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Bere, la mesera

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Bueno todo empezó un sábado que acudí al bar a ver un juego de futbol, como el lugar estaba casi vacío las meseras se sentaron en nuestra mesa y había una que siempre me ha gustado todos le dicen ‘Bere’, pues está súper chechona y la verdad me gusta su forma tan aventada de ser.

Yo ya tenía tiempo tratándola, pero no se me había dado la oportunidad de tener algo más, a lo máximo que había llegado fue a un fajé, la relación era muy buena, ¡yo ya con el permiso de mi esposa de coger con quien quisiera decidí ya llevarla a mi cama!

¡Entre ella y yo apostamos que si su equipo ganaba me la iba a llevar un fin de semana a Cuernavaca y si el mío ganaba ella me regalaría su rico cuerpo al fin!

El partido fue emocionante su equipo ganaba 3-0 y yo estaba resignado en que me la llevaría a Cuernavaca sin probarle nada, pero en el segundo tiempo paso el maravilloso milagro, mi equipo dio la vuelta y gano 4-3, yo estaba feliz, aunque pensaba que ella no cumpliría, ya que un poco molesta se fue a su vestidor, resignado a seguir deseándola solamente, seguí tomando unas copas.

Ella más relajada se sentó conmigo y empezamos a beber y platicar, ya que su turno había y como ya teníamos bebidas de más, ella se lanzó a mí, comenzó a besarme de una manera tan rica que de verdad me excito, me miro y me dijo

B: Deja hablo a casa y nos vamos.

L: ¡Ok nena te espero!

Después de unos 5 minutos salió de la oficina ya sin su uniforme me dio la mano y nos salimos, nos metimos en el motel que estaba ahí cerca.

Ella comenzó con un rico baile striptease, mientras yo la grababa con mi cel., me quite la ropa mientras ella se deslizaba por la cama rumbo a mi verga, la cual comenzó a chupar y jalar de una manera sabrosísima, era una experta en mamar, lamia, ¡chupaba y mordía tan rico que mi verga cada vez se ponía más dura!

L: ¡Uf, Bere, que rico lo haces!

B: Que rica sorpresa, grande u dura, ¡como me gustan!

¡Con sus grandes tetas, me dio una rusa maravillosa, sus enormes y duros pechos masturbaban tan suave que después de varios minutos me vine en su cara, ella sonrió y se comió mis mecos!

B: uf papi, te viniste mucho, ¿ya estabas excitadísimo vedad?

L: ¡Es que no sabes cómo me encantas!

B: ¡Jajá, ahora te quiero sentir en mí, deja te ayudo más!

Después siguió chupando mientras yo también le hacía un oral, nos metimos en un buen 69, su rica concha depilada sabia a gloria, mi lengua entraba y salía con desesperación, también le daba lamidas a su ano, ¡ella seguía devorando mi verga tan rica que la puso dura nuevamente!

L: ¡Nena, sabes deliciosa!

B: ¡Tú también guapo, me encanta tu verga!

L: Y pensar que gracias al futbol estas ahora conmigo!

B: ¡Eso era solo un pretexto, yo ya quería estar contigo!

Ya con mi verga erecta de nuevo, la subí de misionero y comenzó a cabalgar, la nena se movía como licuadora, yo mordía sus tetas, me atragantaba con sus pezones y me deleitaba acariciando sus piernas, ¡mientras tanto ella se daba sentones y movía sus caderas más y más fuerte y rico!

B: Ah papi, dios mío, ¡que rico!

L: Si, ¡muévete más rápido bebe!

Cambiamos de posición y pasamos a patitas al hombro, me encanta ponerlas en esa posición, me encanta ver su cara de satisfacción al penetrarlas y Bere lo estaba pasando magnifico, ¡mi verga entraba por completo mientras le mordía las tetas y sus pies!

B: ¡Ah, dios, ah, así, que rico coges!

L: ¡Tú también eres maravillosas, que rico coges!

B: ¡Uf, que verga, me matas, me matas!

La puse de perrito, ella se empino majestuosamente mostrando como escurrían fluidos de su rica vagina, yo puse mi verga en su clítoris y tomándola de la nalga, le daba masajes con mi cabecita.

B: ¡Ay, así papi, que rico!

L: ¿La quieres dentro?

B: ¡Si bebe, dámela toda, todita la quiero!

La penetre despacio, quería sentir a esa hembra vibrar, le apretaba sus tetas y se la iba empujando poco a poco, ella también se movía, sus 1.55 de estatura me daban ser dominante ya que yo mido 1.80 y eso me ayudaba a domarla.

Me movía fuerte, empecé a grabar como le daba en cuatro, sus gemidos y lo que me decía me ponía a mil, ¡le daba de nalgadas y le grababa la cara para que en el video saliera como gozaba la muy zorra!

L: ¿Te gusta mi verga?

B: ¡No me grabes, dios!

L: ¡Te hice una pregunta!

B: Me gusta mucho, ¡esta riquísima!

L: ¡Dilo otra vez!

B: ¡Me gusta mucho tu rica verga, dámela, la quiero sentir toda!

La seguí penetrando fuerte que se desplomo en la cama quedando en boca abajo, yo me encime en ella y movía mi pelvis mientras su oreja y cuello, eran mi comida, apoyándome de la luna, la metía con todo, sus gemidos eran fuertes, ¡decía que la lastimaba y eso solo me hacía cogerla más y más fuerte!

L: ¡Que ricas nalgas, uf, toma, toma!

B: ¡Ah, me lastimas, uf, agh!

L: Aguántala nena, ¡sé que lo puedes hacer!

B: ¡Me tienes loca, cógeme, cógeme, no pares!

Ella comenzó a venirse muy rico, su venida mojaba toda la cama y sus gritos seguramente se escuchaban hasta afuera de la habitación, yo seguí con el mete y saca, la nalgueaba y acariciaba sus tetas, la nena se movía como lombriz, su orgasmo la hacía moverse demasiado rico, ¡eso poco a poco fue haciendo efecto en mi verga y de pronto hizo que me viniera adentro de ella!

L: ¡Ah, nena, dios, que rico!

B: Dámelos todos, ¡dámelos!

L: Te gusta mi leche!

B: ¡Esta muy caliente, me encanta!

¡Terminamos exhaustos y abrazándonos en la cama, obviamente si me la lleve a Cuernavaca donde todo el fin de semana no la pasamos cogiendo!

Lo que no sabía es que ella me iba a empezar a platicar de sus amigas y enseñándome fotos de su grupo de amigas, ahí estaba Lety con ella, abrazándose como las mejores amigas, yo le pregunte que, si eran amigas, ¡ella me dijo que desde hace ya unos 4 años! Puta, me sentí raro, no me atrevía a decirle que ella era mi esposa, pero si no le decía, igual me generaba un problema.

Al llegar a la ciudad le confesé que Lety era mi esposa, ella anonadada y molesta me dejo ahí y maldiciéndome se fue a su casa, aunque la historia entre nosotros aun no terminaba.

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