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Amigas

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Maira, es mi amiga. Nos conocimos en el canal de televisión mientras hacíamos periodismo, un año antes de casarme con Ariana. Siempre me pareció una mujer atractiva y sensual. Sin embargo, lo que resalta es su personalidad jovial, alegre y carismática.

En este relato les contaré como Maira y Ariana dejaron de ser simple conocidas y se convirtieron en "amigas".

Un día cómo cualquier otro, sin dobles intenciones decidimos invitar a Maira a casa. Ariana nunca se sintió incomoda con nuestra amistad, pues desde que conocí a Maira y nos hicimos amigos siempre fuimos bien efusivos.

Volviendo al lío, Maira viajó hasta el país donde vivimos y nos sentíamos encantados de poder recibirla, pues es cómo de la familia.

La puerta entre abierta dejaba salir un fino halo de luz proveniente de su celular. Maira se estaba masturbando mientras veía algún tipo de video pornográfico. Ariana se había levantado y se percató de lo que sucedía. Entró a nuestro cuarto y sacó de la mesa de noche un vibrador y un poco de lubrificante y fue hasta donde estaba Maira.

Lentamente abrió la puerta al tiempo que Maira apagaba la luz se su teléfono. - Maira, estás despierta? Preguntó. Estoy intentando dormir, pero no lo estoy consiguiendo. Respondió ella.

Imagino que deber ser producto del viaje, dijo. Creo que deberías relajarte un poco, toma. Comentó Ariana al tiempo que le entregaba el dildo. Maira se sonrojó! Pero, pero, dijo tartamudeando... Ariana colocó su dedo en sus labios para callarla y salió de la habitación.

De vuelta a nuestra recamara dijo: Me parece que nuestra amiga esta algo tensa sin dar mayores detalles.

El día siguiente durante el desayuno había un clima de complejidad. Ambas se miraban de forma extraña. Había algo de lo cual no estaba enterado.

Razón por la que tuve que preguntar qué estaba sucediendo. La respuesta fue casi al unísono ¡Hombres!, dijeron las dos. No lo entenderías, dijo Maira. Cosas de chicas, soltó Ariana entre risas.

Un poco más tarde le pregunté a mi mujer que había pasado hasta que me reveló su secreto al escucharlo sentí como un fuego recorría mi entrepierna y no puede evitar ponerme duro. Ariana también lo percibió, dándome una jaloneada por encima del pantalón mientras decía relaja campeón.

Durante la noche no podía dejar de pensar en Maira. ¿Estaría masturbándose como la noche anterior? ¿Sería posible oír algún gemido? No lo sabría sino me levantaba y salía de la habitación para averiguarlo.

Maira siempre me decía que era bien sinvergüenza y no fue hasta esa noche que descubrí la verdad.

Me acerqué para intentar ver o escuchar algo. ¡Y eureka! ¡Ahí estaba de nuevo, tocándose! La puerta nuevamente entreabierta era una invitación al placer, a lo prohibido. Yacía recostada contra el espaldar de la cama. Por debajo de la sabana se notaban sus piernas abiertas. Con una mano se tocaba y con la otra se apretaba los senos.

Cabello corto negro, tés morena, buena figura y aquellos senos perfectos me hicieron comenzar a jalármela. Casi de forma imperceptible se arrancaba los gemidos productos de la excitación.

De repente y sin previo aviso Ariana llegó por detrás de mí y comenzó a pajearme. Con voz sensual pregunto: ¿Te gusta lo que vez amor? ¿Porque no vas y lo tomas?

Yo estaba sin aliento. Cuando Ariana abrió la puerta de un empujón. Ahí estaba yo, con los calzones por las rodillas, mientras Ariana continuaba me sobando la verga.

Creo que tienes un mirón, dijo al abrir la puerta. ¡La escena era surrealista! Maira paró un momento mientras salía de las sábanas y se acercaba a nosotros.

Ariana lucía un sexy conjunto de encaje negro, la tanga roja de Maira lucia bien húmeda producto de sus deliciosos jugos vaginales.

Ninguna de las dos dijo una sola palabra, casi como si todo estuviese planeado nos fuimos los tres a la cama. Maira se recostó en la cama mientras hacía a un lado la tanga. Su coño estaba jugoso, su clítoris duro producto de la excitación. Mientras me devoraba su perfecto coño, Ariana hacía lo propio con sus tetas. Con cada chupada alcanzaba arrancarle gemidos leves.

Con una mano Maira me aseguraba fuertemente por la cabeza para que no dejara de lamer y con la otra le sobaba las tetas a Ariana. Gemidos de placer inundaron la habitación.

Ariana continuaba apretando los pezones y paso a usar su mano para acariciarle el clítoris. Luego se subió encima dejando sus tetas a la altura del rostro de Maira para que se las comiera. Aquella escena me puso aún más caliente. Le retiré a amabas las tangas y dejé todo listo para comerlas.

Saborear el cuerpo de una mujer es uno de los placeres más grande que tiene la vida. Ese día el placer se multiplicó por dos.

Ambos coños estaban húmedos. Recorrí de arriba a abajo la raja de Ariana, lamiendo su culo, mientras introducía mi dedo índice en el coñito mojado de Maira. Podía escuchar el chapotear de su liquido vaginal. Retiré mi dedo y comencé a chupar de nuevo y con más intensidad.

Ah, ahhh, que rico... No pares coño no pares! ¡Suplicaba! Un nivel tal de excitación embargó Ariana quien la sujeto fuertemente por el cuello y comenzó a besarla de forma salvaje. Tardó poco tiempo para que Maira respondiera con mayor intensidad. Literalmente se estaban comiendo en cuánto disfrutaba esa escena.

Luego de esto me recosté. Maira se colocó en frente de mí, aseguro mi verga con su mano derecha y empezó a chuparla con fuerza. Ariana se colocó encima de mi dejando su vulva en mi cara para que continuará chupándola sentido a Maira sumándose a ella mientras realizaban el fellatio.

Maira recorría mi verga con su lengua mientras me apretaba las bolas. Ariana chupaba mi glande y se retiraba solo para darle paso a su "amiga" para que se engagara la verga hasta el fondo de la garganta.

Continuará...

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