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Noche de serenata: Pasó lo que no se espera
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Esta historia pasó cuando tenía 25 años. Mi novia de entonces era muy hermosa. Tenía lo que pocas consiguen, las proporciones iguales. Un cuerpo moldeado por el gym por 4 años. Una lujuria de piernas, piel morena suave. Un trasero de reina que era la admiración de todos los hombres que la veían. Unos senos hermosos y de muy buen tamaño, bueno, esto que les cuento pasó la noche de serenata a Cochabamba, Bolivia.

Quedamos ir y yo me vestí casual como siempre, pero ella me sorprendió usando una calza que moldeada a la perfección su silueta que era suculenta, se podía notar su hermosa tanga como dibujaba ese trasero que me ponía a mil, entonces se dio cuenta que era muy notorio y se puso un saco encima pero no detuvo mis manos que al paso que íbamos camino a la serenata yo tocaba sigilosamente ese culito.

Cenamos disfrutamos de buena música y luego nos fuimos yendo ya que la borrachera En exceso o falta en mi ciudad, llegamos a sentarnos en una plazuela para tomar aire. Entonces la empecé a tocar y decirle la verdad que estaba muy ardiente con esa calza y que su blusa me dejaba mucho a la imaginación, empezamos a besarnos suavemente.

Sus labios eran miel para mi, empecé a acariciarla, no nos importó que nos vieran y entonces le empecé a masajear ese trasero rico y le apretaba y vaya que era carnoso, ella no ponía resistencia, más al contrario empezó a relajarse y a gemir suave porque mis toques la puso muy cachonda, tanto que me pidió:

-vámonos de aquí amor, quiero que me comas, o no quieres!?

Y nos fuimos para su casa ya que no estaba su mamá, llegamos y al grano, empezamos a besarnos sin control, me era más fácil agarrar ese trasero que me volvía loco, le apriete con ambas manos y ella empezó a excitarse demasiado y empezamos a quitarnos la ropa que hacia estorbo, ella quedó en brasier y tanga y yo en bóxer.

Ver ese cuerpazo me puso como piedra y no lo disimula, ella se sacó su brasier y me dejo enfrente esas hermosas tetas redondas y deliciosas con pezones morenos y muy parados y esto me dio señal que andaba más que excitada, sin dudar le empecé a chupar esos ricos melones que no cabían en mi boca.

Eran deliciosas y ella empezó a gemir bastante y aún nono le saqué la tanga, pero luego de unos. Minutos de chulada de teta le saqué esa tanga ploma que llevaba, ella no abrió las piernas hasta que retiré por completo su tanguita que olía a lo más exquisito que vuelve loco a cualquier hombre y bastante mojado, y ella me abrió las piernas y me miraba con lujuria como al decirme "Esto me lo comes pero yaa" .

Y no lo dudé y me balancee sobre ella, en ese entonces no se dejaba dar lametones en ese cochito delicioso, ella me agarró mi pene que ya andaba más que piedra, ya palpitaba de deseo y ella lo agarró y se lo posicionó en sus labios mojados de su vagina morena que tenía el pelo bajito y andaba hinchada porque no recibía su dosis de pene en una semana, no lo dudé y se lo metí hasta el fondo de un golpe, ella gritó de placer:

– Aaaahh que rico aaahh méteme así duro me encanta tu pene dame lo que me gusta.

Y le di duro hasta que mis bolas chocaban con su culito, estuvimos así dándole sabroso y le dije que la quería de cuatro y no lo dudó, me puso ese hermoso trasero moreno en mi frente con su culito abierto a mi disposición, agarré y antes de meter mi pene ella me dijo:

– suave mi amor que me haces arder con tu pene.

Entonces andaba tan arrecho que no lo hice caso y se la metí dan fondo que mis bolas chocaron con ese culo que hasta parecía que le di una nalgadas ruda, ella al sentir esa piedra adentro gritó de placer "Aaaaah que ricooo aahhh".

Y al final le di duro ese culito me tenía más que ardiendo y le di varias nalgadas que no me aguantaba oír sus gemidos y gritos de placer y le dije me vengo y ella me dijo que no estaba en días peligrosos y le terminé adentro con mi gruñido de victoria y ella no se detuvo y se dio la vuelta y me dijo ‘métemela que quiero terminar’.

Y se la metí así todo mojado con mi semen y ella empezó a gemir y a moverse muy duro. Me metió sus uñas en mis nalgas y ella dio su grito de placer dándome como aviso que vaya que le dio su orgasmo de la semana y se tumbó al piso y me dijo que estaba más que satisfecha y me besó y me dijo "Que rico mi amor, me encantó", junto a su risa pícara y suspiros de haber logrado el orgasmo que tanto quería desde la plazuela.

Espero les haya gustado, tengo aún más historias de cuando me entregó su culito virgen y se estrenó con sus chuzadas celestiales, hasta la próxima.

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