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Ámsterdam

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Recién empezaba diciembre y por primera vez en más de ocho años iba a tener vacaciones en el periodo de navidad. Pensé en que iba a usarlas para visitar familiares y amigos, planear actividades por la isla y otras cosas que hace mucho no tenía el tiempo de hacer. A quien primero llame fue a mi hermana menor, la aventurera de la familia, de seguro ella seria mi compañera de fiestas en estas vacaciones. Le llame y le conté de mis planes con ella, pero me los arruino informándome que se iría unos días en un tour a varias ciudades de Europa. Eso sencillamente no era lo que yo esperaba escuchar, pero le dije que buscaría algún primo o amigo que la sustituyera. Ella muy maliciosamente me recordó que no sería lo mismo sin ella, tengo que admitir que no mentía.

Comencé mi búsqueda de compañero de fiestas sin mucho éxito. Los que podían, tenían planes que no iban acorde a los míos. Varios días después y sabiendo de mi situación, me llama mi hermana con una contrapropuesta; me invito a unirme a su viaje. Me dijo que había preguntado y aun había cupo en el grupo, además mientras más personas se unieran más económico le costaría el viaje a ella. Lo pensé un rato pues cuando viajo me gusta establecer mi propia agenda. Esos tours vienen con agenda limitada incluida y eso no me gusta. Sus argumentos ya se acababan cuando decidí ceder y separar el tour.

Llego el día de salida y me encontré con el grupo en el terminal del aeropuerto. Allí había varias personas que eran conocidas pues eran amistades de mi hermana o su novio. Entre ellos se encontraba el hermano de mi cuñado y su esposa. También estaba Mayte, la mejor amiga de mi hermana, a la que siempre le había echado el ojo y algunos piropitos. Ella estaba con su esposo, el resto del grupo eran tres parejas con las que alguna vez habría compartido. Yo estaba destinado a ser la tercera rueda para todos los del grupo pues era el único que viajaba solo. Además de ese dato, el grupo se veía muy animado, creo que demasiado para mi gusto. Mi hermana, que me conoce bien, rápido me exhorto a que acoplara a la vibra del grupo.

El tour comenzó en Paris con un recorrido en bus por el centro de la ciudad. Esto incluyo la Torre Eiffel, el Louvre, Notre Dame y el Arco del Triunfo entre otros. Una vez terminado el tour en bus no fuimos a conocer la ciudad. Uno de los lugares que visitamos fue el famoso Moulin Rouge, pues el tour incluía boletos para uno de sus espectáculos. Demas esta decir que fue una gran experiencia para todos. Mayte, la mejor amiga de mi hermana estaba algo confundida al salir. Al parecer ella iba con la impresión de que Moulin Rouge estaba en la llamada zona roja parisina y se había preparado mentalmente para ver cosas más fuertes. Por el contrario, vio un excelente espectáculo de cabaré que le recordó la vez que vio las Rockets en Nueva York. Yo le explique que la zona roja era otro tipo de ambiente pero que no se recomendaba que la visitáramos pues es una de las zonas más inseguras de Paris. Ella que según nos contó ya se había preparado mentalmente, se quedó algo desilusionada con mi contestación. Su esposo, un tipo buenazo le explico que habíamos venido a otras cosas y que ese tipo de actividad no era parte del viaje. Yo le abuchee en tono de broma pues soy de explorar y quería salir de la agenda que nos dieron. Lamentablemente los siguientes días del viaje en Paris y luego Bélgica fueron con una agenda estricta, que no daba oportunidad a la libre exploración. Nos dijeron que una vez llegáramos a Ámsterdam, tendríamos libertad explorar por nuestra cuenta la ciudad y de hacer cosas por separado.

Una vez llegamos a Ámsterdam la gente comenzó a planear sus actividades por separado. Mi hermana, su novio y yo nos fuimos por nuestro lado, pero antes les informe a todos que en Ámsterdam la zona roja, el área determinada para la actividad adulta de la ciudad, era muy vigilada por la policía, lo cual la hacía muy segura y que ese día yo pensaba ir. Mire a Mayte de reojo pues sabía que a ella le agradaría la idea, pero siguió con su esposo a hacer otras cosas que tenían en mente. Pase el día como tercera rueda de mi hermana y cunado. Fuimos a la cervecería famosa, varios museos y canales. Organice el viaje de tal manera que llegáramos a zona roja. Allí les recordé que no se puede usar la cámara ya que esto conlleva un delito y hasta una multa.

Paseamos por las calles, sorprendidos de la vista en los escaparates. Al doblar en una esquina nos topamos con Mayte y su esposo. Ella había insistido en visitar la zona roja también. Por la cara del podía ver que fue casi arrastrado hasta allí. También con ellos estaban dos de las parejas que viajaban con nosotros. Entramos a varios bares a tomar algunos tragos a ver si esto le quitaba la cara de pasmados a todos los del grupo. También era una excusa para ir a un lugar más cálido ya que el caminar en invierto por Ámsterdam ya me tenía entumecidos los huesos.

En el último bar que visitamos, le pregunte a la mesera si sabía de un buen lugar donde se exhibiera espectáculos de sexo. Hace unos años una exnovia me conto que fue a uno allí y que a mí me gustaría, dado a mi fetichismo por el voyeur. Desde siempre quise ver uno en vivo, ya los había visto en canales porno pero definitivamente no sería lo mismo. Mi hermana, que ya tenía algunos tragos me dijo que ella y su novio irían. Yo les dije que no tenía problema siempre y cuando nos separáramos al llegar. No me sentiría cómodo con ella cerca. Ella rápido me dijo que pensaba igual y que buscaría la esquina contraria a donde yo estuviera.

Llegamos a Casa Rosso, el lugar que nos recomendaron y al entrar la atmosfera era oscura, algo fría. Había una tarima que me hizo recordar a algún café teatro de mis años universitarios. Las mesas estaban todas ocupadas así que nos dijeron que podríamos permanecer de pie siempre y cuando no bloqueara la vista de nadie. Ahí mi hermana se fue a una esquina y yo me fui al lado contrario del local. Como soy alto me fui a la pared trasera del recinto, donde de paso no había nadie más cerca. Luego de varios anuncios y advertencias, el espectáculo comenzó.

Lo que comencé a ver era como un típico espectáculo de strip tease. Una mujer con gran cuerpo bailando en la tarima muy sensualmente. Por un momento pensé que había viajado a Europa a ver una stripper bailar. Me iba a disfrutar el espectáculo como quiera, pero no era lo que tenía en mente. De repente sentí que alguien me toco el brazo. Era Mayte que había llegado hasta el lugar donde estábamos. Me dijo que su esposo y los demás se habían ido a un café a probar todos los tipos de marihuana que no se conseguían en la isla hasta que su cuerpo aguantara. Ella no tenía eso en planes así que llamo a mi hermana para unirse a ella. Una vez llego a donde mi hermana esta la despacho tal y como hizo conmigo. Le dije que yo preferiría estar solo pues no querría reprimirme de nada y que con ella cerca no se podría hacerlo. La muy inocente me dice que no era la primera vez que yo veía una stripper y que tampoco era la de ella. Dado a cómo iba el espectáculo le dije que tenía razón.

Aunque ella estaba casada con alguien que conocía, me sentía en confianza de hablarle ciertas cosas, tales como si se imaginaba que estaría en un espectáculo donde había una mujer sin ropa en Ámsterdam conmigo al lado. Ella me dijo que no era su plan, pero a veces tenía ganas de hacer cosas que a su esposo no le llamaban la atención. El sabiendo que ella quería experimentar el estar en un lugar así, prefirió experimentar otra cosa. Eso ultimo lo tome como un desahogo. Mientras hablábamos note que había subido un hombre a la tarima y estaba sentado en una silla.

La chica estaba bailándole sensualmente mientras terminaba de desvestirse. El chico aparentaba ser alguien del público por lo que en ese momento agradecí no ser yo a quien llevaran a la tarima. La chica se desnudó por completo mientras comenzaba a quitarle la camisa al joven. El joven comenzó a acariciar a la bailarina, lo que me dio el primer indicio de que esto no sería un baile normal. El baile continuo hasta que la chica termino de desnudar al chico quien ya besaba sus senos. El tamaño del miembro del muchacho me hizo concluir que no era un mero comensal sino alguien que era parte del espectáculo. Ese tipo de tamaño de miembro no se consigue con alguien al azar. Mientras esto pasaba me puse a mirar a Mayte. Ella estaba tan atenta a lo que pasaba que ni noto que yo la observaba.

Mayte casi no pestañeaba y su respiración se comenzaba a acelerar. Con toda la malicia del mundo y para bajar algo la tensión de ella le pregunte al oído que si alguna vez había visto un pene de semejante tamaño. Ella solo me miro, se ruborizo y movió su cabeza lentamente a los lados indicando que nunca había visto algo similar. Luego de esto estallo en risas. Le dije que yo solo lo había visto en videos porno que era donde el chico debía pertenecer. Para este entonces la chica trataba de meterse la cabeza de aquel enorme pene en la boca para hacerle sexo oral. No sé cómo pudo hacerlo, pero logro empezar a darle placer a aquel joven que en ese momento acariciaba su pelo y sus pechos. El en un movimiento súbito cambio la posición y esta vez era el quien le comenzaba a hacer sexo oral a ella.

En un instante se escuchó al anunciador decir que recordaran que se prohibía a personas tener sexo en el recinto. Que si alguien quería hacerlo tenía que subir a la tarima para el disfrute de todos. Mayte y yo nos dimos una mirada pasmada, pero la cortamos rápido con una carcajada. Del publico subió una pareja de algunos treinta y algo cada uno y con cuerpos no perfectos como la pareja que estaba ya en la tarima. Ya ellos venían calientes y se acomodaron en un sofá al otro lado de la tarima. Ella rápido comenzó a hacerle sexo oral al caballero. Ya para esto yo no podía disimular lo que sabia pasaría y por lo cual me había alejado de mi hermana. Mi erección era evidente, jamás tendré el tamaño del joven actor, pero si lo suficiente para que se notara.

En ese instante era yo quien no quería ni pestañar para no perder ningún detalle de todo lo que pasaba en tarima. En la primera escena estaba la bailarina apoyada de la silla en posición de perrito mientras el joven ya la embestía con su gigante miembro. Los gemidos de aquella mujer se confundían con los de la otra mujer en tarima quien ahora estaba sentada sobre la cara de su pareja. Pude notar que algún otro gemido se escapaba del área del público, pero pare de buscar su origen cuando recordé que por allí andaba mi hermana.

Cuando volví a centrarme en mi área miré a Mayte y vi como su respiración era más acelerada aún. En su cara se notaba malicia y se mordía los labios disimuladamente. La observé más detenidamente sin disimulo y pude notar que se rosaba disimuladamente su entrepierna mientras tenía la otra mano rosándose un seno. Al parecer sintió mi mirada pues se giró y me miró fijamente a los ojos. De su boca solo salió una picara sonrisa. Estaba muy sonrojada pero no dejaba de rosarse. Yo me le pegue al oído y le dije que disfrutara el momento sin remordimientos. Ella me miro y me dijo que yo también lo disfrutara dirigiendo si mirada a mi erección. Volvimos a reírnos y a mirar a la tarima. Por alguna razón la carita de disfrute de Mayte me estaba creando más excitación que aquellas dos escenas porno.

A la tarima se unió una tercera pareja, pero desde donde estaba se me hacía difícil de apreciar lo que hacían. Me enfoqué en la primera pareja que ya estaba en el piso de la tarima en posición de la vaquerita. No recuerdo quien fue el que se movió, pero ya Mayte estaba justo frente a mí. Sus nalgas rozaban mi pantalón. Mi excitación hizo que me atreviera a poner mis manos en sus hombros. Por el movimiento de sus manos y como movía las caderas, entendí que había aumentado el ritmo de sus roces. Con mi mano derecha agarré su nuca y comencé a frotarla con mi pulgar. Ella en respuesta puso sus manos en la parte del muslo del pantalón y me apretó hacia ella. Ya debía estar sintiendo mi bulto en su espalda. Yo la agarre por la cintura, no sabía que estaba pasando en tarima, aunque ella si seguía mirando el espectáculo.

Seguimos pegados rosándonos hasta que sentí su mano en mi bulto. Esto me dio el permiso para agarrarle una nalga apretándola contra mí. Ella estaba dispuesta a seguir su agarre pues comenzaba a hacer movimientos, como si me quisiera masturbar a través del pantalón. Yo saque la mano de su cintura y se la metí por dentro de la blusa hasta que agarre su seno. Cuando sintió mi mano recostó su cabeza en mi pecho y se le escapo un suspiro. De entre sus labios murmuro que no debíamos hacer lo que estábamos haciendo. Ninguno dejo de usar sus manos luego de su expresión. Como pude, metí mi mano por dentro del sostén y con dos dedos agarré su pezón. Comencé a jugar con su pezón mientras esto hacía que rozara sus nalgas contra mi cuerpo con más fuerza. Ya había conseguido un buen ritmo en su intento por hacerme venir allí. Yo, que quería sentir más, agarré su mano y la metí por mi pantalón mientras le susurraba al oído “agárralo”. Ella comenzó a estimularlo directamente mientras yo seguía haciendo lo mismo con su pezón.

La acción fue interrumpida por mi teléfono. Era mi hermana que nos llamaba porque ya se quería ir. Cuando recobramos la compostura pudimos notar que las parejas de la tarima habían terminado y que aparentemente el espectáculo estaba en un receso. También pude notar que varias personas cercanas nos estaban mirando y disfrutando nuestro despliegue de lujuria. Nos apartamos y nos miramos algo pasmados una vez recobramos nuestra compostura. Nos encontramos con mi hermana en la salida del lugar. Nadie hablo nada de lo que allí vimos. Fuimos al encuentro de los demás miembros del grupo. Cuando llegamos los encontramos con sentados y evidentemente bajo los efectos de la marihuana. Como era de esperarse, se querían comer todo, así que empezaron a buscar sitios para comer. Mi hermana que aparentemente tenía apuro de llegar al hotel pidió un Uber y yo decidí irme con ellos. Mayte se quedó con el grupo acompañando a su esposo que traía la peor nota.

Al llegar al hotel me fui a mi cuarto y me di un baño caliente. Me recosté en la cama desnudo a repasar en mi mente lo que había pasado. Ya la excitación volvía a mí y comencé a tocarme. De repente escuche que alguien tocaba a la puerta. No me explicaba quién podía tocar la puerta a esa hora. Me puse un pantalón de pijama rápidamente. Cuando abrí la puerta me encontré a Mayte quien me dijo que su esposo llego directo a dormir por como estaba y que teníamos un poco de tiempo para terminar lo que habíamos comenzado pues le dijo a su esposo que iba a hablar con mi hermana. Yo sin pensarlo le halé por el brazo y la metí al baño que estaba justo al lado de la entrada. Agarrándola por las nalgas me la monte encima y la trepe al mueble del baño. Ahí nos besamos por primera vez. Fue un beso agresivo, lleno de lujuria. Le bese el cuello y rápido le quite su blusa y el sostén. Me saboree sus senos con unas ganas que hace tiempo no tenía. Ella me apretaba y me mordía el hombro. Yo hice lo mismo con su cuello y pecho sin pensar en las consecuencias que aquello podría tener. Mayte bajo mi pijama y con su mano agarro mi pene. Comenzó a masturbarme esta vez con acceso directo a él. La baje del mueble para que irnos a la cama, pero ella se arrodillo y metió mi pene en su boca. Miré mi reflejo en aquel espejo de baño viendo como estaba Mayte dándome una mamada y no podía creer lo que estaba pasando. La interrumpí pues si seguía de seguro me haría venir allí mismo y quería disfrutarme lo que aquel loco viaje me había regalado.

Fuimos a la cama y le termine de quitar la ropa de camino. Ella se acostó boca arriba no sin antes darme varias mamadas adicionales. Yo comencé a lamer sus senos nuevamente, pero esta vez junto a mis dedos frotando su clítoris. No paso mucho tiempo hasta que llegara a su primer orgasmo. Sin dejarle recomponerse comencé nuevamente a jugar con su vulva, pero esta vez introduciendo mis dedos. Una vez conseguí la cadencia ideal con mis dedos, comencé a la misma vez a darle sexo oral frotando mi lengua en forma circular y succionando suavemente su clítoris. Ya para ese momento tuvo que ponerse una almohada en la boca porque sus gemidos retumbaban en el cuarto. Volvió a llegar al orgasmo, esta vez mucho más intenso. Pude sentir el calor de sus jugos en mi boca mientras cerraba sus muslos indicando que parara. Me acomode a su lado a mirarla sonrisa en boca viendo como su carita toda roja cambiaba de semblantes.

Una vez se compuso volvió a agarrar mi miembro erecto y volvió a llevárselo a la boca. Yo que había tenido bastante estimulación esa noche sin aun venirme, sabía que si seguía no duraría mucho. Quería clavarle el miembro así que la agarre por los hombros y la trepe sobre mí. Ella con mirada cómplice se acomodó y sintió en sus adentros mi carne. La agarré por las nalgas y comenzamos el contoneo. Le pedí que lo hiciéramos lento para poder disfrutármela más. Varios minutos pasaron en aquella grandiosa escena cuando aumentamos la intensidad. Le agarré más fuerte y comencé a envestirla con fuerza, ella gimió sin control al compás del sonido del choque de nuestros cuerpos. A esa intensidad no tarde en anunciarle que no aguantaba mas y que me vendría. Ella se desmonto de mi y con su mano me guio hasta la ya inminente venida.

Nos miramos y nos dimos un beso tímido. Ella se levantó de la cama y se vistió. Se fue al baño y se quedó allí hasta refrescarse. También se aseguró de que no quedaran evidencias. Mientras pasaba esto no hubo palabras. Una vez se sintió lista se marchó del cuarto.

Al otro día todo era normal, como si hubiera sido un sueño. Nunca más se habló del tema.

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