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Vecinos y amigos con derechos

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Admito que siempre he sido muy despierta en cuestión sexual. Aunque es algo de lo que no he hablado con nadie: la verdad que desperté mi sexualidad siendo muy joven. Mi tía, llevaba a casa revistas algo vulgares que guardaba en su equipaje, pero yo buscaba la manera de sacarlas y leerlas. Me excitaba ver las imágenes donde tenían sexo y ponía una almohada en mis piernas y me frotaba con ella mientras las leía.

El caso es que crecí, y con 18 años me convertí en una chica con curvas, pompas grandes y senos también. Siempre le he llamado la atención a hombres casados o con pareja (algo que no comprendo) y a hombres maduros. Vivo en un edificio y tengo un vecino que también es mi amigo: es casado, sin embargo no es feo. Es amigo de mi familia. Desde que nos conocimos hicimos clic y al igual que yo, comparte la misma calentura.

Las cosas se salieron de control una tarde que mi madre y hermana, tuvieron que salir y nos quedamos solos. Comenzamos a juguetear y cuando me di cuenta, él me tenía tirada en mi cama y besando mis pezones. Yo sentía culpa, pero estaba tan caliente que no lo detuve; besaba mi cuello y yo sentía en mis muslos su pene erecto a través de su pantalón, besó mis labios mientras desabrochaba mi pantalón y bajaba mi pantaleta, me abrió las piernas y metió su verga en mi vagina, yo la apretaba y él continuaba tratando de penetrar hasta que cedí. Estábamos cogiendo duro cuando me levantó y me volteó de espaldas sobre el borde de la pared de mi habitación: Sentí como abrió mis nalgas y metió su dedo (nunca había tenido sexo anal), cuando metió el dedo al fondo sólo lancé un quejidito como: "Mmm".

Mi respiración seguía agitada, ahí estaba, parada contra la pared cuando entraron otros dos dedos, cerré los ojos y mordí mis labios, mientras él me estimulaba y me decía al oído: "Te la puedo meter por tu culote? Eh? Quieres?".

Yo sólo dije sí moviendo mi cabeza, cuando de repente, sentí un dolor en la cola, apreté la pared y comencé a hacer ruiditos como; "ah". Lo sacaba y lo metía una y otra vez, el dolor era menos y cada vez más placentero, era algo delicioso, mis pezones parecían mini pelotas que él jugaba con sus dedos, y después me masturbaba mientras me penetraba por el culo.

Me excitaba oírlo agitado y gimiendo, mientras me tenía contra la pared dándome en la cola. Desde ese momento buscamos cualquier oportunidad para tener sexo, con él aprendí a hacer cosas que ya contaré. Creo que yo lo tomo como una experiencia, que disfruto y que aprovechó mientras dure.

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