Te veo venir con un vestido rojo oscuro mangas tres cuartos, con un escote en v a la altura donde terminan tus senos. Es largo hasta tus pies y en la pierna derecha abierto hasta el muslo, con unos zapatos de aguja.
Te ves sensual, segura de ti misma, pero lo mejor es tu sonrisa, saber que vienes por mí. Tu pelo lo llevas recogido en una cola y no llevas ningún accesorio más que un collar y esa traviesa sonrisa que tanto me gusta. Te acercas y me susurras en el oído:
—Te necesito te espero en el baño.
Lo cual me acelera el pulso y un golpe de excitación me recorre el cuerpo, algo debajo de mi pantalón brinca y empieza a crecer con esas simples palabras. Eres tan sexi y más cuando tienes esa seguridad en ti, que me ganan y no puedo resistir.
Te dejo que te adelantes, que puedo decir me gusta mirar tu trasero, me gusta verlo, me motiva a seguirlo. Cuando desapareces de mi vista me disculpo con las personas que platico y voy tras de ti. Te sigo hasta el baño, es un lindo baño -podríamos hacer varias fiestas en el.
Al entrar te veo sentada en el mueble del lavabo con el vestido subido y tus piernas abiertas mostrando tus muslos, solo para ofrecerme una vista de tus bragas y se ve simplemente exquisito. Tienes una sonrisa pícara y tus ojos irradian lujuria.
Me acerco y te beso un beso desesperado, estoy desesperado por hundirme en ti. Me apartas y bajas del mueble, desabrochas mi pantalón y bajas el cierre de un jalón bajas el pantalón y mis bóxer al mismo tiempo liberando mi erección la cual tomas entre tus manos, pones un poco de jabón y deslizas tu mano lentamente de arriba a abajo y aprietas justo en la base, la das una palmada a mis testículos y vuelves a subir tu mano hasta la cabeza, y otra vez la bajas lentamente una y otra vez.
De mi empieza a salir un líquido ya me urge tenerte pero tu mano es una maestra y yo soy tu prisionero. Te incas y arrimas tu boca a mi pene lo chupas, lo lames, lo limpias y te lo metes todo mientras me miras directo a los ojos es una delicia, lo sacas de tu boca y tu mano continúa es un placer, un delicioso suplicio tu mano subiendo y bajando, apretando y golpeando la velocidad y fuerza que aplicas a veces lento otras más de prisa, en otras te detienes totalmente solo apretando mmmm.
De mi boca salen unos gruñidos inentendibles y de pronto te suplico:
—ya te quiero tener abre tus piernas por favor
Tomas mi mano y diriges dos dedos a tu sexo esta húmedo y caliente lo frotó y sé que tú también te mueres por sentirme dentro tuyo te subo de nuevo en el mueble de baño justo donde te encontré y sino tu vestido, hago a un lado las bragas y juego con tus labios mis dedos te recorren de abajo a arriba, acarician y frotan, se detienen en tu clítoris y jalan de el esta hinchado y excitado lo tomo con dos de mis dedos y juego con el ahora tu eres la que te mueves desesperada cuando sientes el placer intentas cerrar tus piernas pero mis brazos las separan y mi boca baja a tus labios te muerdo y chupo en ellos introduzco mi lengua lo más que puedo y mientras mis dedos juegan un poco más en tu clítoris mi boca te hace el amor en tus labios y dentro de ellos, tus piernas tiemblan y siento como te vienes en mi cara, me levanto y con mi verga dura y lista te lo clavo en un solo movimiento estas tan mojada que entro fácilmente una y otra vez una y otra fuerte no hay tiempo para sutilezas mientras te digo al oído lo mucho que me excitas y lo linda que te vez mientras te cojo. Tú lo quieres así sé que te gusta fuerte, al igual que a mi, tú lo necesitas al igual que yo.
Ahora soy yo el que juega y ye martirizó los pezones con mi boca que muerde hasta que arranca un grito a tu boca y me muevo a tu ritmo, unas veces lento y otras más de prisa, unas veces hasta el fondo y otras solo por fuera recorriendo tus labios, ahora eres tú quien suplica por mas y te cumplo noto como tu cuerpo se vuelve a tensar y tus uñas arañan en mi espalda, un temblor se adueña de tus piernas y grutas mi nombre mientras el momento llega te relajas un momento respiramos con dificultad y jadeamos de placer buscamos un poco de aire pero solo un instante, te bajo al suelo y te pongo de espaldas subo tu vestido hasta tú cintura y mientras te doy unas nalgadas me vuelvo a clavar en ti ahora busco mi placer y entro una y otra vez en ti mientras te aferras al mármol del lavabo tras unos breves pero satisfactorios momentos me vengo dentro tuyo te abrazo y tomo tu cintura permanezco dentro de ti hasta que mi erección desaparece y mi semilla se derrama por tus piernas, te limpio y nos arreglamos para volver a la fiesta.
Fue una noche muy placentera y el primero de varios encuentros que tuvimos ese día