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Sexo en el trabajo

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Nunca pensé que sería maravilloso estar en la cama con ella, en ese entonces yo tenía 21 años y ella 32, una mujer con dos hijos divorciada y creo que sin escrúpulos.

Con cada penetrada, chupada y venida que teníamos, me envolvía mas en ella, tanto que hasta una ocasión no pude contenerme y en la parte de atrás de las máquinas de la empresa me la cogí deliciosamente.

Eran las 11 de la mañana aproximadamente, era un día donde todo estaba tranquilo, yo no tenía mucho que hacer, y los compañeros maquinistas estaban en la otra nave haciendo inventario, en eso ella entro a mi área, un minivestido verde enseñando sus ricas piernas y su cara de seducción, se acercó a mi, comenzó a masajearme mis hombros mientras me repegaba las piernas, sus caricias me excitaban mucho y mi pantalón comenzó a volverse una carpa de circo.

-Ay Luisito me encanta tocar tu espalda

-Amo tus ricas piernas, puedo tocarlas?

-Adelante, para eso son jejeje

Mientras mis manos acariciaban sus muslos, ella sonreía cachondamente, de pronto me comenzó a besar, cualquiera podría entrar y vernos, pero eso a ella no le importaba.

Se separó de mi, me miro y se fue caminando lentamente hacia la parte de máquinas, yo me levanté inmediatamente detrás de ella, la alcance y la abrace por atrás, repegandole mi verga bien firme.

Sin decirle nada comencé a besarle el cuello, y mis manos comenzaron a acariciar por debajo de su vestido, ella se repegaba mas a mi, que adrenalina nos podrían cachar y mientras yo acariciaba su húmeda vagina.

Nos fuimos detrás de una maquina procesadora de negativo, junto a unos lockers y ahí sin decir nada me baje el pantalón, ella me ayudo bajándolo y de paso mi bóxer, comenzó a acariciar mi verga mientras me besaba el cuello, yo le bajaba lentamente las bragas, ella se hinco y comenzó a hacerme sexo oral, uff! era maravilloso, su lengua recorría todo mi tronco hasta la cabecita, succionaba los fluidos que salían de mi y mordía suavemente todo mi trozo de carne.

-Ufff así amitaa así

-Goza papii uhmmm que sabroso sabes

La levante, subí su vestido hasta su cintura, le levante la pierna derecha y comencé a penetrarla, estábamos sin condón y en el trabajo, siento que eso generaba más excitación en mi y por ende mi verga estaba durísima.

-Aghhh Luis así bebe así corazooon uhmmm

Mientras ella gemía yo mordía sus pezones oscuros pero duritos, mi lengua recorría su cuello y sus pechos, mientras ambos nos movíamos fantásticamente.

La recargué sobre la pared y la cargue, sus piernas estaban en mis brazos y ella agarrándose de mi cuello y apoyada de la pared recibía mi verga aún más dura, yo la levantaba un poco dejándola caer sobre mis 20 cm lo cual era muy placentero.

-Ufff Eve que rico

-Ayy mi amor cogemeee asi que ricoo

Me había olvidado que estaba en el trabajo, los teléfonos de la oficina sonaban, murmullos se escuchaban y yo seguía sometiéndola a mi.

Ella se reclino sobre una mesita que estaba ahí, dejándome sus nalgas bien paradas, yo preparaba la embestida, mis manos apretaban sus nalguitas y mi pene comenzó a entras en ella como gusano en manzana.

-Ahhhh asiii ufff

-Te gusta nena es tuyaaa

-Si damela damelaaa

La ensarte casi toda, ella se mordía los labios para no gritar, la tome de la cadera y comencé a embestirla con fuerza, mis bolas chocaban en ella y el sonido era tan excitante que sabía que se oía en toda la sala de máquinas, comencé a nalguearla y a jalarle el cabello, ella se movía también con su mano me apretaba para que no se la sacara.

-Ufff así nena muevetee mueveteee

-Aghhh Luiss llenamee de ti

-La quieres bebe, quieres mi leche

-Siiii damelaaa llename de lecheee

Mis embestidas fueron más violentas, ella también se movía deliciosamente, nuestros movimientos juntos nos elevaban al máximo, afuera se escuchaban que preguntaban por mi, mi corazón se aceleró y subí aún más la intensidad, de pronto sin mas ni mas ambos comenzamos avenirnos juntos.

-Ahhhh bebeee aghhh

-Ufff nenaaa tomaaa mi lecheee

-Siiii aghh

Me vine dentro de ella, nuestro orgasmo fue largo tanto que me quede sordo unos minutos, al reaccionar escuche que abrieron la puerta y caminaron, no hicimos ruido solo nos movíamos como gusanos por la sensación orgásmica.

Por fortuna nadie nos vio, nos vestimos rápidamente, primero salió ella, no escuche nada después lo hice yo y por suerte no había aun nadie.

Ella me miro desde la parte de afuera, me mandó un beso y me sonrió, yo me recosté un poco en mi silla, pensando en cuantas veces mas cogería con ella.

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