella de vino y le serví una copa casi llena con la intención de pedirle que me diese de beber de su boca. Mientras él bebía sorbos cortos de licor, yo sumisa y complaciente me arrodillé entre sus piernas y desbaraté su compostura según le chupaba los dedos de los pies, lamía sus piernas y besaba su rica verga que aún estaba a media erección. Lamí sus huevos, le masturbé delicadamente, chupé su glande y se la mamé entera hasta tocar con mis labios las bolsas enormes que contenían su néctar.

-Dame vino, papi -dije entre susurros- sin soltar su rabo ya duro. Pedro hizo el gesto de acercar la copa a mis labios y mirándolo con gesto de enojo erótico le respondí que quería beber de su boca. Mi macho se largó todo lo que quedaba en la copa y yo sugerente abrí mi boca para recibir el elixir de su cavidad. Eso es algo que me fascina, soy muy desinhibida y me gusta que el hombre que me va a usar me dé a beber saliva o cualquier líquido desde su boca. Me excita mucho al igual que lamer el sudor, lógicamente beber semen y desde hace poco, gracias a Pedro, la lluvia dorada.

Como "profesional recién iniciada" suelo tener condones y lubricante para que me culeen pero precisamente usé el último el día anterior con Pedro. -No tengo condones, papi -dije apenada-

-Tranquila amor -dijo él- agarrando mi verga mientras me besaba con lengua. Quiero dejarte preñada si no te importa y así hacemos paso de dos meses de alquiler. Mis ojos resplandecieron y como si de marido y mujer se tratara, lo llevé hasta la cama dejando que me metiera un dedo por el ano.

Pedro se lubricó la verga y antes de clavármela, temerosa porque era la primera vez que me dejaba encular a pelo, le pregunté si no habría consecuencias. Me refería desde luego a una ETS. Pedro excitado me dijo que era a la primera trava que se tiraba y que me calmase pues su verga hace tiempo que no probaba ni coño y menos culo de nadie. Ni de tu mujer? -pregunté- -Ni de mi mujer -dijo-.

El coito homosexual es morboso, es la clara representación del autoritarismo, de la fuerza sometiendo a la debilidad en igualdad de condiciones físicas. Pedro arremetió con furia por mi ano lubricado y golpeó mis entrañas hasta hacerme entornar los ojos y arañar las sábanas con gemidos dulces y un placer tormentoso hasta abrirme bien.

Tardó lo suyo y me hizo gozar montado a mi espalda y con el sable adentro hasta los huevos. Su corrida inseminó mi feminidad, esa leche espesa que mi organismo absorbía, el esperma de un hombre formando ya parte de mi ser.

Pedro encadenó un segundo amor sin sacarla. Era tremendo. Qué fogosidad. Y yo, chillando muy suelta, ofrecida y asida por sus enormes manos a mis tetas ficticias. -Toma putita, esto te gusta, traga todo zorra, de ésta te embarazo fijo.

-Ayyy, sí papi, quiero quedarme embarazada, dale papi, no pares, eres un machoteee, dame fuerte, venga amor, quiero que me dejes preñadita bebé...

Su segundo orgasmo rellenó lo relleno y me sentí plenamente mujer. Transpirábamos ambos, estábamos empapados y yo más. Pedro se mantuvo dentro para que no se me escapara su néctar y como pudimos nos giramos para yo quedar echada de espaldas y poder levantar las piernas.

-No quiero que se te vaya mi leche amor -dijo- Mantente así o no te quedarás embarazada. Su fláccida verga salió de mi ser y mi primer cliente se puso en pie sobre la cama. Lo veía inmenso. Steffany -dijo- te voy a hacer una lluvia dorada y quiero que te la bebas, será mi marca, es como cuando los perros mean marcando territorio, yo voy a marcarte para que seas mía. Puedes coger con cuántos hombres quieras, pero en tu cabeza estaré siempre yo como tu dueño, de acuerdo? -acabó preguntando-. Asentí con firmeza y mi nuevo dueño me ayudó a levantarme y llevarme al baño.

-Entra en la tina -ordenó-.

Entré obediente.

-Ponte de rodillas.

El primer chorro me dio en toda la cara. Abrí todo lo que pude la boca y el siguiente súper consistente y largo comenzó a entrar en mi cavidad. Tragué y tragué. Acabé mojada pues no podía con todo. Me supo a vino, caliente pero rico.

Mientras nos duchábamos mi casero me tomó una vez más de pie y masturbándome según me culeaba. Estaba arrecha y volvió a preñarme. Tres lefadas, tres.

Yo estaba exhausta pero encantada. Mi dueño se vistió y yo desnuda lo miraba con ojos de amor. -Te amo -dije sin pensarlo- Eres un amante delicioso, te deseo y te amo -añadí-

Pedro me besó rico y lo acompañé hasta la puerta. Antes de abrirla me preguntó si estaba cansada. Lo estaba pero mentí. -Un poco -dije-

-Lo digo -dijo- porque dos de tus vecinos quieren culearte. Esperan mi aviso y si tú quieres los mando.

-No sé cuánto cobrar -respondí excitada.

-Depende del servicio -dijo- Yo les he dicho que eres puta cara y que lo menos son cien por polvo.

-En serio? les dijiste cien por uno solo?...

-Tú vales preciosa, los hago subir?

-De acuerdo.

-Y conmigo estás libre de alquiler dos meses. Chao nena...

Libre de alquiler y dos clientes que estaban por subir. Una noche exitosa, sin duda...

Si quieren saber cómo me fue esa noche no duden en pedirme que continúe con el relato, estaré encantada de contar con detalles que mi culo quedó destrozado pero feliz de tanta verga que me dieron. Mi correo es: [email protected].

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