¿Qué hacer? La sala de maestros olía a semen, la cara de mi novia con la verga de otro en los labios estaba grabada en la retina, me sentía impotente, caliente, enojado, triste y preocupado.
Mi celular comenzó a sonar, era María:
(Yo) Donde estás?
(Antonio) Profe? Soy Antonio, creo que se quedó mi celular, sigue en la escuela?
Me quedé helado… temblaba, le dije dónde estaba y colgué
Cuando Antonio abrió la puerta pude ver a María esperando fuera, quería golpearlo, gritarle a ella, pero al escuchar a Antonio pidiendo sus $200 y su celular, mi verga se puso muy dura, tuve que sentarme y pagarle, regresarle su celular y decirle que me había distraído.
A: No se preocupe, por cierto, ya vio el video, me debe un favor.
-Qué quieres?
A: Ayúdeme a conseguir el examen de Economía II, es el sábado, hoy hay una fiesta en SINHOUSE (un antro de la zona), y no pretendo estudiar, ya vio ese video, tengo a otras niñas de la escuela haciendo cosas peores, si me ayuda, los verá todos.
Realmente no me interesaba ver a ninguna otra alumna de la facultad, por dentro, quería que aquel cerdo se cogiera a mi novia, no sabía por qué, pero me excitaba de sobremanera, y sin saberlo esa fiesta era la mejor oportunidad.
-De acuerdo, te lo llevo en la noche, en la barra de SINHOUSE, 11 pm
A: JAJA sabía que lo haría, ahora, deje atiendo a (hizo un gesto empujando su mejilla por dentro con la lengua y simulando una mamada con la mano) esa, señalando hacia la puerta.
La forma tan despectiva de hablar de mi novia me pareció excitante, estaba furioso con ella.
El examen estaba en alguna gaveta, seguro (confirmado luego de 20 minutos de búsqueda), pero, ¿qué haría con mi novia?, ¿cómo provocarla para que cogiera con él?, ¿cómo hacer para verlos en haciéndolo?, ¿sería necesario mi intervención?, ¿Estaría ella mamándosela a cambio de discreción en estos momentos? O, ¿algo peor?
Me dirigí al estacionamiento con el examen en la bolsa, pero no vi su auto, pensé en marcarle a María, pero si él lo notaba sería sospechoso, comencé a sentir ansiedad, desesperación.
Decidí ir a la sala de maestros de nuevo, esperar a que cerraran (10 pm e ir a ese antro con la copia prometida) y esperar.
Me quedé dormido (gracias a la cruda que tría) y al despertar tenía doce mensajes de María, uno a las 7, diciendo que si podíamos vernos.
Otro 7:40 preguntando si estaba bien.
Y seguía hasta las 9:46 diciéndome infantil, celoso y que ni me molestara en llamar porque esa noche no estaría para mi.
Decidí reflexionar el asunto y cumplir mi promesa.
No sabía lo afortunado que era, pues mi novia, molesta por ignorarla durante la tarde decidiría ir a la fiesta, donde sin saberlo mi ahora mayor fantasía podría cumplirse.
Llegué a las 11 pm, entré al local y me perdí entre muchos cuerpos, en movimiento. Me acerqué a la barra y esperé.
Cuando Antonio llegó se le notaba ebrio, pero feliz, me pidió el examen, le pregunté si había invertido esos $200 sabiamente.
A: Claro, la lleve a comer, y quise sacarle un beso pero, no se dejaba.
-Y luego? Se dejó?
A: Se lo robé, pero, se enojó y se fue.
-Qué pena
A: Pero adivine, que llego y ella estaba aquí y se notaba enojada aún, así que le invité un par de tragos y ahora si voy a intentarlo profe, deséeme suerte, ah, por cierto, páseme su número para pagarle el examen.
Anoté el número y lo vi marcharse al piso de arriba, por lo que pasados 10 minutos subí lo más discreto posible, para evitar ser visto por mi novia o aquel ex alumno.
Al llegar pude verlos al fondo, sentados de manera inocente, ella recargada en el brazo de un sillón y él frente a ella hablándole cerca del oído.
Decidí meter mano y acelerar las cosas, bajé a la barra y dejé un pedido “dos fierros” para Antonio y María, piso superior, al fondo, pedí que lo pusieran como cortesía de la casa. Los Fierros son bebidas fuertes, vodka mezclado con jäger y jugos diferentes.
Luego mandé un mensaje a María “estot mtyu malj, bebiu en macasa”
Sabía que ese sinsentido la haría creer que estaba ebrio de nuevo, molestándola y tal vez, provocando que hiciera una estupidez, subí de nuevo y las cosas fueron como fichas de dominó.
Subí y vi al mesero entregar las bebidas, mientras mi novia tenía el celular en la mano, seguramente leyendo mi mensaje, volteó con el mesero, dijo algo y bebió su trago.
A los 10 minutos el mesero volvió con dos tragos más, ambos bebieron y pidieron otra ronda.
Se levantaron a bailar, ella estaba ebria, lo notaba, él un poco menos, su cara lo decía todo, iba a aprovecharse de ella, y ella molesta y ebria como estaba, al parecer era capaz de todo, tenía que seguirlos cuando se fueran.
Los observe bailar, a él agarrar sus nalgas, sus piernas, y a ella quitarle la mano solo cuando los apretones eran demasiado evidentes. A las 12 bajaron y los seguí, fueron a su auto, mientras arrancaba el mio, los fui siguiendo rogando que no entraran a un motel o estaría perdido
Pero la suerte estaba de mi lado, aparcaron cerca de una escuela, tapados por matorrales y la oscuridad de la madrugada, bajé de mi auto y caminé despacio para no hacer ruido, ya entre los matorrales tenía una vista del asiento trasero, donde mi novia con la cabeza hacia atrás, las piernas abiertas y un pervertido observándola como un gato que ha atrapado a un ratón y está a nada de saborearlo.
Sin saber que agarrar primero, Antonio optó por desnudar las tetas de mi novia, tocarlas, apretarlas un poco y más decidido comenzó a pasar su lengua sobre ellas, las juntaba con ambas manos, mi novia trataba de levantar la cabeza y mover sus brazos, pero él seguía amasando sus tetas y dejándolas llenas de saliva.
Se notaba que mi novia ponía resistencia, pero su fuerza era nula, me excitó verla indefensa, a merced de un ebrio… cuando ella intentó empujarlo y él la tomó de ambas manos, girándola y dejando su espalda y nalgas aún cubiertos por el vestido a su merced mi verga soltó la primer carga de líquido seminal, rápidamente él bajó sus pantalones y quedó desnudo de la cintura para abajo, escuchaba “no, por favor, no” ahogados por el asiento del coche, cuando decidí actuar.
Salí de mi escondite y camine por atrás del auto, en ese momento pude ver a mi ex alumno, metiendo su verga entre las nalgas de mi novia, sujetándolas con ambas manos, y empezando a bombear, mientras ella se sujetaba del asiento, apretando las manos… retrocedí, mi verga pedía desahogo, regresé al escondite y saque mi verga.
Comencé a jalarla mientras mi novia recibía verga como perra, borracha, en el asiento de atrás de un coche, cuando Antonio paró y tumbó a mi novia boca arriba, volvió a ensartarla y al asomarme pude ver su cara con el rímel corrido, era obvio que lloró en algún momento de la sesión, sin embargo ahora mordía su labio inferior, agarraba las nalgas de su violador y las apretaba separándolas y haciendo que se enterrara más, sus piernas estaban completamente abiertas y su tanga pendía solo de un tobillo, lo estaba disfrutando y aquello me terminó por hacer mi verga explotar, arrojé semen sobre todo el piso, yo había terminado, pero ellos no.
Mi novia seguía siendo penetrada mientras yo sacaba mi celular y grababa como ella apretaba las nalgas de aquel infeliz y apretaba las piernas, así pasaron un par de minutos, cuando ella comenzó a gemir duro, se ahogaba, estaba viniéndose, pasado su orgasmo, se decidió a humillarla por última vez en la noche y se puso en cuclillas sobre ella, mi teléfono grababa lo que parecía un intento de terminarle en la cara, pecho o boca a mi novia, pero él fue más allá y prácticamente se sentó en la cara de María, sus nalgas taparon parte del mentón y la lengua de mi novia comenzó a entrar en su ano, a lamerlo completo, a chuparlo y besarlo como si fuera mi boca, se escuchó un gruñido de liberación y mi novia recibió tres buenos chorros de esperma en la cara.
Pasaron 20, 30 minutos, o tres horas, solo recuerdo haber llegado al amanecer a mi casa.
Continuará…