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Balseros (VII): El Mustang amarillo o un balsero con suerte

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Era sábado nuevamente y la desagradable resaca de otra de mis juergas con mi compañero de "lucha", parecía pasar del todo. Yovany, que yacía en mi cama, no daba señales de volver en sí, y yo, más que tener sueño, aunque eran las 12 del día, más bien tenia deseos de tener sexo. Tomé la iniciativa y pasé mi mano por su espalda suavemente, luego, lo besé tiernamente en el cuello. Seguidamente, comencé a lamer sus imberbes y deliciosas nalgas, y por último pasé mi lengua justo por el camino que hace la columna vertebral en la espalda, hacia su cuello nuevamente esta vez descansando en su nuca y besándolo por último en los labios. Para ese entonces, me había posicionado completamente encima de él y metía mi erecta pinga entre sus piernas.

-Si continúas, vas a tener que singar de nuevo, ¿no te basta con lo de anoche?

Me dijo a lo que yo asentí: Eso es precisamente lo que quiero.

Se lo susurré al oído de tal forma que su piel se tornó de gallina, al mismo tiempo que mi lengua mordía el lóbulo de su oreja derecha y él hacía fuerza para virarse boca arriba. Hice firme resistencia, mientras le decía:

-Me toca a mí de nuevo, tú no me coges más el culo, eso duele mucho.

Entonces apoyé todo mi cuerpo firmemente encima de él mientras le inmovilizaba sus brazos contra la almohada.

-¡Vamos deja eso! ya tendrás tiempo, ahora déjame orinar porfa.

Tú estás loco, si te dejo escapar no regresas.

Me apoyé con fuerza sobre su cuerpo y rocé una y otra vez, la hinchada cabeza de mi pinga entre sus nalgas; Ahí comenzó a moverse con sensualidad y erotismo. Recosté mi cuerpo sobre su espalda, una vez más y sin soltar sus brazos seguí, ahora rozando y moviendo mi cintura tomando su ritmo. Ahí, la calentura que tenía hizo que su raja se lubricara con mis jugos, de tal forma que mi glande quedaba justamente en su entrada. La morbosa posición y el hecho de tenerlo inmovilizado, como nunca lo había tenido; Me hizo venirme en contra de mi voluntad. Mi leche chorreó toda, por su culo y sus testículos, manchando las sabanas. Por fin lo solté, y luego de acariciar sus muñecas para aliviar su dolor, se abalanzó encima de mi como león en celo y luego de inmovilizarme él a mí, me metió la pinga de un tirón en la boca. Solo decía ¡Te la tragas toda coño! y no botes nada afuera. La metía y la sacaba con furia desesperada, a tal punto, que me provocaba deseos de vomitar. Se vino como un verdadero semental y me tuve de verdad que tragar hasta la última gota. Se fue, mientras yo saboreaba mi primera experiencia En realidad no es tan malo como dicen, pensé y me recosté en la cama a descansar.

Regresó medio vestido y con mi café en la mano, me dijo: vístete que tenemos que comer algo y de pasada visitamos a Paco en la agencia de los carros usados. Creo que ya es hora de que te decidas que carro vas a acabar de comprar, ya llevamos una semana en esto.

Ya en una cafetería cualquiera y tomándonos una sopa de pollo, nos pusimos a discutir sobre el carro que más me convenía, hasta que, entre la voz alta en que de por si hablamos los cubanos, y la maldita costumbre que tenemos de meternos en las conversaciones de los demás; apareció aquel sujeto de piel tostada por el sol, ojos almendrados color avellana y de estatura un poco más alto que yo, pelo castaño, cerca de 35 años aproximadamente, vestía unos jeans muy simples y desteñidos, zapatos limpios de mocasín y una camisa de esas que a Yovany le gustaba usar, lucia elegante a pesar de la sencillez de su ropa, aunque no portaba nada de joyería noté inmediatamente que su dedo anular mostraba la marca de un anillo que ya no estaba, y su muñeca izquierda una visible marca de un reloj que había estado ahí lo suficiente para dejar la piel más clara en esa zona. Como todo cubano entrometido comenzó con la famosa frase: Perdonen que me meta en la conversación, para continuar diciendo: Hace rato que los estoy oyendo como deciden que carro va a comprar uno de ustedes. No sé si les interese el mío, lo tengo parqueado a un costado de la cafetería y si desean verlo, estoy aquí en la mesa de al lado terminando de almorzar con mi abogado, lo doy baratísimo.

Yo, por mi parte, nunca había creído ni en los golpes de suerte, ni en los amores a primera vista, ni en las hadas madrinas, ni en las casualidades del destino. No obstante, le comenté sin excitación alguna a mi amigo: Debe ser un cacharro, pero, con verlo, no perdemos nada.

Terminamos de almorzar y aunque el sujeto aún no concluía la plática con su abogado, se dio cuenta de que esperábamos y nos llamó a su mesa. Me llamo Rogelio dijo con voz masculina y este es mi abogado Richard. Tomen la llave y denle un vistazo, es el Mustang Amarillo, aquí a la derecha. No se preocupen que yo confío en ustedes. Mis ojos no podían creer la belleza de carro que tenía ante mis ojos; nuevecito como de 4 o 5 años atrás y la pintura brillaba como de agencia Por primera vez creí en el amor a primera vista. Yo no tengo culo o para pagar eso, le dije sin acercarme.Yovany sonrió con cara picardía y me dijo: Mejor no te digo lo que pienso. Nos viramos, como para regresar y ya estaba Rogelio detrás de nosotros. Esta vez pude notar que por fuera de los dos primeros botones desabrochados de su camisa, se veía algunos pelitos enrolados, también se podía sus brazos llenos de un vello castaño pero más rubios, debido al sol y un pequeño tatuaje 3 puntos en su mano derecha entre su dedo pulgar y su dedo índice, casi invisible: Pasó sus manos desde su ancho pecho hasta su abdomen, que lucía una minúscula pancita feliz. Manos que luego vinieron a descansar muy sensualmente encima de la hebilla de su cinto. No es desconfianza dijo, es que ya terminé. No se asusten, de veras, el carro está en perfectas condiciones, de hecho, recién le cambié el aceite; Lo doy en lo mismo que le debo al banco, seis mil dólares; Me estoy divorciando y no pretendo dejarle el carro a esa para que se lo vacile con otro.

Entonces por primera vez también creí en las casualidades del destino y en los golpes de suerte. Miré al hada madrina que tenía delante, que dicho sea de paso tenía una figura deliciosamente masculina esta vez y le dije apesadumbrado, no tengo esa cantidad. ¿Cuánto tienes? preguntó Rogelio, cuatro mil quinientos, le dije. Bueno si encuentras quien te preste los otros mil, te lo dejo en cinco mil quinientos. Pero esa puta, no va a quedarse con el carro, aunque lo tenga que donar a una institución benéfica. Yo le puedo prestar algo, dijo Yovany más excitado que yo, pero si puedes rebajar algo sería ideal, es que acabamos de llegar hace poco y es su primer carro…mientras yo tomaba la llave en el aire de su mano y echaba un vistazo dentro y al motor; Debo reconocer que es una joya, le dije. Es una lástima, respondió él, es el primer carro que compro a mi gusto, al menos sé que va a quedar en buenas manos. Dale una vuelta a la manzana y dime si te gusta, sugirió. Negociamos el precio por cinco mil, esa oferta que era más bien una "Ganga" fuimos adentro, donde aún se encontraba su abogado que nos ofreció su tarjeta y me dio cita para su oficina el lunes siguiente, no sin antes darme a firmar un sencillo documento como acuerdo del trato.

De regreso a la casa, no podíamos ambos ocultar la alegría y el regocijo del buen negocio que habíamos hecho. Entonces sin esperarlo me dijo: Viste que no eres el único que tiene problemas, a unos les da por vender el carro barato y a otros por regalar su virginidad y sonrió maliciosamente. Lo que te voy a regalar yo, va a ser un turno con el dentista después que te saque los dientes de un piñazo dije yo. Era una broma, me respondió apenado. Entonces hicimos absoluto silencio.

Hay veces que pienso que no me quieres, me reprochó mientras yo ponía la llave en la cerradura y le respondía que se dejara de mariconerias y que por favor no insistiera más en eso. Hace una semana que me estás preguntando lo mismo.

Te quiero, le dije, pero no sé si podría vivir en una relación contigo porque me gustan las mujeres Yo tampoco quiero vivir como un matrimonio contigo, replicó él; o te tengo que recordar que a mí también me gustan las mujeres, de hecho, estoy viendo una muchacha en la escuela y me gusta; Creo que es serio hemos estado como 3 veces. Hace una semana que estoy por decírtelo y nunca me dejas. Entonces le confesé: Estoy preocupado porque no sé si andas por ahí de picaflor, ¿o sea, tienes algún otro hombre? No son celos, aclaré, pero es que no usamos condón. Descuida macho, que desde que nos hicieron la prueba a todos juntos yo he sabido cuidarme bien, me dijo con firmeza; Además he salido con algunas chicas, los chicos son muy pocos, me respondió.

- Oye… lo de las mujeres no me importaría mucho saberlo, pero los tipos ¿quiénes son?

Calló por un momento para luego continuar: A dos, los conoces, estuve con ellos antes emborracharte aquella noche y por fin probar de tu néctar prohibido, y hay otro que tú nunca te has esperado ¿Y tú? Preguntó a la defensiva; ¿Yo? Le dije, creo que tú me echaste brujería porque desde que llegué a este país no se me pega ni un catarro. Tú sigues siendo el único hombre… Bueno y el loco, y tamal, por cierto ¿ellos se cuidan?

Ellos me confirmaron que todo andaba bien antes de hacernos la visita.

O sea que tú como siempre estabas detrás de la patraña de encontrarnos y beber y todo lo que pasó.

¡Nooo!, no, de veras fueron ellos los que querían yo si les dije desde el principio que tú me gustas, el resto lo planearon ellos, Vicente te descubrió ¿te acuerdas?

Todavía no confío en ti después de todo lo que hiciste para llevarme a la cama, pero bueno…

¿Entonces, quieres saber con quién estuve o qué? Si, ya vomita le dije yo.

Estuve con Diego. ¿El nica? pregunté asombrado. Si, ese con un 6 de cerveza y una película porno se fue, me dijo victorioso. ¿Y el otro? pregunte intrigado. Ah el otro fue Philips el muchacho del camioncito de los sándwiches. ¿El rubio que ya no viene? pregunté. Sí, es una lástima porque le encantaba que yo le cogiera el culo, y para tu sorpresa, Eduardo nuestro jefe, que tiene un tema totalmente aparte, el último es el que no se si deba decirte quien es, porque ese es tan reservado como tú, y le prometí que no le iba a contar a nadie, ni siquiera a ti; ¿Le contaste de mí? pregunte intrigado. Solo que compartes la renta conmigo y que vinimos juntos en la lancha. En realidad, no hemos hecho nada, solo besarnos y masturbarnos, él está más confundido que tú, otro día te cuento. Mi asombro era espantoso. No quise indagar más en el tema, ni reclamarle nada. Era demasiado embarazoso para mí, luego de todo lo que me había ocurrido en una semana. Por lo menos ahora entendía por qué gozábamos de tantos beneficios en la compañía.

Bueno, si estás viendo a una muchacha, yo entonces tengo derecho también a ver a quien quiera, le comenté. Está bien, me dijo; Con eso no hay problema, pero vamos a protegernos, ¿está bien? y me besó ligeramente en los labios. ¿Café? pregunto él y yo asentí con la cabeza.

Mientras mi amigo se dirigía a la cocina prendí el TV y no me había concentrado aun en ningún canal todavía cuando sonó el teléfono. Me quedé sin habla al sentir nuevamente esa voz sensual y masculina que esta vez me pedía casualmente que me llegara por su casa, para celebrar por el recién hecho negocio y enseñarme algunas otras cosillas en venta debido al divorcio. Era obviamente Rogelio. Aquello me agarró tan de sorpresa que no dudé en decirle que sí. Después de colgar el teléfono, me di cuenta de que, aunque era solo para hablar de negocios y celebrar, la invitación era aparentemente para mí solo, me resultó extraño y mis pensamientos corrieron a la velocidad de la luz.

¿Era Rogelio verdad? dijo Yovany mientras me extendía una humeante taza de café. ¿Cómo lo sabes? pregunté. Mis ojos no se equivocan, ese tipo está en algo, cuando un hombre habla contigo, sin mirarte a los ojos, esconde algo. Yo vi cómo te miraba cuando fuiste a chequear el motor del carro, y miró tus nalgas con deseo cuando te inclinaste, además cuando te fuiste a dar la vuelta en el carro, me vaciló a mí también. Hay, quisieras tú, eso son ideas tuyas, déjate de boberías que ese tipo no es lo que tú piensas, ¿no se acaba de divorciar? le respondí, lo que está es contento de que encontró a quien venderle el carro y quiere ser cortés. ¿Y por qué no me invito a mí? pregunto Yovany. Porque seguro que le miraste la portañuela y te cogió miedo ja, ja; el negocio es conmigo, le dije y agregué: Tú lo que estás es celoso, "El ladrón, juzga por su condición".

Manejé las 12 cuadras que me separaban de su casa y toqué el timbre, ya me disponía a irme cuando por fin se abrió la puerta y apareció Rogelio con el pelo todo mojado. Perdona, te oí llamar, pero estaba enjabonado, no sabía que ibas a llegar tan rápido y por favor no te fijes en el reguero, dijo cerrando la puerta detrás de mí; Estoy recogiendo para mudarme en dos semanas para Los Ángeles. Yo con mi nerviosismo no había advertido que su cintura la cubría solamente una toalla blanca; Andaba obviamente, sin camisa y descalzo. Lo miré de arriba hacia abajo y reparé en su pecho desnudo rodeado de minúsculos vellos y su barriguita pequeña que ahora cubría lo que algún día fue un abdomen de deportista. Se viró de espaldas para dejarme ver, mientras me conducía hasta un desmantelado salón, unas nalgas bien formadas que lucían de verdad, preciosas dentro de aquella apretada toalla; Por último, piernas duras y musculosas. ¿Futbol o ciclismo? Le pregunté. Los dos me dijo, me encanta el deporte. Estoy fuera de forma, este divorcio me tiene loco. ¿Y tú? Preguntó él. Remo y bicicleta le dije casi entre carcajadas

Me acomodé en un sofá de dos puestos mientras él se marchaba para regresar luego con una casi transparente pijama de algodón blanco, que dejaba ver perfectamente una preciosa silueta entre sus piernas de todo lo que le colgaba, parecía del tamaño de lo mío y se balanceaba libremente dentro de la ancha prenda; Al mismo tiempo que me extendió una copa igual que la suya y me servía un licor dorado transparente. Espero que no te moleste mi facha, me dijo; Estamos en confianza ¿verdad? Asentí con la cabeza, mientras bebía un sorbo de aquel néctar divino. Es coñac, y del bueno, le dije para romper el hielo y su rostro dibujó una sonrisa. Vine solo a celebrar, continué diciendo, pero de verdad no me interesaría nada más, todo lo que tengo lo voy a invertir en comprarte el carro. Descuida ya me di cuenta de eso; Perdona si te hice esperar en la puerta, pero es que necesitaba una ducha. De todas maneras, esperaba que no faltaras porque, en fin, quiero celebrar que hoy terminé con todos los papeles de mi divorcio, pero no tenía con quien; Todas las amistades me han dado la espalda luego de caer en desgracia.

Espero que no tomes a mal mi atrevimiento. Llevo dos meses de angustia, sin hablar, ni relacionarme con nadie, solo con mi abogado, además quiero que recuerdes de una forma única la adquisición de tu nuevo carro, según me contaste es el primero en este país. Nada, un detalle para ti que estas casi recién llegado. Salud, me dijo y se tumbó a mi lado en tan reducido espacio, luego soltó un suspiro de alivio y bebió y largo sorbo. La potencia de tan fuerte bebida y el sentirme con un hombre medio encueros a mi lado, no tardaron en ponerme nervioso y comenzar a sudar a mares ¿Tienes calor? ¿Bajamos el aire?, Preguntó Rogelio, mientras bebía más de su copa, quítate la camiseta a mí no me importa estamos en confianza, volvió a repetir. Yo no estoy pasando algo tan serio como tú, le dije para entrar en confianza, mientras él se acomodaba más cerca prestando atención, entonces me saqué la camiseta de un golpe. Pero mi novia me dejó por un alemán para poder irse de Cuba; Hace una semana recibí la carta, estoy destrozado, le dije fingiendo angustia. Todas son iguales, me advirtió en tono de experiencia mientras me miraba el pecho sudoroso y se paraba para llenar las copas nuevamente. Se estiró provocativamente, dejando ver unos hermosos bíceps y unos sensuales vellos debajo de sus axilas. Luego se acercó en tono afectivo, me entrego mi copa y me dijo: Bueno, entonces tenemos más en común de lo que pensé; Porque aquella me pego los tarros con mi mejor amigo. Se acomodó nuevamente al lado mío y cruzo uno de sus brazos por encima de mis hombros, acerco su cara a la mía mientras echaba todo su aliento etílico en mi rostro. No te preocupes que todo pasa en esta vida por eso hay que disfrutarla como quieras, este es mi segundo divorcio, y creo que el ultimo. Mira, hasta el Rolex vendí, esa hija de puta no se queda con nada. De hoy en adelante voy a vivir mi vida solo y como me dé la gana entonces me abrazó. Sus brazos rodearon mi cuerpo con virilidad masculina y sentí aquel olor a hombre recién bañado que me inundó completamente, sus manos acariciaron mi espalda y su barba recién salida raspó disimuladamente mi cuello. No pude evitar cierto cosquilleo de la cintura hacia abajo y cuando nos separamos, pude notar cierta erección en su entrepierna. Perdona, me dijo es que llevo como cuatro meses sin contacto físico de ningún tipo. Además, el coñac me pone así. Estiré mis piernas hacia adelante y le dejé ver mi bulto bastante crecido también. A lo que yo agregaba parece que a mí también me pasó lo mismo.

¿Qué quieres hacer? me preguntó con cierta ingenuidad y desconfianza. Me aproximé a él y me quedé mirando sus ojos, su respiración se agitó y me echó todo su perfumado aliento en mi cara. Haz lo que quieras, me dijo y cerró sus ojos. Besé sus labios, a lo que respondió con deseo loco. Acaricié sus tetillas y jugué con su pecho y con su improvisada barriga. Lo acosté encima del sofá y halé el elástico de su pijama hasta las rodillas con mis dientes. Luego me metí aquella derecha pinga en mi boca y jugué incansablemente con ella hasta que su éxtasis me ordeno que cesara, era mucho más grande que la mía y mucho más derecha también. Me agarró por el pelo y me paso la cara por la barriga nuevamente, como sugiriendo que le había gustado lo que había hecho anteriormente, seguí mi juego hasta que terminé totalmente acostado encima de él. Lo volví a besar esta vez, metiendo mi lengua bien adentro y mordiendo suavemente su labio inferior. Entonces acarició mi espalda hasta ir a dar justamente en mis nalgas Luego de apretarlas un poco, me dijo: Yo no me dedico mucho a esto, pero ese culo o me tiene loco. "Ojo por ojo, y diente por diente" le susurre al oído, a lo que él respondió: Yo nunca me la he metido, y he mamado poco. Siempre hay una primera vez, le dije. Y recordé las palabras de Yovany, que me comentó una vez: “Psicológicamente hablando, una negación de esa índole es señal de que ya lo ha hecho otras veces o está dispuesto sin ninguna objeción".

Enséñame a mamar me decía con su voz ronca y varonil, mientras jugábamos desnudos en su cama. Mientras más oía su voz, más me excitaba, lo puse entonces a mamar de todas las formas que yo conocía. Caímos casualmente en un 69 mientras él “practicaba” muy bien, lo que supuestamente acababa de aprender, por último, logré encontrar su culo, que para sorpresa mía era bien lampiño y parecía que hubiesen andado bastante ahí. La teoría de mi amigo no falla pensé, y comencé a chupar su delicioso hueco, que abrió paso a mi lengua rápidamente. Como respuesta, apartó completamente mi pinga de su boca, para sentarse encima de mi cara y comenzar a mover la cintura descontroladamente, mientras agitado, gemía sin parar. Mi excitación ante tan nueva experiencia fue tal, que mi pene, sin tocarlo siquiera, erupcionó como un volcán, soltando toda su caliente lava, encima de mi abdomen. Al ver aquello, mi improvisado amante volvió a posicionarse, esta vez encima de mí, mientras rozaba su cuerpo contra el mío, provocando que toda mi leche resbalara en nuestro abdomen. ¿Te gusta? preguntaba, ¿quieres más? decía sin dejar de moverse. Al sentir tan erótico roce por todo mi cuerpo, mi miembro paso de una erección a otra sin pasar por estado de flaccidez alguno. ¿Tienes condones?, pregunté; Debajo de la almohada indicó él. Luego de enfundar mi machete dentro de la lubricada vaina, rocé varias veces mi instrumento entre sus sensuales nalgas. De veras no supe cómo ni cuándo se perdió del todo en aquella caliente y experta cueva, mientras él decía: Me partiste el culo, cabrón, ¿te gusta? Yo, para no arruinar el momento, ni sus fantasías, solo seguí su juego, notando que eso lo excitaba más ¿Te duele papi? le pregunté, a lo que él respondió entre gemidos, no importa macho, goza ese culo que es tuyo.

Me pasé como media hora, bombeando mi pinga sin parar mientras él se daba placer a horcajadas encima de mí, luego lo viré boca abajo y lo penetré nuevamente, mientras jugaba con su nuca y sus orejas; Entonces le pregunté si le gustaba que un machito de solo 23 años le había quitado su virginidad y su honor de hombre a lo que me respondió con su lengua y un largo gemido de placer. Por último, terminé en su cara obligándolo a abrir su boca y tragarse el resto de mi leche. ¿Quieres más?, le pregunté, a lo que él respondió, basta, por hoy es suficiente.

Luego de una refrescante ducha, donde no cruzamos palabra alguna, me dejó solo por un instante en el mismo salón de antes, para regresar con algo en la mano. Quiero que tengas esto, me dijo extendiendo un hermoso aro de oro en su mano. Es mi anillo de casado, no sabía qué hacer con él tenía más valor sentimental que material, creo que a ti te va a ser más útil, además hace juego con la cadena que llevas en el cuello. Me probé su anillo que me quedaba un tanto flojo, pero elegante. No es necesario, repliqué con pena e hice un ademan para devolvérselo. Yo sabía que pertenecía a tu dedo, porque tienes la marca 12 años, me dijo, quédatelo, no lo tomes como ofensa por favor, pero podría terminar en el rio más cercano, me advirtió.

-No sé cómo agradecerte

-No es nada, yo soy el que no sabe cómo agradecerte el buen rato que he pasado contigo, por eso se me ocurrió que tengas un recuerdo mío, has sido como un oasis en medio del desierto. Hacía tiempo que no me sentía tan bien. Gracias por venir y recuerda de venir a recoger el carro y el titulo el viernes. Ah, y mira a ver si te dejan venir solo de nuevo.

-Yo no le tengo que pedir permiso a nadie

-Yo vi cómo te mira Yohandi.

Yovany rectifiqué yo.

Bueno ese muchacho está enamorado de ti, me dijo, es que se le ve cómo te mira, yo no nací ayer. Se ven muy bien juntos y se ve que se preocupa mucho por ti. Acuérdate que ya no estás en Cuba, aquí no hay prejuicios y me guiñó un ojo.

Esas cajas que están cerca de la puerta están llenas de cosas que les pueden servir en el apartamento, también hay ropa, llévatelas, a ustedes les hace más falta que a mí. Yo intento comenzar una nueva vida lejos de aquí y muchas de esas cosas son recuerdos de mi pasado.

En cuanto llegué a la casa, oí la tele del cuarto de Yovany.

¡Aun despierto!

No tengo sueño, me dijo.

No podías dormir pensando en si me acosté con Rogelio, le dije directamente. Mira Yovany quedamos en que yo por mi lado y tú por el tuyo ¿cierto?

Si, contesto él.

-Bueno, pues yo te dije que ese tipo era todo un hombre.

-Entonces, Javy ¿no pasó nada?

-Bueno papi lo que te quiero decir es que hay que ser todo un hombre para meterse mi pinga, de la forma en que lo hizo, y sin protestar.

Y recité sonriendo”…Y yo que la llevé al rio, pensando que era mozuela… pero tenía marido…" y agregué: Y le cabía un tren por ese hueco de culo que tiene. Yo te dije que ese tipo estaba en algo, mis antenitas nunca se equivocan, dijo Yovany mientras reía por mi broma. Aunque con lo macho que se ve, pensé que había pasado al revés.

Yovany yo nunca pensé que diría esto, pero por ahora este culo es solo tuyo. Y ese tipo en la cama es toda una dama, le dije sonriendo, y agregué: ¡Macho yo! y le mostré mis bíceps. Mira, me regaló su anillo de casado, dice que lo hubiera botado en el rio. Y que era mejor regalármelo. Ah y me dio unas cajas con cosas y ropa para los dos.

Vaya, parece que le diste donde le gustaba; me dijo como incentivo. No chico el problema es que "A algunos solo nos da por regalar la virginidad" mientras que a otros les da por dar el carro barato, regalar su virginidad y hasta el anillo de compromiso". Quiere que vaya el viernes de nuevo... ¿tú me das permiso para ir solo?

- ¿Desde cuándo tu pides permiso? Mejor voy contigo, ya me dio deseos de cogerle el culo a mi también...

-Yo lo sabía, te gusta, y estás celoso, estás celoso. Él sabe que estamos juntos, deja de mirarme en la calle que la gente se da cuenta…

- ¿Ah? Entonces sí estamos juntos.

-Ya me volví un lio, mejor vamos a dormir.

- ¿No vas a dormir en mi cama Javi?

-Vas a querer y ese tipo no dejó nada para ti, además tú roncas mucho…

¿Será que ahora Javier tiene más suerte que antes con esto de su bisexualidad?

Entérate aquí como llegó dentro de una panadería y no precisamente por pan.

Sigue mis historias aquí.

Gracias por leerme.

Siempre tuyo ThWarlock.

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