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Ana la peluquera (III parte): Estrenando su culito o culote

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Luego de ese domingo donde volví a disfrutar con Ana, quedé con ganas de volverla a tener, un solo encuentro no me bastaba.

Al día siguiente, lunes le escribí un mensaje cursi, donde le deseaba un bello día, un feliz comienzo de semana, pero lo que quería era ver a Ana nuevamente, saber que sentía, como dije le envié el mensaje sin esperanzas de que me respondiera, pero sorpresas me daba la vida, recibí a los cinco minutos un mensaje de texto donde me respondía: "gracias igualmente" pero con carita feliz.

Le pregunto que como se siente, ya que como está se ve a kilómetros de distancia que se ve muy hermosa, respondiendo con un "gracias, si eres exagerado" respondiéndole que es cierto y que no me gusta mentir, sin perder tiempo le marqué atendiendo comenzando una amena plática:

Yo: "Buenos días preciosa"

Ana: "Gracias por lo de preciosa"

Yo: "Es la verdad corazón"

Ana: "Como amaneció sr. Alejandro?"

Yo: "Ah caramba estas con tus amigas de la congregación o estás en tu casa con tu esposo?"

Ana: "Estoy llegando a mi casa y mi esposo no está y si estuviera me daría igual"...

Esto me animó a confesarme diciéndole lo siguiente:

Yo: "Ana sabes que lo que ha pasado entre nosotros, ha sido muy especial...

Cortando Ana mi discurso diciendo:

Ana: "Señor Alejandro, yo entiendo pero sepa Ud. que soy una mujer casada, pertenezco a una iglesia...

Cortando ahora yo diciendo:

Yo: "Si pero ayer cuando estábamos en plena acto no pensaste en tu esposo y esa es la mujer que me gusta...

Ana: "Entiéndame que eso no debió pasar"!

Yo: "Pero paso! y no me arrepiento, me gustas y no voy a interferir en tu matrimonio ni en tu iglesia ni a divulgar lo que hubo entre nosotros exponiéndote al escarnio público"!

Esto pareció tranquilizarla porque escuché su gran suspiro agradeciéndomelo.

Ana: "Gracias señor Alejandro no sabe lo que significa oírle decir eso"!

No la dejé terminar interrumpí para decirle.

Yo: "Ana dime Alejandro tutéame después de lo que paso ayer entre nosotros yo te respeto y admiro mucho pero ese formalismo vamos a dejarlo para el público, tú me gustas y quisiera saber si vas a seguir afeitándome porque no quiero a otra peluquera por favor..."

Ana: "Esta bien señ... Alejandro, disculpa Alejandro, por mi parte puedes contar con mis servicios y lo otro me gustaría hablarlo contigo personalmente...

Yo: "Me parece muy lógico y correcto avísame o dime el lugar y hora"...

Me colgó pero a los minutos recibí un mensaje donde me explicaba que se había caído la llamada y me pedía disculpas, le dije también por mensaje que no había problemas y que esperaba con ansías vernos.

Pasaron los días y le envié un mensaje donde le explicaba que necesitaba afeitarme, cuadramos para vernos pero esta vez no un domingo sino día de semana. Como esa semana tendría el turno de la noche, donde salgo de la empresa a las 6 am y mis hijos estaban de vacaciones le pedí vernos a partir de las 7 am, accediendo Ana pero que no fuera en donde vivía. Cuadré con un amigo taxista, cuyo vehículo tenía aire acondicionado y por ende vidrios oscuros.

Llegado el día, habíamos planeado encontrarnos en un sitio neutro al sector donde vivimos, llegué con mi amigo en el auto y me dirigí con Ana quién iba trajeada con un pantalón negro de vestir, blusa blanca de lino, zapatos cerrados bajos, se subió al auto dirigiéndonos al hotel, nos registramos y Ana estaba algo tensa, le pregunte sí deseaba algo de tomar y me dijo que no, yo pedí un whisky y puse música de mi teléfono para que Ana se relajase, comenzando un masaje por su cuello, el cual estaba duro, le pregunté nuevamente sí no quería un juguito o algo de tomar y me pidió un jugo natural del fresa, al llegar hago el gesto de brindar con mi vaso de whisky y su batido de fresa, siguiendo mi faena de masajista, sintiendo ya más relajada a Ana y su cuello, me dispuse a besarle su cuello en la parte de atrás sintiendo ceder sus piernas, menos mal que estábamos cerca de la cama ya que al sentir el desmayo en sus extremidades inferiores la empujé a la cama cayendo sobre su gran culo sintiendo mi pene erecto, le seguí besando su cuello, orejas, y con mis manos buscando sus pechos, la volteo para desabotonar su blusa blanca, se levanta un poco para hacerme fácil la tarea y procedo a quitarle la ropa y colocarla en los ganchos para no arrugarla y causarle problemas, se quedó sólo con el bikini blanco resaltando sus gruesas piernas, me dirijo a sus pechos a besarlos mientras Anita suspira y gime muy suave, le beso su pecho, cuello hasta llegar a sus finos labios fundiéndonos en un beso apasionado con lengua y demás, Ana me voltea en la cama colocándome boca arriba dirigiéndose a mi pene para bajarme el pantalón con zapatos, bóxer para tragarse mi pene, la tomo por sus tobillos para llevarme su gran cuca a mi boca, que olor a perfume, jabón con hembra recién bañada, succioné, mordí sus cachetes vaginales, metí mi lengua como penetrándola explotando rápidamente en un voraz orgasmo, inundando mi cara con sus abundantes líquidos, los cuales bebí como fruto de mi trofeo, le pasé la lengua por su culito no estrecho pero si apetitoso, queriendo zafarse, tomándola con mis brazos por sus glúteos como un luchador de lucha grecorromana para no dejarla ir, mientras le hacía círculos en su culo con mi lengua veo por el espejo que tiene los ojos blancos producto de otro orgasmo, me concentro y esmero más acariciando su clítoris lográndole dos orgasmos seguidos, con la respiración agitada, la volteo y acomodo para abrirle sus piernas y meterle mi pene en su vagina caliente, diciendo con palabras entrecortadas Ana:

Ana: "Ale, me matas, que rico, papi no aguanto déjame descansar, ah ah ah ah ah..."

No le oí, le tomé sus manitas con las mías, y comencé el mete y saca y hacer círculos con mis caderas, estaba poseído, su cuca hervía, parecía un manantial, Ana como pudo me bordeó con sus piernas a la altura de mi cintura como para evitar que me saliera de su cuca, apretaba muy fuerte mis manos, al rato sentí que no duraría mucho más diciéndole a Ana quien me hizo gestos con su cara que si... Y exploté dentro de ella... Con mi pene semi erecto aún dentro de ella a los pocos segundos una vez desinflado sentí como salió expulsado de su vagina, la cama era u lago de líquido y semen.

Nos besamos tiernamente y nos dirigimos al baño, le enjaboné la espalda y con el jabón en mis dedos le introduje el dedo medio en su culo y comencé a estimularla, mientras le besaba su vagina, le metí el dedo medio, luego el anular, cuando ví que entraban sin dificultad nos secamos y fuimos nuevamente a la cama, le pase la lengua desde la vagina hasta el ano, mientras veía como Ana se erizaba todos los vellitos de su cuerpo, es decir tenía la piel de gallina, Ana se colocó en posición de perrito y yo con mi pene ya tieso lo fui introduciendo en su culo, Ana bufaba:

Ana: "Ale si que rico! así me gusta papito"

No lo podía creer! Ana le gustaba era tirar por el culo, esto me excitó mucho más poniéndome el pene mucho más duro, sin salir de su culo, me medio levanté, puse mis piernas a la altura de su cintura sujetándola por los hombros con una mano mientras con la otra le tomaba por su cabello corto, hacía movimientos circulares para no salirme de su culo, Ana estaba poseída diciendo:

Ana: "Ale si rómpeme el culo así papito, me gusta, ah ah aaahhh, me vengo amor me gustaaa!

Esto lo decía a todo pulmón, o sea gritando, mientras se metía un dedo en la vagina yo le empujaba fuertemente mi pene hasta que mis bolas chocaban con su cuca, era una imagen que disfrutaba viendo en el espejo, sus pechos ir y venir, Ana y yo sudados a pesar de tener el aire acondicionado a toda velocidad, ya no aguantaba más y le dije a Ana que me venía, dándome Ana el mejor regalo:

Ana: "Si Ale dame tu leche, acábame bien adentro papi, si reviéntame ese culo amor, ahhh me vengooo!

Y así llegamos los dos al orgasmo, para Anita sacarse mi pene que botaba las últimas gotas de semen para introducírselo a la boca y darme una buena mamada, aún con algo de inexperiencia pero con ánimo y como queriendo aprender a sacar esa puta reprimida que lleva por dentro, que no había sido saciada, le besé sus tetas, espaldas para irnos a bañar, charlar un rato, donde me confesó que desde que comenzó a tener sexo anal siempre le gustó pero que con el mal carácter de su esposo y su falta de vigor o dureza no la animaba, en cambio conmigo con sólo recibir mis mensajes ya su vagina comienza a lubricar, esto me gustó mucho y me dijo también que le gustó hacerlo en el hotel porque se sintió libre en alguna forma.

Esa tarde al salir del hotel a las 13 h Aproximadamente y dejarla en la parada llegué a mi casa y dormí hasta las 21 h, despertándome aún cansado por tan placentera y agotadora faena.

De aquí en adelante cuando se podía me iba con Ana al hotel, y luego como a los 2-3 meses fue perdiendo el pudor y al llegar y que a afeitarme me daba una buena mamada para luego terminar cogiendo de lo más rico, resultando ser una mujer bien caliente, tanto que cuando me la cogí con su prima política fue apoteósico.

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