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Asecho femenino
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Es una tarde de viernes normal como otra cualquiera, excepto que en las escuelas becadas los fines de semana vienen acompañados de mucha diversión, sexo y música a todo volumen. Jason es un excelente deportista, aunque a diferencia de muchos otros él si sabe divertirse y pasarlo bien a lo grande.

Jason es un joven alto, y con un físico ni increíblemente fuerte pero, se le nota mucho los ejercicios, si quitar que tiene una cara muy atractiva y con un color moreno. Jason a pesar de su gran atractivo no se considera un hombre con suerte cuando se habla de mujeres, pero no desaprovecharía una oportunidad con alguna que otra mujer atractiva. Pensó pasar un fin de semana como todos los demás, un poco de baile y a dormir, pero yo Laura no pienso lo mismo.

Jason siempre me ha gustado muchísimo pero nunca me le he acercado porque fue novio amante de mi amiga por unos meses pero a mi amiga todavía le gusta, no le gusta; le encanta. Pero mi amiga tiene novio desde hace años y él es muy celoso, no le conviene arriesgarse a invitado y realmente quiero que esto parezca lo más casual posible. En estas fiestas se baila reggaetón latino, ideal para cuando quieras calentar a alguien y más si eres como yo, no tengo muchos pechos, pero tengo muy buenas nalgas, nalgas que pienso restregarle a Jaso, ya perderlo, pero conmigo de esta noche no pasa. Yo y el solo somos conocidos, no hay posibilidad de que me tenga en la friendzone o algo así. Ya casi empieza la fiesta y Jason no acaba de llegar, parece que también le gusta llegar tarde a este estúpido. Me estoy preocupando demasiado como si lo hubiese veremos si me lo tiro o no.

Y al fin parece Jason, lo miro fijamente para ver si se da cuenta, pero que va parece que está buscando a sus amigos. –No me lo puedo permitir- voy a hacerle señas con las manos. Si ya me ha visto y se está acercando, es increíble lo bueno que esta y lo bien que se viste.

Le saludo -hola Jason como estas

-Muy bien y mejor ahora que te veo. Quieres bailar?

Genial! No tuve que sacarle conversación, parece que el también viene a lo suyo, no quiere perder el tiempo. Pusieron una canción muy movida de esas en las que bailas bien pegada, me puse delante de él y empecé a mover y refrotar mis grandes nalgas contra su entrepierna, tenía muy buen ritmo, a pesar de que yo arremetía mis nalgas contra él, buscando calentarlo.

Hasta que sentí algo, sentí que un bulto para nada raro, estaba muy excitado casi que podía ver en su cara como se moría de la vergüenza, lo mire con cara de puta y fue increíble su reacción, se le puso más dura ya hasta me empecé a humedecer yo también, era tan bueno aquello…

Yo frotando mis nalgas contra su pene bien erecto. Hasta que finalmente se acabó la canción, casi no quería mirarme a la cara y trataba de esconderme su parte delantera… parece que estaba muy apenado, aunque yo para nada, no era la primera vez que hacia esto con algún amigo. Le pregunté – Jason te encuentras bien? Y me respondió con un –si si solo que me ha dado un mareo.

-si quieres podemos ir a mi habitación, tengo medicamentos

-si si me encantaría

Nos escabullimos de la fiesta y no fuimos a mi cuarto, yo subí la escalera delante de él, yo llevaba puesto un short tan ajustado que podías ver parte de mis nalgas, y subiendo escaleras se me subía un tanto y alcance a ver como Jason me miraba las nalgas a tal punto de que no se aguantó más y decidió tocarlas, ya estábamos casi llegando a mi cuarto. Unos pasos antes de llegar, me dio la vuelta y me besó.

Fue un beso desesperado y muy excitante podía sentir como agitaba su lengua dentro de mi boca, y me rosaba en el abdomen con su pene, que estaba inmenso, cabe imaginar que tendré que usar las 2 manos con semejante cosa. Me apretó las nalgas de una manera tan fuerte, que llegue a sentir como sus dedos ya querían entrar dentro de mí. Sin más tardanzas entramos a mi cuarto, no podíamos soltarnos. Lo lancé sobre mi cama y lo mire con mirada pervertida en lo que me quitaba la blusa, a pesar de mis pequeños pechos los miraba con muchas ansias como si quisiera devorarlos.

Me acerque a él y le saque su pene del short, la tenía bien grande y un poco gruesa y tenía muchas venas alrededor. Comienzo a masturbarlo con mis dos manos, podía ver su cara de satisfacción y me dijo- tienes manos de princesa pero dominas mi pene como si fueras una puta. Aquello que me dijo me gustó mucho, lo suficiente como para que yo empezara a mojarme. Finalmente me la introduje dentro de mi boca, pude sentir todas las venas de su pene restregándose con las paredes de mi boca.

Me agarro por el pelo y me hizo mover el cuello a su ritmo, casi que me ahogaba con su pene enorme. Hasta que finalmente me subió encima de la cama y me puso a cuatro patas, lentamente me metió su pene, sentí una vez más como sus venas hacían contacto pero esta vez fue con mi vagina. Me agarro el cuello y me forzó la cara contra un almohada que estaba delante de mí.

Empezó a moverse lentamente, mi vagina cada vez se mojaba más y más. Mientras más lento se movía mas me humedecía y me entraba el desespero de querer mas y mas de él. No aguante tanta tentación y empecé a moverme yo, comencé a embestir mis nalgas contra su pelvis, podía oír el sonido, era un sonido muy excitante y lo era aún mas cuando podía escuchar que se le escapaban gemidos.

Empezó a moverse muy rápido y cada vez las embestidas eran más fuertes, los gemidos míos cada vez eran más altos y mas placenteros. El me agarraba por su cuello y me decía “eres una puta increíble “cada vez que abría su boca, era para decir algo que me excitara mucho más que lo anterior dicho. Luego de 10 minutos de choques intensos me la saca, rápidamente tome mi iniciativa, lo empuje en dirección a la cama y me senté muy delicadamente encima de él. Podía notar muchos gestos de placer en su cara, si yo haber empezado sus ojos se ponían en blanco.

Finalmente termine de acomodar mis nalgas encima del, y empecé a cabalgar su pene. Mi humedad aumentaba por cada minuto que permanecía encima de él, moví mis nalgas de una forma muy rápida y fuerte, mis ojos también estaban en blanco, pude escuchar como Jason decía- si si que rico tu vagina tan húmeda y apretada. Mientras tanto yo repetía mis movimientos y acariciaba su pecho con mis manos. Pase la lengua por su cuello varias veces y también lamí su pecho. De repente siento un impulso desesperado por parte de Jason, me preguntó- donde quieres tu leche?? – a lo que respondí – la quiero toda dentro de mi boca.

Le dio tanta emoción escuchar eso que me saco de encima de él casi a empujones, entonces me acostó boca arriba si puso sus 90 kilos sobre mi abdomen y comenzó a sacudir su pene cerca de mi boca. Se lo quite de las manos y me lo introduje dentro de mi boca. Y comencé a chuparlo y masturbarlo a la vez. Fue gracioso ver como los dedos de sus manos quedaron estirados y rígidos. Pude sentir como su pene, se ponía cada vez más duro cuando estaba apresado por mis manos y labios, hasta que por fin salen los primeros chorros de semen, alcanzaban parte de mi ojo derecho mi boca y hasta se escabullían en mi pelo.

Nuestras miradas de cansancio se cruzaron y mostraron signos de satisfacción, nuestros cuerpos estaban sudados, señal de que fue un encuentro muy salvaje.

Luego de ese encuentro hubo muchos más y hasta mejores, con la diferencia de que ninguno de los demás tuvo la intención más mínima de que fueran encuentros casuales. Nunca llegamos a ser novios, pero estuvimos así por varios meses hasta que los dos encontramos pareja.

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