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Adrenalina total. El metro venía lleno

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En esos días salía con una ejecutiva de seguros. Trabajábamos juntos y resulta que fuimos compañeros en la prepa. Nunca pensé encontrarla de nuevo. Solo convivimos un par de semestres, y eso de convivir es relativo porque ella me gustaba pero nunca se lo dije. Solo la saludaba de vez en cuando y me deleitaba viéndola. Tenia unas tetas tan deliciosas que ya desde esas edades se veían impresionantes.

Cual fue mi sorpresa, un dia entrando al comedor de la empresa verla sentada al final. Pense que no podía ser posible. Me acerqué a ella y la saludé. Estaba algo cortante pero cuando le pregunté si se llamaba marcela, ella volteó a verme y asintió. Me preguntó si nos conocimos y le dije que por supuesto. Tenia 10 años de no verla.

Supe que ya habia tenido 3 hijos y dos matrimonios frustrados y que estaba soltera. No tardamos en empezar a salir y a tener sexo. No puedo mentirles, es de las mujeres mas calientes que he conocido. Haciamos de todo pero un dia de camino a su casa (siempre nos ibamos juntos) me dijo que se sentia muy caliente pero no traíamos tiempo. Ella tenia que llegar rapido. Asi que aprovechamos el trayecto para ir jugando. El metro venia hasta la madre de gente asi que yo la abracé y la pegue a mi. El roce de sus nalgas de inmediato me generó una ereccion y ella bajo la mano y comenzó a tocarme y a ponerme lo mas duro. Yo rosaba sus tetas discretamente. Ya sentía humedo mi pantalon de todo el liquido seminal que me escurria. Ella subía su mano y la olia, discretamente metia sus dedos a su boca. Era tan excitante. Tuvimos suerte y ella quedo sentada en el ultimo asiento individual asi que con mi abrigo podia tapar un lado de mi cuerpo y el otro lado quedaba en la pared del vagon. Asi que ella se recargó en mi abdomen como si se fuera a dormir pero en verdad se acomodo de tal manera que nadie pudiera ver que estaba bajando mi cierre y sacó mi verga durisima y la empezó a lamer con la lengua mientras masturbaba con movimientos sencillos pero ritmicos.

Yo solo dejaba la mirada al infinito para no hacer ruidos ni movimientos que nos pudieran delatar.

Cuando me vine en su boca traté de que no se me doblaran las piernas. Discretamente ella se aparto y me dejó ver mi semen en su boca y derramó un poco sobre sus tetas.

Eso nos puso tan calientes que terminamos buscando un lugar para coger de rapido.

Hasta aqui esta pequeña anecdota del transporte.

Les dejo mi mail para cualquier idea que podamos compartir [email protected].

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