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Hombre primera vez con hombres

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Es la primera que escribo un relato. He leído muchos, y me he excitado y fantaseado.

Este que voy a contar es absolutamente real. Omitiré y cambiaré nombres de sitios por privacidad y vaya a ser que alguien se entere.

Todo empezó digamos en diciembre de 2018, a principios de mes, digamos fecha de puente.

Yo soy heterosexual, pero alguna vez leyendo algún relato pues... me han entrado un montón de ganas de comerme una poya, sentirla en la boca y bueno... más adelante contaré más.

La cuestión es que me desplace de mi ciudad a otra a visitar a unos amigos que tenían ganas de que los visitara y salir de marcha. Y así fue, salimos de marcha hasta las mil del día siguiente. Ya en su casa ellos estaban cansados, era de noche otra vez... yo llegué la noche anterior.

Por lo que fuera les dije que iba a dar una vuelta y tomar algo, y me fui solo. No tenía muy claro lo que tenía ganas de hacer o donde ir... y de repente empecé a pensar en hacer cosas que en un sitio que alguien me conociera no podía hacer... era la oportunidad... pensé en algún local de ambiente pero no era lo que quería, no quería hablar con un tío con la intención de ligar... quería lo que mi mente había imaginado y deseado, quería poyas, sin hablar, como un sueño donde todo ocurriese eliminando las cuestiones que no me excitaban nada...

Me puse a buscar por el móvil y sitios de ambiente había miles pero sabía que ir y entrar apagaría y enfriaría ese fuego que me ardía... busqué y busqué y encontré un sitio, que no voy a poner el nombre por privacidad pero bien merece recomendaciones. Por lo que leía en las descripciones parecía un sitio diseñado por un guionista erótico. Tenía de funcionamiento abierto como 3 horas, no abría todos los días, en fin, que puse en el móvil la dirección y fui hasta allí.

Me costó encontrar el sitio aun guiado por el teléfono. No tenía carteles como un pub, era muy muy discreto, y bastante escondido. Al llegar y tocar un timbre me abrieron, pasé y entré era como una recepción en la que solo ves y hablas con el chico que está allí. Era un pequeño recibidor con un mostrador donde no veías nada del interior. Me examinó físicamente, yo me cuido mucho, visto bien, ropa cara y juvenil aunque ya tengo muchos años más de los que aparento. La cuestión es que me preguntó que si sabía cómo funcionaba aquello, le dije que no, que era la primera vez y me explico lo siguiente:

-tienes que pagar la entrada, con ella va una copa, te doy una llave, al entrar hay unas taquillas, guardas tu ropa, móvil, etc. y te quedas en calzoncillos y zapatillas.

Le quise preguntar más pero me dijo la barra está al lado de las taquillas, es como el sitio sin acción tú tranquilo, entra ya iras viendo... me dijo. Por las copas no te preocupes pides las que te apetezcan y te las vamos apuntando, luego al salir se paga, no tenemos precios caros.

Entré y dejé ya el recibidor atrás, aquello se veía grande por dentro, tenía curiosidad por explorarlo.

Creo que fui de los primeros que llegó al local. Fui a la taquilla e hice lo que me había explicado el chico de la recepción, guardé todo en la taquilla y me quedé en calzoncillos y zapatillas de deporte. Al verme en un espejo pensé: menos mal que llevo calzoncillos que me quedan perfectos. Eran tipo culote de goma ancha que me las baje un pelín pero sin pasarme... a la altura de donde empezaría el vello púbico.

Siempre me depilo piernas, barriga, pecho y brazos. Aquel día agradecí esa costumbre que adquirí no hace mucho. Mi aspecto físico en calzoncillos me daba la impresión que pondría cachondo a cualquiera, tío o tía. No soy tío de gimnasio de músculos a reventar, tengo todos los músculos marcados, cuerpo atlético, sin barriga, peso ideal. Piernas que alguna pareja femenina y sin ser pareja, que tengo unas piernas muy chulas.

Hecha un poco la descripción, sabía que iba a llamar la atención bastante. Cosa que explicaré más adelante.

Me acerqué a la barra, pedí una copa, para que un poco de embriaguez no me dejara echarme atrás. Aunque parezca una tontería, no me había puesto las lentillas lo cual pensé que era un acierto porque no quería que nada me hiciera ver desde otra óptica y no probar algo que sabía que esta era la ocasión.

Con la copa en la mano, mi calzoncillo de culote ajustado, mi cuerpo depilado, afeitado y perfecto peinado despeinado con ese efecto a mechones de la cera, me dispuse a explorar que era aquello y cómo funcionaba.

Describir el sitio de acción intentaré hacer que se pueda tener una visión los más cercana, pero está muy muy bien montado.

Me dirigí a lo que se veía que era LA ZONA por la luz era baja en todas las dependencias, a diferencia de la zona de barra y taquilla

Fui en dirección a la zona oscura, había dos plantas, la de abajo, en la que a partir de pasar unas cortinillas había cuartos de baño, rollos de papel dispuestos por todos lados en los que pudiera pasar algo, preservativos por todos lados(esto también en la parte de arriba, en todas partes)... una sala que tenía una puerta, también oscuro, tipo sauna, con sillones en círculo, donde luego vi que se bajaba a echar un cigarrillo, aunque alguna vez te encontrabas a alguien en acción. Aunque esto, también lo explicaré más adelante. Porque una norma no escrita era no hablar, no molestar.

Después de ver esta parte de abajo subí las escaleras, que era donde intuía que pasarían las cosas. Reconocí todas las dependencias, donde no faltaba habitación que no tuviera elemento erótico imaginable, desde camilla de masajes, aparatos tipo gimnasio para facilitar posturas, etc.

El lugar impresionaba, era como un laberinto, con zonas muy muy oscuras, otras algo menos pero impresionante.

Cuando subí y reconocí todo empezó a llegar una o dos personas. Yo estaba algo frío y nervioso porque no sabía cómo funcionaba. Pronto me di cuenta de que todo era con las miradas, y el lenguaje corporal. Sin hablar alguien te acariciaba por ejemplo y sin ser maleducado si no dabas señales de que te apeteciera se desistía, aunque todo muy cordial y con respeto.

Recuerdo el primer tío con el que me encontré solo, aun había poca gente. Este no tenía calzoncillos, cosa que estaba permitida, además luego había quien por motivos de la acción se los quitaba, o se lo quitaban... pero ya explicaré.

Con este primero, tuve una extraña reacción, nos mirábamos de lejos, él me comía con la mirada. Tenía una poya bastante grande y gorda pero no me causaba ninguna excitación. Estaba dejado físicamente, no era mayor, pero también tenía pelo en la poya y casi me hizo pensar 'que hago aquí'.

Poco a poco fui cambiando de opinión conforme fue llegando gente. Nadie pasaría de los 40 o poco más, todo el mundo muy cuidado, casi todos depilados en la poya, otros no, pero mucha gente de gimnasio, de cuidarse el aspecto. En total la hora de máxima gente habría unas 40 personas.

Debo continuar con mi primer contacto que ya he mencionado, pues si no me excitaba de ningún modo, para demostrar que estaba en el juego, y que no estaba ahí de mirón, al pasar junto a él y acariciarme, seguí de largo pero le pasé la mano y acaricie su poya, cosa que noté que le debió excitar por esa enorme poya empezó a engordar. Luego me persiguió más adentrada la noche varias veces, parecía conformarse mirándome mientras le apretaba un poco su poya y seguir a otro lado.

Después de ese no recuerdo como fue, el orden porque por momentos todo iba a una velocidad de vértigo.

Por los gestos, movimientos, algunas veces que al oído se dice un 'vamos a otro lado' etc., parecía todo el mundo como yo, nadie había afeminado.

Las cosas pasaban en habitaciones, que si se ve que hay dos te vas a otro lado o sitios como pasillos, por ejemplo, o salas grandes donde en algún momento aquello era todos con todos.

Está unido en esta planta de arriba, aunque casi se necesite un mapa.

Mi deseo de comerme una poya ya iba en aumento. El local estaba ya con las 40 personas aproximadas.

Recuerdo, que había gente que me miraba, se me acercaba, me tocaba la poya por encima del calzoncillo (yo estuve ya a partir de aquí empalmado toda la noche y se veía por mucho calzoncillo apretado, no lo podía disimular) yo le devolvía el gesto, con el que le decía sin palabras por la forma de tocarle la poya, que me ponía. Este contacto, pese a estar deseando comérsela, se agachó, se puso de rodillas delante, me bajó el calzoncillo hasta los huevos y me la empezó a chupar y babear que tuve que decirle al oído: -por favor tío para, que no puedo aguantar. Estaba a punto de correrme y él lo notaba pero me hizo caso y paró. Todo el mundo se respetaba, lo vi a lo largo de la noche.

Después de este contacto me fui a dar una vuelta para que se me bajara un poco la excitación, aunque era complicado ya con el local como estaba y pasando todo lo que pasaba.

Bajé a la barra a pedir otra copa y pensé: esto va a ser difícil, aguantar sin correrme y con mi deuda pendiente de comerme una poya, viendo las que veía, que parecían algunos Nacho Vidal.

Antes de continuar debo explicar, que nadie se corre en las bocas de nadie, me di cuenta de aquello porque uno me dio el toque diciéndome molesto que casi me había corrido en su boca. Cosa que me convencía de que el sitio era perfecto, yo tampoco quería que nadie se corriera en mi boca.

Uno de los momentos por los que escribo esto sucedió en una sala común, donde uno se estaba follando a otro, dos comiéndole la poya a uno, etc.

En ese momento, no sé cómo, uno de los que habían pasado y nos habíamos tocado las poyas anteriormente nos cruzamos en ese sitio, ya todo estaba descontrolado, había hecho y me habían hecho más cosas que relataré en otro momento.

Me agache y me puse con una rodilla apoyada en el suelo y la otra para poder levantarme, lo hice ahí en medio y le empecé a pasar la lengua por el capullo, lo estaba disfrutando, el sitio era de mucho paso, y muchos me tenían ganas... allí no habían reglas, si uno se acercaba a mirar cómo le estaba comiendo la poya y te apetecía parabas y se la empezabas a comer a este otro, cosa que hice cuando me tenía a la altura de mi boca una poya grande, gorda, y los huevos depilados. Yo mientras se la empecé a comer a este segundo, con la mano no dejaba de movérsela apretando fuerte de arriba a abajo, para que notara que seguía deseando su poya. Cosa que solucioné al momento, tenía delante una fantasía hecha realidad y parecía que el miedo a los prejuicios aun revoloteaban, hasta ese momento. Pensé aquí estoy yo de rodillas y manda mi yo vicioso y sin límites, me fui con la boca a seguir comiéndosela al primero, y a este segundo le pegué un tirón suave pero con mando, para que se pegara más... empecé e chupar una y otra, bajando los huevos y recogiendo mis babas, apreté las dos poyas una contra otra, abrí la boca, y sentí como entraban dos poyas a la vez en una boca...estaba sintiendo lo que tanto me había excitado ver que hacía una tía viciosa en una película porno...

Aquello debió de empezar a llamar la atención, verme ahí en medio, todos los que se acercaban, sin cortarme comiéndome 2 poyas como en un manual porno... de una a una, las dos a la vez hasta donde me cabían, enteras era imposible, eran muy grandes. Yo solo veía poya y huevos y empecé a notar que se acercaba más gente. Mientras estaba en faena, un tercero, me dio a oler varias veces los que ya sabía que era, aunque no había probado. Alguien me empezó a acariciar la espalda, otro me pegó varios chupetones en los pezones... cada vez estaba más vicioso, más cachondo, ese momento fue una locura... mi postura impedía que alguno me comiera la poya, menos mal, porque iba a explotar...

En este momento, que creo que por méritos propios me convertí en la atracción, porque veía alguna tocándosela mirándome. Los dos a los que se la estaba comiendo miraba hacia arriba y se estaban comiendo la boca como putas viciosas... se acercó también el primero del que hablé... que pese a haberme perseguido toda la noche, solo le había devuelto un apretón de poya... hasta ese momento... por algún motivo pensé lo mismo que al principio, que no me excitaba, pero por otro lado, no sé si movido por lo que me daban a oler continuamente, pensé joder, esto así como está pasando, supera mi imaginación, ni pedido por encargo pasa así... y lo que hice fue mientras me metía y sacaba de la boca las dos poyas, agarradas con una mano para que no se separaran, de todas las poyas que había alrededor de mi, tocándose, empalmados a reventar, alargue la mano libre hasta donde estaba situado mirando tocándose con distancia por los rechazos, le cogí de los huevos, que eran enormes, le apreté suavemente tirándole hacia mí... se acercó y tenía a los dos con las poyas juntas a mi derecha, y a mi izquierda, con su poya pegada a mi cara, a este otro.

La descripción de la acción es sencilla, paré con los otros 2 y giré la cabeza hacia su poya y mirándole a los ojos sin juego alguno de lengua, saliva ni nada, me la fui metiendo en la boca abierta al máximo, iba entrando pero sin tocar mi boca... mirándole a los ojos... hasta que llegué hasta la mitad aproximadamente, había un trozo grande grande dentro... no quería que me atragantara y paré antes de que me llegara a la garganta... ahora sí cerré la boca e hice lo que sentía que le debía por haberlo rechazado... me quedé sin moverme mirándole, observando si percibía que quería que notara como mi boca segregaba saliva y más saliva de notar su capullo y su enorme poya en mi boca, le apreté con la mano izquierda la poya que sobraba, y con toda la saliva que ya me chorreaba por los lados... me la metí y me la saqué hasta la misma altura unas 3 veces, pero le succioné como si quisiera tragármela entera. Paré, noté que le iban a reventar los huevos y se iba a terminar corriendo en mi boca y saliéndome leche por todos lados...

No sé cuántas poyas distintas a la de estos tres pude coger mientras chupaba otra, pero casi todas las que me acercaban al menos un par de chupetones o lengüetazos le daba.

Como pude me levanté, al ponerme en pie otro más me cogió la cara y me comió la boca metiéndome la lengua hasta la garganta...no me hizo gracia pero bueno... dije en tono bajo pero que oyeron, uff tíos me voy un rato, necesito un cigarro y una copa. En ese momento necesitaba salir de allí, relajarme y tomarme una copa y un respiro, al menos un rato... para volver en mí y porque la poya me iba a reventar y correrme, ya no aguantaba más

Continuó la actividad y pasó mucho más. Pero esta grupal fue impresionante.

Este relato es totalmente cierto. No lo pongo por darle aires de verdad. Mientras lo escribía he ido recordando sensaciones y detalles al volver a visualizarlo para contarlo y por poco salgo ardiendo.

No sé en qué categoría encuadrarlo. Voy a poner en fantasía creo.

Si os gusta puedo contar más partes.

Podéis contactarme en [email protected].

 

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