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Tiempo de lectura: 7 minutos

Estuve esperando ver su reacción al despertar, no sabía qué hacer, intenté menearme un poco para ver si comenzaba a menearse ella también, pero no sucedía nada, también pensé en tomar acción y despertarla con unos cuándo besos y toqueteo de su culo, pero era muy arriesgado pues ya me había dejado claro que me permitiría un par de cosas pero no sabía cuál era el límite, tal vez esa había sido mi única oportunidad, trate de dormir otra vez para tranquilizarme y esperar a que ella despertara y tomara acción. Casi pasó una hora cuando noté movimiento, y esto me decepcionó un poco pues sentí como se levantaba, después oí pasos, se abrió la puerta y caminó por el pasillo, ninguna palabra, a lo mejor no quería despertarme, después de unos segundos escuché como la regadera se abría, se está bañando, ¿Debería ir con ella? Me decidí pues ya habíamos pasado lo más difícil y estaba preparado para recibir cualquier respuesta, así como estaba me levanté y fui hasta el baño.

-Buenos días mamá, ¿Se puede? -Dije desde la entrada del baño.

-Buenos días hijo, espera tu turno ya casi salgo.

-Claro espero.

Lo sabía, esa fue la única vez que me dejaría hacerlo, pero me había dicho que le gustaban mis coqueteos así que no perdí el tiempo y fui directo a su cajón de ropa interior, lo abrí tome una tanga azul que tenía me senté sobre su cama y comencé a masturbarme con ella, pues con los recuerdos de la noche anterior y la vista de su cuerpo en la ducha, mi verga respondió de inmediato, quería que me viera por lo que iba lento en mis movimientos y tan solo tenía que esperar a que saliera, cuando terminó, fue directo al cuarto me vio sonrió y se comenzó a vestir.

-Ya te puedes bañar hijo, está bien que es sábado pero una ducha no te caería mal

-Sí tienes razón ma, ahorita me apuro

Por más que intentaba ser evidente al parecer ya no tendría más oportunidades, así que me fui al baño después me vestí, el olor a comida me quito los pensamientos de la cabeza, así que entré a la cocina, el desayuno ya estaba servido y nos pusimos a comer

-¿Qué vas a hacer hoy mamá?

-Hmmm pensaba en arreglar un poco la casa y después salir a comer, ¿Y tú?

-Hoy es mi día de descanso, pensaba en ayudarte

-Ay que lindo mi hijo, te acepto la ayuda, muchas gracias.

-Es lo menos que puedo hacer por tí después de dejarme hacer…

-Ni lo menciones, te dije que me lo pasé bien

-¿En serio? ¿Entonces?

-No amor, sólo quise hacerlo para que se te quitara la idea

-Pero…

-No nada de peros

-Solo me quedé con más ganas, es como tener una fruta jugosa y no poder comerla.

-Ay que cosas dices jaja, sabía que había ese riesgo, pero mira si de verdad lo necesitas, puedes traer a alguna amiguita aquí el día que quieras.

-Pero es que yo no quiero amiguitas

-Ay amor, es lo mejor, mira, yo, ya no estoy para eso y tú apenas vas iniciando, es normal que solo pienses en lo de ayer pero tienes que intentar nuevas cosas.

-Lo sé pero es más que una fantasía, cuando lo hicimos ayer, fue algo especial, y además fue muy rápido.

-Creo que tienes razón en eso, pero de todas formas no podemos seguir haciéndolo, somos madre e hijo.

-Mamá es que no entiendes mira… yo…

-Te diré que vamos a hacer, puedes "aliviar" tus ganas las veces que quieras y dónde quieras pero lo tienes que hacer tú, puedes usar mi ropa interior, puedes pedirme que me desnude, puedes hacerlo junto a mí sin importar dónde esté, claro mientras no sea en un lugar público ni esté alguien de visita.

-¿Puedo terminar dónde yo quiera?

-Siempre y cuando tú limpies después, ¿Entendido?

-Esta bien mamá, ¿A partir de cuándo?

-Cuando quieras

No perdí tiempo pues la tarea de hace un rato no había terminado, y con las palabras de mi mamá mi verga comenzó a crecer, así que aún sentados en la mesa, saqué mi verga y me comencé a masturbar frenéticamente, la piel bajaba y subía, la cabeza estaba roja por la presión, sentí que explotaría por lo que me acerqué a ella, hizo un gesto donde cerraba los ojos y se intentaba apartar un poco pero yo no estaba apuntando a su hermosa cara, descargué en un lugar más especial, de un momento a otro su taza de café ahora tenía una nata blanca encima, cuando abrió los ojos pues nada pasaba empezó a buscar la escena del crimen hasta que levantó su taza y la acercó para observar mejor.

-Oye, eso es hacer trampa, además sabes que no me gusta el café con leche, hay hijo, pero bueno, una trata de ser comprensiva si eso quieres está bien

Había poco menos de media taza de café y ya estaba algo fría, por lo que mi mamá revolvió un poco, la puso en sus labios y comenzó a sorber, luego la empinó más y con dos o tres tragos dejó la taza vacía.

Me miró con cara acusativa pero después de un rato me estaba sonriendo, con esa mamá un hijo haría cualquier tarea de casa por lo que toda la mañana nos la pasamos muy ocupados, de vez en cuando aprovechaba que se agachaba para recoger algo y le daba una nalgada o un pellizco, ella reaccionaba con un salto y se reía, terminamos antes de lo previsto por lo que teníamos tiempo para decidir que íbamos a comer, por lo que nos sentamos cada uno en un sillón y comenzamos a alegar, después de unos momentos ya habíamos pedido la comida y ahora solo teníamos que esperar, y qué mejor manera que aprovechar ese momento para ver el espectacular cuerpo de mi mamá.

-Mamá, otra vez tengo ganas

-¿Tienes ganas? Pero si estuvimos toda la mañana haciendo tareas

-Lo sé pero es que la edad

-Claro, claro no te preocupes dime ¿Que quieres que haga?, O vas a ir por una de mis tangas

-En realidad quisiera verte un poco

-Sí amor está bien, ¿Que te muestro?

-Toda mamá, quiero verte toda

-Está bien hijo, pero si llega el repartidor tu abres eh

-Sí mami no te preocupes

Así como estaba sentada se quitó la blusa sin mangas que tenía, su brassier era blanco muy discreto, también lo desabrochó y sus senos saltaron a mi vista.

-¿Así hijo?

-Sí mami tan solo muéstrame tus tetas

-No les digas así, que me siento vulgar

-¿Cómo les digo mami?

-Pechos o senos cómo gustes

-Esta bien, muéstrame tus senos mami

Pero este solo era un pretexto pues lo que yo quería era acercarme a ella entonces cuando se levantó para quitarse los shorts aproveché para ir con ella, la abracé desde detrás sintiendo su culo empinado, sus carnes presionaban mi verga, no me la podía coger pero esto era mucho más morboso pues podía aprovecha todo el cuerpo de mi mami cuando yo quisiera, le ayudé a bajar sus pantalones, entonces esas nalgas salieron a mi vista, y mejor aún llevaba la tanga azul con la que me había masturbado en la mañana.

-Mamá, ¿Qué haces con eso?

-Ay hijo pues ya la habías sacado ni modo de no usarla, pero no la quites que así como eres de tramposo aprovechas y me la metes.

-Ay mami pero es que quiero sentir tu trasero

-Si pero no me quites mi tanga

-Bueno tengo una idea, ven acá

La llevé al sillón y me senté primero, ella se sentó en la orilla de modo que mi verga quedaba justamente en medio de esos cachetes, pasé mis manos por sus tetas y comencé a sobar

-Mamá me encantan tus tetas

-¿Otra vez?

-Perdón pero es que con la calentura se me salen las palabras, perdón mami, hmm tus senos son tan perfectos, suaves y con los pezones bien paraditos, además se sienten tan bien hmm

-Ay hijo, ahhh hmm, besame el cuello por favor, me estás calentando mucho

-Sí, lo que mami ordene

Besé su cuello por un tiempo mientras seguía tocando sus pechos, pasaba mi mano por sus pezones y los estiraba un poco pues cada vez que hacía esto gemía, mientras movía mi verga entre esos cachetes calientes, la sensación era maravillosa y ahora sí me iba a correr bien pues era casi como si me la estuviera cogiendo así que aceleré el ritmo y bajé una de mis manos buscando sus piernas, pero en cuanto llegue a su tanga ell cerro las piernas dándome una indirecta, así que tampoco podía hundir mis dedos, no importa, la mano libre buscó su cadera y la hice que se pegará más contra mí, giré su cabeza y besé a mi madre, un beso largo, con lengua, sentía su aliento y su respiración y eso fue suficiente para hacerme acabar, la pegué más a mi cuerpo y después de unos espasmos mi semen comenzó a brotar, salían grandes chorros que se iban directamente a la espalda de mi mamá y luego se escurrían hasta llegar a sus cachetes, la tanga se mojaba a su paso y quedamos tendidos en el sillón, yo aún seguía abrazándola y besándola, pero ese momento no podía ser eterno, tenía que limpiar a mi mami pues le había hecho una promesa, así que ambos nos separamos, fui al baño por una toalla llegué, le quité la tanga pues escurría semen, comencé a limpiar las nalgas de mami y aproveché que su tanga ya no la iba a usar para limpiar mi pene que aún escurría unas gotas de leche.

-Mami, eres maravillosa, te amo

-Yo también te amo hijo, aunque seamos madre e hijo debo admitir que todo esto me está gustando

-¿Si mami? ¿Lo hago bien?

-Sí amor, lo haces con mucha pasión

Nos volvimos a besar profundamente y esto sólo se cortó pues el timbre sonó, la comida había llegado, le pedí a mi mamá que se quedara así desnuda, y ella me complació, y se recostó en el sillón con las piernas una encima de otra, yo me vestí y fui por la comida, ambos comimos esa tarde viendo una película, ese día no pasó nada más pues no quería abusar de la paciencia de mi mamá además si le había gustado todavía tenía la oportunidad de convencerla y ganarmela por lo que decidí ir con cuidado, eso no significa que no aprovechara cualquier oportunidad para descargar mi semen, eso sí no podía dormir con ella así que las noches quedaron descartadas, pero no importa pues en cuanto amanecía iba a ver cómo salía de bañarse y se vestía, ese era mi espectáculo favorito, pues siempre tomaba una de sus tangas y me la pasaba por la verga un rato, y esa misma era la que se ponía ese día, salía así a la calle, iba con una tanga que hasta hace poco había estado en el pene de su hijo.

Como dije los días pasaron y ya casi era una rutina el descargar en ella cada vez que quisiera, la tomaba por atrás cada vez que lavaba los trastes, a veces tan solo me masturbaba mientras veíamos la tele y cuando menos lo esperaba le caía mi semen espeso y caliente en su cara, a veces lo recogía con la lengua, otras me pedía que la limpiara, la rutina no hizo menos morbosa nuestra situación pues me permitía experimentar con cada situación que se presentará, como abrir la puerta del baño y tan solo contemplarla en ese momento íntimo mientras se formaba una erección, o pedirle que me viera tomar una ducha tan solo se paraba en el marco de la puerta mientras me bañaba y masturbaba, ya casi no andábamos con ropa en la casa, tan solo unas batas ligeras, o alguna prenda interior, ella empezó a comprar vestidos y faldas pues facilitaban el mostrarme su culo, esto lo agradecí mucho pues aprovechaba para levantar un poco y ver debajo, a veces le tomaba fotos, otras tan sólo metía mi cabeza adentro, su olor era increíble, como sea ella también disfrutaba pues comenzó a pedirme que eyaculara en su café por las mañanas, sabía que le había gustado la primera vez que lo hice, también ella me provocaba a veces, mostrándome su culo o dejando escapar una teta de vez en cuando, sabía que era cuestión de tiempo, la confianza entre nosotros aumentaba y todo se decidiría el día de las madres pues ya no quedaba mucho para esa fecha.

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