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Mi tía Marcela y yo tenemos una relación muy íntima

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Mi tía Marce es una mujer de 37 años, con un rostro hermoso, unas tetas 32D y lo mejor de todo un culo enorme y perfectamente moldeado, esto hace que todo lo que se ponga le quede perfecto.

Hace años mi tía Marcela y yo tenemos una relación muy íntima, desde el bautizo de mi hermana donde tuvimos sexo por primera vez, luego de eso cada vez que tenemos oportunidad tenemos sexo donde sea, además actualmente vivo en su casa por lo que nuestros encuentros son bastante frecuentes. Pero luego les contare como inicio todo, por ahora les contare lo que paso el día de hoy.

Hoy estaba ayudando al esposo de Marcela a arreglar el frente de la casa, después de un rato de trabajar ya me sentía cansado así que decidí entrarme y tomar un baño, apenas entre Marcela estaba en la sala sentada junto a las niñas hablando con una amiga, tenía puesto un pantalón súper ajustado que resaltaba ese enorme trasero que tiene, además tenía puesto el brasier amarillo que tanto me encanta porque realza sus enormes tetas, al pasar por la sala le dije que me iba a entra a bañar, ella asintió con la cabeza mientras continuaba hablando por teléfono.

Entre a la ducha y no podía quitarme de la cabeza lo deliciosa que se veía Marcela en la sala, así que empecé a masturbarme pensando en ella, pero estaba tan caliente que una simple paja no me calmaría, así que cerré la ducha y me asome en la puerta, justo lo suficiente para que Marcela me viera, cundo me vio le hice una seña para que viniera, pero ella se negó señalando que afuera estaba su esposo y las niñas estaban junto a ella, pero yo continuaba llamándola, así que le grite que si podía alcanzarme la toalla que se me había quedado.

Ella aun no muy convencida tomo una toalla y me la paso, pero yo la tome de la mano y la entre al baño de un jalón, mientras cerraba la puerta. Marcela continuaba hablando por teléfono así que solo me hacía caras y señas, pero yo empecé a besarla por el cuello mientras bajaba mi mano para soltarle el pantalón, ella solo aguantaba la respiración, mientras gemía suavemente en un intento de continuar con la llamada que estaba atendiendo.

Yo estaba completamente desnudo así que la puse contra el lavamanos, le bajé el pantalón. Debajo tenía un body color piel que resaltaba su cintura, eso me calentó aún más. Ese body tiene una cremallera justo en la parte baja, justo para poder penetrarla sin necesidad de quitárselo, así que eso hice, se lo metí de un solo empujo. Claro que Marce seguía hablado por teléfono así que tuvo que excusarse con su amiga por el grito, argumentado que se había golpeado con algo en la cocina, así que le dijo que tenía que colgar.

Cuando colgó le quite la camisa y el brasier para que sus tetas pudieran rebotar con cada una de mis envestidas, además la tome del cabello y puse su cara justo frente al espejo para que viera la cara de excitación y placer que tenía mientras su sobrino la follaba.

Luego de unos minutos me tire sobre el tapete del piso y la invite a que se subiera encima de mí a lo cual accedió fácilmente, recogiéndose el cabello con las manos y saltando sobre mi miembro. Era muy excitante verla con sus dos manos sosteniendo su cabello, sus tetas rebotando, mi pene entrando y saliendo de ella, su cara de placer mientras ahogaba sus gemidos, mientras su esposo y sus hijas se encontraban en el jardín y la sala respectivamente.

Para finalizar Marce se puso en cuatro sobre el tapete y empecé a apretarle esas nalgas, ya que no podía darle las palmadas que quería, pues harían demasiado ruido, ella se vino rápidamente en esa posición ya que es la que más le excita, en especial cuando le jalo del cabello, poco después, empecé a aumentar la velocidad de mis envestidas hasta que me vine dentro de ella.

M: Eres un descarado como me vas a follar mientras mis hijas y mi esposo están en la casa… (Me beso)

J: Es tu culpa por estar tan buena, además yo no te obligue a nada (apreté suave pero firmemente sus nalgas)

M: Me voy a seguir viendo la peli con las niñas (dijo mientras se vestía) tu termina de bañarte que ya casi vamos a cenar (y me beso justo antes de salir del baño)

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